Tus brazos siempre se abrían cuando quería un abrazo. Tu corazón comprendía cuándo necesitaba una amiga. Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta una lección. Tu fuerza y tu amor me guiaron y me dieron alas para volar.

Eres la única persona del mundo, que siempre está de forma incondicional. Si te rechazo, me perdonas. Si me equivoco, me acoges. Si los demás no pueden conmigo, me abres una puerta. Si estoy feliz, celebras conmigo. Si estoy triste, no sonríes hasta que me haces reír. Eres mi amiga incondicional.

Una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio.Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando todos los demás la han perdido.

Mi madre encuentra la felicidad cuando yo la encuentro. Cuando yo vivo algo hermoso, lo vive a través de mi experiencia. Mi madre reza por mí, incluso cuando yo sólo rezo por mi mismo. Mi madre me daría el mundo entero si fuese capaz. Gracias Mamá.
 


Una sonrisa no cuesta nada pero vale mucho. No empobrece a quién la dá y enriquece a quién la recibe. Dura sólo un instante, y perdura en el recuerdo eternamente.
Es la señal externa de la amistad profunda. Nadie hay tan rico que pueda vivir sin ella, y nadie tan pobre que no la merezca.

Una sonrisa alivia el cansancio. Renueva fuerzas y es consuelo en la tristeza. Una sonrisa tiene valor desde el momento que se dá.


Si crees que a tí la sonrisa no te aporta nada, se generoso y dá una de las tuyas, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como quién no sabe recibirla.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)