El cochero le ayudó a bajar el baúl; una mujer de aire distraído o cansado abrió por fin la puerta. Desde el pescante el cochero le devolvió una de las monedas, un vintén oriental que estaba en su bolsillo desde esa noche en el hotel de Melo. El hombre le entregó cuarenta centavos, y en el acto sintió: "Tengo la obligación de obrar de manera que todos se olviden de mí. He cometido dos errores: he dado una moneda de otro país y he dejado ver que me importa esa equivocación".
Precedido por la mujer, atravesó el zaguán y el primer patio. La pieza que le habían reservado daba, felizmente, al segundo. La cama era de hierro, que el artífice había deformado en curvas fantásticas, figurando ramas y pámpanos; había, asimismo, un alto ropero de pino, una mesa de luz, un estante con libros a ras del suelo, dos sillas desparejas y un lavatorio con su palangana, su jarra, su jabonera y un botellón de vidrio turbio. Un mapa de la provincia de Buenos Aires y un crucifijo adornaban las paredes; el papel era carmesí, con grandes pavos reales repetidos, de cola desplegada. La única puerta daba al patio. Fue necesario variar la colocación de las sillas para dar cabida al baúl. Todo lo aprobó el inquilino; cuando la mujer le preguntó cómo se llamaba, dijo Villari, no como un desafío secreto, no para mitigar una humillación que, en verdad, no sentía, sino porque ese nombre lo trabajaba, porque le fue imposible pensar en otro.
No lo sedujo, ciertamente, el error literario de imaginar que asumir el nombre del enemigo podía ser una astucia.
El señor Villari, al principio, no dejaba la casa; cumplidas unas cuantas semanas, dio en salir, un rato, al oscurecer. Alguna noche entró en el cinematógrafo que había a las tres cuadras. No pasó nunca de la última fila; siempre se levantaba un poco antes del fin de la función. Vio trágicas historias del hampa; éstas, sin duda, incluían errores, éstas, sin duda, incluían imágenes que también lo eran de su vida anterior; Villari no las advirtió porque la idea de una coincidencia entre el arte y la realidad era ajena a él. Dócilmente trataba de que le gustaran las cosas; quería adelantarse a la intención con que se las mostraban. A diferencia de quienes han leído novelas, no se veía nunca a sí mismo como un personaje del arte.
No le llegó jamás una carta, ni siquiera una circular, pero leía con borrosa esperanza una de las secciones del diario. De tarde, arrimaba a la puerta una de las sillas y mateaba con seriedad, puestos los ojos en la enredadera del muro de la inmediata casa de altos. Años de soledad le habían enseñado que los días, en la memoria, tienden a ser iguales, pero que no hay un día, ni siquiera de cárcel o de hospital, que no traiga sorpresas, que no sea al trasluz una red de mínimas sorpresas. En otras reclusiones había cedido a la tentación de contar los días y las horas, pero esta reclusión era distinta, porque no tenía término -salvo que el diario, una mañana, trajera la noticia de la muerte de Alejandro Villari. También era posible que Villari ya hubiera muerto y entonces esta vida era un sueño. Esa posibilidad lo inquietaba, porque no acabó de entender si se parecía al alivio o a la desdicha; se dijo que era absurda y la rechazó. En días lejanos, menos lejanos por el curso del tiempo que por dos o tres hechos irrevocables, había deseado muchas cosas, con amor sin escrúpulo; esa voluntad poderosa, que había movido el odio de los hombres y el amor de alguna mujer; ya no quería cosas particulares: sólo quería perdurar, no concluir. El sabor de la yerba, el sabor del tabaco negro, el creciente filo de sombra que iba ganando el patio, eran suficientes estímulos.
Había en la casa un perro lobo, ya viejo. Villari se amistó con él. Le hablaba en español, en italiano y en las pocas palabras que le quedaban del rústico dialecto de su niñez. Villari trataba de vivir en el mero presente, sin recuerdos ni previsiones; los primeros le importaban menos que las últimas. Oscuramente creyó intuir que el pasado es la sustancia de que el tiempo está hecho; por ello es que éste se vuelve pasado en seguida. Su fatiga, algún día, se pareció a la felicidad; en momentos así, no era mucho más complejo que el perro.
