Nota de Lic. Luis Beresovsky


¿Cuantas veces lo escuchamos? Este chico me salió: rebelde, vago, contestador mal hablado, egoísta, mentiroso... en fin, todos los "atributos" posibles que algunos padres no soportan en sus hijos.

Y entonces la frase habitual: "Este chico me salió..." ¡"me salió"! Como si los padres no tuvieran nada que ver. Como si realmente el hijo hubiera "salido", quizás por alguna fórmula producto del azar o por intervención de no se que fuerza oculta y extraña.

El niño no aparece del aire trayendo consigo una serie de virtudes y defectos adjudicados en algún reparto casual. El niño es consecuencia nuestra. Nosotros le aportamos sus atributos mediante dos vías fundamentales: la herencia y el ambiente.

Sea a través de una o de otra, la personalidad del niño, el futuro adulto es consecuencia.
Por otra parte si analizamos detenidamente esta frase: "me salió", notamos que estamos atribuyendo una posesión: "Me".

Y esto se extiende luego a otros aspectos de la vida. Y entonces vemos que los chicos "no LE toman la sopa a la madre", o asombrados nos percatamos que "no LE estudian al padre", y no sin cierta admiración descubrimos que "no SE le abrigan a la abuela". Y así sucesivamente.

De este modo encontramos que todo lo que ese "monstruo" lleva a cabo, Se lo hace a algunos de sus sufridos progenitores.

Como si en definitiva no fueran los pobres infantes, los único damnificados. Perdón señores padres. Rectifico. Los "más" damnificados por esas conductas. Y si no veamos. Si el niño no estudia, es cierto que va a producir una terrible jaqueca a su mamá, un knock out en el amor propio al papá, una seria lesión en las esperanzas de chochera de sus abuelitos.

Pero quién va a transitar a la deriva entre malas notas, exámenes, repetición de grados y cursos, penitencias, sentimiento de inferioridad y rechazo por parte de sus pares, deficiencia de sus conocimientos y en definitiva sin hallar el rumbo cierto (con toda la carga de amargura, frustración y fracaso que eso significa) en la vida, es el propio protagonista.

Lo mismo si no se alimenta debidamente, si no se abriga, etc., con todas las consecuencias que eso trae aparejado para su salud actual y futura.

Atención que no estamos diciendo que a los adultos (llámense padres, abuelos, tíos, etc.) no les afecte por el grado de cariño y responsabilidad que tienen con relación al niño. Decimos que quién más se perjudica es él mismo, y digo también, que es un ser humano. Un ser humano distinto al papá, a la mamá y a todo el resto de la familia.

De modo que por qué someterlo a una posesión, cual si fuera un objeto. "NO ME". No es al padre a quién no le estudia, ni a la madre a quién no le come, ni a la abuela a quién no se le pone el abrigo. Es a EL mismo.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)