ImageHoy te contamos qué alimentos elegir para que tu hijo se desarrolle saludablemente.
Mi sueño es ser madre cuando Dios lo mande”, declaró en diferentes medios nacionales la reconocida sexóloga Alessandra Rampolla. Su mayor obstáculo era el sobrepeso, ella sabía que no podría cumplir lo que tanto ansiaba. En 2008 se sometió a una cirugía de bypass gástrico. Aunque su ilusión haya sido truncada por problemas con su pareja, hizo un gran esfuerzo para ser mamá: bajó 38 kilos. Todas sabemos que la obesidad y el sobrepeso incrementan los riesgos a desarrollar enfermedades, como la diabetes gestacional, la hipertensión, propiciar partos prematuros o el nacimiento de bebés con cardiopatías o bajo peso.
Tu Espacio habló con la licenciada en nutrición María Belén Bachey de Pérsico para saber cuáles son los cuidados que hay que tener en la alimentación durante el embarazo.
“Hay muchas cosas a tener en cuenta en esta etapa, tanto para la futura mamá como para el bebé que está creciendo en la panza. El bebé está unido a la mamá por el cordón umbilical y a través de éste y de la placenta recibe lo que necesita para crecer y desarrollarse. Es muy importante un aumento adecuado de peso durante el embarazo, debido a que ayuda a la mamá a evitar la diabetes, hipertensión arterial (presión arterial alta), estreñimiento, dolores de espalda, entre otros”, dijo Bachey.
Los factores que aumentan el riesgo de que el niño nazca con bajo peso son: una alimentación insuficiente, en cantidad, calidad, o ambas; la hipertensión arterial; la diabetes (en algunos casos) y fumar, consumir drogas o alcohol. Los que aumentan el riesgo de que el pequeño llegue al mundo con sobrepeso son: un aumento excesivo de peso materno y la diabetes gestacional no controlada. Para que tu bebé nazca con el peso adecuado y esté sano, deberás cuidar tu estilo de vida, prestando especial atención a tu alimentación y a la actividad física que realizás.
El peso que una mujer debe aumentar durante el embarazo varía según el peso que tenía antes de quedar embarazada. Por ejemplo si tenías bajo peso el aumento será entre 12 y 18 kilos; si tu peso es normal de 11 a 16; si estás en sobrepeso de 7 a 11.

¿Qué debemos comer para que el feto se desarrolle saludablemente?
“Los consejos nutricionales para la mujer embarazada han variado con el tiempo. Anteriormente, las mujeres eran estimuladas a tener modestos incrementos de peso durante la gestación y a consumir dietas hipocalóricas. En otros momentos fueron incentivadas a “comer por dos”, lo que contribuyó a ganancias de peso excesivas, con mayor patología materna y fetal. Lo adecuado es que la embarazada coma “para dos”, para ella y para el niño, teniendo en cuenta las transformaciones que se producen en su cuerpo y con los requerimientos tan particulares que tiene un organismo en formación”, explicó la nutricionista.
Habrá que comer más porque de lo contrario el feto no contaría con la cantidad suficiente de nutrientes que necesita. “Cuando el pequeño está en la panza debe tener una alimentación variada y completa, que incluya los seis grupos básicos de alimentación en su justa proporción para que aporte todos los nutrientes necesarios en sus cantidades óptimas que aparecen en la Gráfica de Alimentación Saludable (Ver cuadro). Hay que tener en cuenta que los planes de alimentación son específicos para cada persona”.
Es muy importante la ingesta de líquidos: la nutricionista aconseja beber de 6 a 8 vasos de agua sin contar el resto de líquidos que se ingieren durante el día.

Todos los nutrientes son importantes...
Cuando una mujer está embarazada debe realizar una alimentación balanceada. La nutricionista aconsejó prestar mucha atención a los siguientes:
- El ácido fólico es una vitamina B9 que contribuye al normal crecimiento del feto en el seno materno. Este nutriente interviene en la correcta división celular, e incide principalmente en la formación del sistema nervioso, sobre todo en las primeras semanas de embarazo. “Además de tomar el suplemento que indique tu médico, es bueno incluirlo en la alimentación, esta vitamina se encuentra en alimentos como el hígado, la levadura de cerveza, verduras de hojas verdes (lechuga, espinaca, acelga), brócolis, espárrago, cereales integrales, semillas de girasol, germen de trigo, banana, huevo y frutas secas”, dijo.
- El hierro es un mineral que sirve para que el aire que respiramos sea transportado por la sangre a los diversos lugares del cuerpo, además de mejorar las defensas. “Cuando estás embarazada es necesario que tu organismo forme más sangre para los dos. Durante el tercer trimestre la mamá realiza los depósitos de hierro con los cuales vivirá el bebé durante los primeros cuatro meses. Con sólo alimentarte no se logran cubrir las necesidades, por eso hay que complementarlo con un suplemento que recete el médico”, explicó.
Los alimentos con fuerte base de hierro de origen animal son el hígado (ternera), el riñón (vaca), las vísceras en general (principalmente con poca grasa); carne de pollo, de pescado, morcilla y huevo. Los de origen vegetal son las arvejas, los garbanzos, las lentejas, los porotos de soja y los blancos, la acelga, la achicoria, el berro, los espárragos, las espinacas, las chauchas, las frutas desecadas (ciruelas pasas, durazno orejón, higos pasas, uvas pasas, etc.), el arroz integral, la avena arrollada, el ají y perejil fresco.
- Algunos alimentos con vitamina C: naranja, mandarina, ananá, frutilla, pomelo, limón, tomate, etc.
Es importante evitar tomar café, té o mate cocido durante e inmediatamente después de las comidas porque dificulta que se absorba el hierro de los alimentos.
- El calcio es un mineral que constituye los huesos y hace que los dientes estén sanos y fuertes. Su ingesta en embarazadas garantiza un óptimo desarrollo óseo tanto del feto como de la mamá. Sus fuentes principales son: leche, yogur y queso. A diferencia del ácido fólico y el hierro, el calcio puede cubrirse solo con la dieta consumiendo diariamente lo siguiente:
• 3 tazas de leche líquida tamaño desayuno (250cc) o alguno de sus reemplazos. Una taza es igual a una de estas opciones:
• 2 cucharadas de leche en polvo.
• 1 pote de yogur.
• 1 porción tamaño cajita de fósforo de queso fresco.
• 3 fetas de queso de máquina.
• 6 cucharadas soperas de queso untable.
• 3 cucharadas de queso de rallar.
“El estado nutricional de la mujer embarazada influye en el resultado final de su embarazo. Un estado adecuado de nutrición, antes, durante y después del embarazo, contribuye al bienestar de la mamá y de su recién nacido. No podemos olvidar que esta etapa es un período fisiológico en la vida de una mujer, y se debe tratar como tal, las necesidades nutricionales aumentan para permitir a la madre almacenar los nutrientes necesarios para el desarrollo fetal y la lactancia”, concluyó la licenciada.

A tomar conciencia...
“Debemos tener presente que la mujer embarazada tiene mucha responsabilidad, debido a que ya no es sólo la mamá la que se está cuidando, sino que también está creando vida dentro de ella.
Como profesional de la salud es un gran desafío ayudar a establecer conductas saludables con relación a la alimentación, durante todo el ciclo vital y en forma muy prioritaria durante el embarazo, período de máxima vulnerabilidad”, dijo la licenciada en nutrición, María Belén Bachey de Pérsico.


La licenciada atiende de manera personalizada en Chacabuco 625. Para pedir turnos y realizar consultas llamá al 425241.

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Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)