Una noche lo dejó asombrado y temblando una íntima descarga de dolor en el fondo de la boca. Ese horrible milagro recurrió a los pocos minutos y otra vez hacia el alba. Villari, al día siguiente, mandó buscar un coche que lo dejó en un consultorio dental del barrio del Once. Ahí le arrancaron la muela. En ese trance no estuvo más cobarde ni más tranquilo que otras personas.
Otra noche, al volver del cinematógrafo, sintió que lo empujaban. Con ira, con indignación, con secreto alivio, se encaró con el insolente. Le escupió una injuria soez; el otro, atónito, balbuceó una disculpa. Era un hombre alto, joven, de pelo oscuro, y lo acompañaba una mujer de tipo alemán; Villari, esa noche, se repitió que no los conocía. Sin embargo, cuatro o cinco días pasaron antes que saliera a la calle.
Entre los libros del estante había una Divina Comedia, con el viejo comentario de Andreoli. Menos urgido por la curiosidad que por un sentimiento de deber, Villari acometió la lectura de esa obra capital; antes de comer, leía un canto, y luego, en orden riguroso, las notas. No juzgó inverosímiles o excesivas las penas infernales y no pensó que Dante lo hubiera condenado al último círculo donde los dientes de Ugolino roen sin fin la nuca de Ruggieri.
Los pavos reales del papel carmesí parecían destinados a alimentar pesadillas tenaces, pero el señor Villari no soñó nunca con una glorieta monstruosa hecha de inextricable: pájaros vivos. En los amaneceres soñaba un sueño de fondo igual y de circunstancias variables. Dos hombres y Villar entraban con revólveres en la pieza y lo agredían al salir del cinematógrafo o eran, los tres a un tiempo, el desconocido que lo había empujado, o lo esperaban tristemente en el patio y parecían no conocerlo. Al fin del sueño, él sacaba el revólver del cajón de la inmediata mesa de luz (y es verdad que en ese cajón guardaba un revólver) y lo descargaba contra los hombres. El estruendo del arma lo despertaba, pero siempre era un sueño y en otro sueño tenía que volver a matarlos.
Una turbia mañana del mes de julio, la presencia de gente desconocida (no el ruido de la puerta cuando la abrieron) lo despertó. Altos en la penumbra del cuarto, curiosamente simplificados por la penumbra (siempre en los sueños de temor habían sido más claros), vigilantes, inmóviles y pacientes, bajos los ojos como si el peso de las armas los encorvara, Alejandro Villari y un desconocido lo habían alcanzado, por fin. Con una seña les pidió que esperaran y se dio vuelta contra la pared, como si retomara el sueño. ¿Lo hizo para despertar la misericordia de quienes lo mataron, o porque es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo aguardarlo sin fin, o -y esto es quizá lo más verosímil- para que los asesinos fueran un sueño, como ya lo habían sido tantas veces, en el mismo lugar, a la misma hora?
En esa magia estaba cuando lo borró la descarga.
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudieras oir el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo, la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
¡Cómo!¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no teresignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Creedme: cuando la muerte venga a romper las ligaduras, como ha roto las que a mí me encadenaban, y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce, tualma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverása ver a aquella que te amaba y que siempre te ama, y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme,pero transfigurado, extático y feliz, no ya esperando la muerte, sinoavanzando contigo, que me llevarás de la mano por los senderos nuevosde la luz y de la vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios unnéctar del cual nadie se saciará jamás.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas. (SAN AGUSTÍN)
Para saber una linda nota!!!
10 consejos para que no fracasen sus vacaciones
Se planifican durante todo el año. Se comienzan a definir en octubre y por estos días se hacen los últimos arreglos y se arman las valijas. Sin embargo, las tan esperadas vacaciones pueden llegar a convertirse en una seguidilla de cortocircuitos y desencuentros familiares que malogren el tan anhelado descanso.
Los primeros chispazos pueden iniciarse a la hora de cargar el equipaje en el automóvil o por el horario de salida. Pero después pueden seguir por problemas con el transporte o por la falta de acuerdo sobre si quedarse o no al mediodía en la playa.
La Nacion consultó a expertos de distintas disciplinas -desde psicólogos, sexólogos y especialistas en relaciones familiares hasta operadores inmobiliarios y economistas- para elaborar un decálogo sobre los principales conflictos que actualmente pueden atentar contra las ansiadas vacaciones.
El no poder desconectarse de la rutina, los problemas de convivencia o el haber viajado con otra familia que tiene un ritmo con el que cuesta congeniar, además del uso del dinero y el mal tiempo, aparecieron como los principales enemigos del descanso.
Aquí van diez recomendaciones para evitar volver más cansados de lo que nos fuimos.
* 1- La convivencia. Durante el año, muchas personas pasan más horas con sus compañeros de trabajo que con su cónyuge e hijos. Las vacaciones plantean un desafío: convivir las 24 horas con una familia con la que durante el año se comparten sólo fragmentos del día. "Hay gente que no consigue desconectarse y bajar los niveles de ansiedad. Algunos trasladan el mismo nivel de exigencia demandado en el ámbito laboral a la familia y no se dan espacio para conectarse con sus hijos de una forma distinta", apuntó la doctora Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina e investigadora de temas de pareja y familia. Un consejo: "Equilibrar las emociones antes de salir; bajar un cambio. Desconectarse de lo anual y conectarse con el rol que se asume en la vacaciones. Predisponerse a estar de buen humor y tolerante".
* 2- Control de gastos. Existe la creencia de que cuando uno está en familia, pasándola bien, no debe medir gastos. Sería como limitar la alegría grupal por nimiedades. Sin embargo, el uso del dinero en las vacaciones también puede ser un conflicto. "Conviene hacer un presupuesto previo, elaborado sobre la base de un cálculo realista sobre qué tipo de vacaciones uno se puede dar. En algún momento, hay que afrontar los gastos que se hicieron", dice el economista Nicolás Litvinoff, autor del libro Es tu dinero . "No hay que dejarse llevar por la sensación de «estoy de vacaciones y me lo merezco». Siempre hay que mirar los gastos, porque aunque se pague todo en cuotas, sólo se está pateando para adelante un conflicto familiar", dice. Un consejo: "Si uno no tiene buen control, dejar la tarjeta de crédito en casa y llevar la de débito".
* 3 - Chispazos de pareja. Uno de cada tres divorcios se produce al volver de las vacaciones, dice Leonardo Glikin, que dirige una consultora de Planificación Patrimonial, Sucesoria y Financiera. "Si los desencuentros son más que las coincidencias, esto puede afectar el vínculo en el plano afectivo y sexual. Es aconsejable aprovechar este tiempo libre para estar juntos, conversar, divertirse y disfrutar el uno del otro. Cultivar la intimidad. Para encender la pasión es necesario encontrar un espacio, dejar de preocuparse por lo cotidiano y estar dispuestos y receptivos a sentir placer", dice Cruppi.
* 4- La casa no era la de las fotos. En el último tiempo se hizo habitual alquilar casas por Internet, sin más referencia que las fotos publicadas. Sin embargo, uno puede llevarse dos sorpresas desagradables: la primera, que la casa no sea exactamente lo que prometían las fotos. La otra, aún peor, que la casa directamente no exista. Así lo advirtió la Asociación Argentina de Derecho del Turismo (Adetur), que en los que va del año ya recibió 154 denuncias de víctimas de este tipo de estafas.
* 5 - El mal tiempo. Si hay algo que atenta contra las vacaciones es el mal tiempo, sobre todo en los destinos de playa, ya que casi no hay planes alternativos para días grises. El primer día de lluvia se tolera porque asienta el bronceado. El segundo se mira con fastidio, sobre todo si hay chicos. El tercero ya es una catástrofe y uno acaba preguntándose para qué se alquiló toda una quincena de carpa. Por las dudas, conviene llevar juegos de mesa y libros.
* 6- Conectados al trabajo. El celular suena una y otra vez, aunque la familia está en la playa. Los mails laborales deslizan pedidos que implican que alguno de los miembros se conecten a Internet, al aprovechar que en el parador hay Wi-Fi. "Esto puede ser un cortocircuito familiar importante. Un consejo: Tomar los recaudos necesarios y avisar en el trabajo que se estará offline. Si es posible, consultar el correo cada dos o tres días", apunta la doctora Cruppi.
* 7 - Problemas con el auto. Una falla mecánica puede terminar de la peor manera o simplemente obligar a la familia a pasar largas horas esperando un auxilio. También, hacernos caer en manos de un mecánico lugareño, de idoneidad desconocida. "Nosotros recomendamos hacer una revisión completa cada 10.000 km", explica Matías Pagano, gerente de Retail, de la cadena de centros de verificación Daytona.
* 8 -Olvidos para lamentar. Los bolsos, el botiquín, las toallas, las reposeras, el bloqueador solar, los baldecitos, los documentos... "¿Y los documentos? ¡No me digas que te los olvidaste!" Si este diálogo ocurre a tres cuadras de casa no será más que eso. Pero si sucede a metros de cruzar la frontera o ante un control policial, será el inicio de un cortocircuito de dimensiones y nunca quedará en claro quién fue responsable. Otros olvidos problemáticos pueden ser el dejar en casa remedios que se toman a diario, los pasajes o las credenciales de la prepaga. Los expertos recomiendan hacer una check list antes de salir.
* 9 - Salir de vacaciones con otros. Organizar para salir de vacaciones con otra familia o grupo de amigos, con quienes uno tiene buena relación, puede no ser la elección más feliz. Sobre todo porque no es sencillo congeniar ritmos y hábitos distintos, inclusive entre hermanos que fueron criados juntos, pero que cada uno desarrolló un estilo de vida diferente junto con su propia familia. Quienes participaron de una experiencia similar saben que no es sencillo el acople, aunque cada uno tenga su casa y su espacio propio y que no pocas veces se termina instalando un "Efecto Gran Hermano", en el que todos están nominados a abandonar la casa. "El efecto de estar con desconocido o con conocidos tóxicos puede arruinar las vacaciones. Es recomendable conocer bien a las personas con la que vamos a viajar. Pero, también, resguardar la intimidad de cada grupo, no intentar hacer todas las actividades juntos", dice Cruppi.
* 10- Sobrecargar la casa. "La gente quiere alquilar una casa para estar igual o mejor que en la suya. Quieren estar cómodos", explica Silvia Valente, propietaria de la inmobiliaria homónima de Pinamar. Es frecuente que la casa se sobrecargue, sobre todo cuando es alquilada por familias con hijos adolescentes, que invitan a sus amigos a pasar unos días, pese a que el chalet que se contrató tiene capacidad para seis personas. Así, el baño está siempre ocupado, la heladera no da abasto y quienes planificaron su descanso no tienen un espacio mínimo asegurado. Un consejo: respetar la capacidad máxima indicada para cada casa por sus propietarios.
Evangelina Himitian
LA NACION
Acatl: Carrizo, caña, junco. Rojo.
Acatzin: Pequeño carrizo
Acaualxochitl: Flor arrojada por el agua
Acoatl: Serpiente de agua
Ahuizotl: Mamífero acuático
Alotl: Fuacamaya
Ameyal: Manantial
Ameyaltzin: Pequeño manantial
Anáhuac: Ribera u orilla del agua
Aquetzalli: Agua preciosa
Atl: Agua
Atlacatl: Marinero
Atlanxochitl: La más bella flor del mar
Atototzin: Agua convertida en ave
Atzin: Agua venerable
Auachtli: Rocío
Axayacatl: Rostro de agua
Ayauhtli: Niebla
Azcatl: Hormiga
Aztlan: Blancura
Ceyaotl: Uno guerrero
Cihuatl: Mujer
Cihuacoatl: Mujer serpiente
Cihuapipiltzin: Mujer honrada
Cihuateopixqui: Mujer sacerdotisa
Cihuaxochitl: Mujer flor
Cinteotl: madre del maíz
Cipactli: Caimán
Citlalcóatl: Serpiente de estrellas
Citlalinicue: Falda de estrellas
Citlalli/Citlalin: Estrella. Luna
Citlalmina: Flecha de las estrellas (meteoros)
Citlaltonac: Estrella resplandeciente
Citlaltzin: Estrellita
Citlaxóchitl: Estrella que se convirtio en flor
Cóatl: Serpiente
Coatlaxopeuh (Guadalupe): Aguila que aplastó a la serpiente
Coatlicue: Falda de serpientes
Coatzin: Pequeña serpiente
Coyolli: Cascabel
Coyoltzin: Pequeño cascabel
Coyolxauhqui: Señora de los cascabeles (Luna)
Cozcaapa: Agua de piedras preciosas
Cuauhcihuatl: Mujer águila
Cuauhtémoc: Bajada del águila, águila descendente
Cuauhtleco: Águila que asciende
Cuauhtli: Águila
Cuauhtzin: Águila venerable
Cuetlaxochitl: Flor de río
Cuicacani: Cantor
Cuicatl: Canción
Chalchiuitl: Flor de fuego
Chimalma: Escudo yacente
Chalchiuitl: Flor de fuego
Chalchiuhtlicue: Falda de jade
Chalchiuxóchitl: Turquesa convertida en flor
Chicomecoatl: Siete serpientes
Chichilkuali: Águila roja
Chimalcóatl: Escudo de serpientes
Chimalli: Escudo
Chimalma: Escudo yacente
Ehécatl: Viento
Hiuhtonal: Luz preciosa
Huitzillin: Colibrí
Huitzilihuitl: Pluma de colibrí
Huitzilopochtli: Colibrí izquierdo, colibrí del sur
Ilhuicamina: Flechador del cielo
Ilhuicóatl: Serpiente celeste
Ilhuitemoc: El que desciende del cielo
Ilhuitl: Cielo
Imacatlezohtzin: La que ofrece mucho cariño
Ixcatzin: Como algodón
Ixtlixóchitl: Cara de flor
Ixualxochiotl: Planta de muchas flores
Izel: Única
Itzmin: Trueno
Itzpapálotl: Mariposa negra
Itzcoatl: Serpiente negra
Itzcuauhtli: Águila blanca
Iztacoyotl: Coyote blanco
Iztapapalotl: Mariposa blanca
Iztaxóchitl: Flor blanca
Iztlacihuatl: Mujer blanca
Iztli: Obsidiana, negrita
Macuilxochitl: Cinco flores
Malinalli: Hierba
Malinaltzin: Hierbecita
Malinalxóchitl: Flor de malinalli
Matlalcóatl: Serpiente-venado
Maxóchitl: Ramo de flores
Mayahuel: La de la planta del maguey
Mazacoatl: Serpiente-venado
Mazatzin: Venadito
Metztli/Mextli: Luna
Mexitli/Mexi: Liebre de aloe
Miquiztli: Reposo, quietud, muerte
Mixcoatl: Serpiente de nube
Mixtli: Nube
Mixtle: Nube oscura
Miztli: Puma
Motecuhzoma (Moctezuma): Tu señor enojado
Moyolehuani: Enamorado
Nahui: Cuatro, cuarto
Necucyaotl: Guerrero por ambos lados
Nelli: Verdad
Nezahualcóyotl: Coyote que ayuna
Nezahualpilli: Niño que ayuna. El jefe hambriento
Nicté: Flor
Noxochicoztli: Collar de flores
Ocatlana: Piedra que gira
Ocelocóatl: Ocelote-serpiente
Ocelotl: Jaguar, ocelote
Ohtonqui: Caminante
Omecatl: Dos juncos
Olontetl: Piedra que gira
Ollin: Movimiento
Opochtli: El de la mano izquierda
Painalli/Painal: Mensajero, el de los pies muy rápidos
Papalotl: Mariposa
Papantzi: Señora mariposa
Pelaxilla: Copo de algodón
Quecholli: Flamenco, flamingo
Quecholliquetzal: El flamenco más bello
Quetzal: Pluma hermosa
Quetzalcóatl: Serpiente emplumada
Quetzalli: Preciosa
Quetzalxilotl: Primoroso jilote
Quetzalzin: Pequeña bella
Quiahuitl: Lluvia
Quiahuitzin: Lluviecita
Tecolotl: Búho
Tecpalotl: Guacamaya de pedernal
Tecpatl: Pedernal
Teotl: Energía, dios
Teoxihuitl: Turquesa divina, preciosa
Tepeyolotl: Corazón de los montes
Tepiltzin: Hijo privilegiado
Tepochtli: Joven guerrero
Tezcatl: Espejo
Tezcatlipoca: Espejo que humea
Tezolpiliyolotl: Corazón muy dulce
Tizitl: Médico
Tlacaelel: El que levanta el ánimo, persona diligente
Tlahcuilo: Pintor, escritor
Tlanextic: Luz poniente
Tlanextli: Brillo, radiante, esplendor
Tlayolohtli: Corazón de tierra
Tlazohtlaloni: Hombre, forma masculina
Tlazohtzin: Quien es amado
Tlecóatl: Serpiente de fuego
Tlecuauhtli: Águila de fuego
Tlexochitl: Flor de fuego
Tleyotl: Corazón de fuego
Tzilmiztli: Puma negro
Tzitzitlini: Campanitas. Flor
Tochtli: Conejo
Tonahuac: Único de la luz, posesiva
Tonalli: Energía, día, calor
Tonalna: Madre de la luz
Tonantzi: Nuestra madrecita
Tonatiuh: Sol, el luminoso, el que calienta
Topiltzin: Nuestro niñito, nuestro príncipe
Ueman: Venerable tiempo
Uetzcayotl: Esencia de la luz
Xalaquia: La que está vestida de arena
Xicohtencatl: Jicote enfurecido
Xihuitl: Cometa
Xilonen: Mazorca de maíz
Xiuhcóatl: Serpiente de fuego, serpiente turquesa
Xiuhuitl: Turquesa
Xiuhxochitl: Flor turquesa
Fuente(s):
Para niña tengo los siguientes:
Itzel..........Lucero del amanecer
Saknikté...Blanca Flor
Nikte-Ha....Sol de agua
Yohatzin....Mujer de combate
Yaakunah.. Amor
Yaakun...... Amar
Nikte..........Flor
Sáastah..... Amanecer
Yaretzi........Siempre amada
Itayetzi........ Espiga dorada
Ixchel.......... Güerita ( compuesto de Ix = pequeño, ( a ) y Chel = güero ( a )
Zacbé...........Camino blanco
Naybi............Sueño
Uh................ Luna
Yalit.............. Flor de maíz
Yahani.......... Laguna en el paraíso
Yococzin....... Mujer de corazón tierno
Unenil Ich....... Espejo
Toktunich........ Pedernal
Canek.............Serpiente negra
Balam............ Jaguar
Solo vale la pena tener un hijo si vas a ser
cociente de tener un hijo un ser que embellece
el planeta que vos le recuerdes
el amor que hay que dar y amar...
¿Cuantas veces lo escuchamos? Este chico me salió: rebelde, vago, contestador mal hablado, egoísta, mentiroso... en fin, todos los "atributos" posibles que algunos padres no soportan en sus hijos.
Y entonces la frase habitual: "Este chico me salió..." ¡"me salió"! Como si los padres no tuvieran nada que ver. Como si realmente el hijo hubiera "salido", quizás por alguna fórmula producto del azar o por intervención de no se que fuerza oculta y extraña.
El niño no aparece del aire trayendo consigo una serie de virtudes y defectos adjudicados en algún reparto casual. El niño es consecuencia nuestra. Nosotros le aportamos sus atributos mediante dos vías fundamentales: la herencia y el ambiente.
Sea a través de una o de otra, la personalidad del niño, el futuro adulto es consecuencia.
Por otra parte si analizamos detenidamente esta frase: "me salió", notamos que estamos atribuyendo una posesión: "Me".
Y esto se extiende luego a otros aspectos de la vida. Y entonces vemos que los chicos "no LE toman la sopa a la madre", o asombrados nos percatamos que "no LE estudian al padre", y no sin cierta admiración descubrimos que "no SE le abrigan a la abuela". Y así sucesivamente.
De este modo encontramos que todo lo que ese "monstruo" lleva a cabo, Se lo hace a algunos de sus sufridos progenitores.
Como si en definitiva no fueran los pobres infantes, los único damnificados. Perdón señores padres. Rectifico. Los "más" damnificados por esas conductas. Y si no veamos. Si el niño no estudia, es cierto que va a producir una terrible jaqueca a su mamá, un knock out en el amor propio al papá, una seria lesión en las esperanzas de chochera de sus abuelitos.
Pero quién va a transitar a la deriva entre malas notas, exámenes, repetición de grados y cursos, penitencias, sentimiento de inferioridad y rechazo por parte de sus pares, deficiencia de sus conocimientos y en definitiva sin hallar el rumbo cierto (con toda la carga de amargura, frustración y fracaso que eso significa) en la vida, es el propio protagonista.
Lo mismo si no se alimenta debidamente, si no se abriga, etc., con todas las consecuencias que eso trae aparejado para su salud actual y futura.
Atención que no estamos diciendo que a los adultos (llámense padres, abuelos, tíos, etc.) no les afecte por el grado de cariño y responsabilidad que tienen con relación al niño. Decimos que quién más se perjudica es él mismo, y digo también, que es un ser humano. Un ser humano distinto al papá, a la mamá y a todo el resto de la familia.
De modo que por qué someterlo a una posesión, cual si fuera un objeto. "NO ME". No es al padre a quién no le estudia, ni a la madre a quién no le come, ni a la abuela a quién no se le pone el abrigo. Es a EL mismo.
Notas Importantes
¿Qué es un parto respetado?
Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)