Ahora, los ocho años son los nuevos doce

La niñez se acorta y los chicos adoptan conductas propias de adolescentes; la tecnología, una de las claves de esta transformación
"Tengo dos hijos mayores, uno de 22 y una de 21, que no hacían ni la mitad de lo que hace hoy Lucas, a los 9: se preocupa por cómo se viste, por su peinado y por tener siempre perfume, que son cosas que elige él y que le encantan. Ahora los chicos de esta edad deciden a dónde salir, van al shopping o se reúnen a escuchar música". Para Marisa Giudice, madre de Lucas Pupilli, no hay dudas de que su hijo ya llegó a la adolescencia.
No es el único. Manuel tiene celular, perfil en Facebook y se viste -solo, por supuesto- como si tuviera 15 años. Pero tiene 9. Lola ya no juega con sus muñecas y se la pasa chateando con sus amigas. Está preocupada por la ropa que llevará en el décimo cumpleaños de Iara, su mejor amiga, y le pide a la mamá "ir de shopping".
Las vidas de los chicos ya no están gobernadas sólo por los códigos del juego. Aún son niños, pero su elección por la ropa, sus peinados, sus preferencias a la hora de escuchar música (a menudo encerrados en su cuarto), su manera de relacionarse con sus pares del sexo opuesto y hasta su desarrollo hormonal los codea con el mundo adolescente, donde los dibujitos y los juguetes quedan prematuramente atrás. Los 8 años, ahora, son los nuevos 12.
El doctor Mario Elmo, secretario del Comité Nacional de Pediatría Ambulatoria de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), lo observa como un fenómeno masivo, "donde los niños responden con una demanda reactiva a una propuesta de consumo, publicidad y marketing que genera una fuerte influencia en su entorno. Además, en muchos aspectos, el adulto observa al niño con capacidades superiores, como el manejo de la tecnología, algo que nunca antes había sucedido".
 
Chiara de Luca, de 7, disfruta de un día en la peluquería Prana. Foto: LA NACION / Ignacio Colo
Las manifestaciones conductuales típicas de los "niños adultos" son: cambios bruscos en el ánimo, irritabilidad, hipersensibilidad y bipolaridad entre introversión y extroversión; en términos generales, una personalidad que se muestra desintegrada e inestable, tal como sucede en la adolescencia. Sus gustos son específicos, manejan la tecnología a la perfección y la imagen personal pasa a ser muy importante.
La especialista en niñez y adolescencia Susana Mauer, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, asocia este tipo de situación a una marca de época. "Acortar distancias y minimizar diferencias es una marca actual. Casi sin solución de continuidad, los chicos van adoptando una pose que genera desajustes en sus comportamientos, desconcierto en los adultos y algunas batallas en el interior de las familias".
La psicóloga Cristina Castillo, supervisora de pareja y familia en el Centro de Asistencia Fernando Ulloa, advierte: "Muchas veces escucho cosas como «es muy maduro, tiene 10 años pero parece un adulto» o «ella es muy compañera mía», que los ubican en un lugar de gente mayor. Los chicos hoy cuestionan y responden como grandes. Por ejemplo, te dicen «yo no me baño para cuidar el medio ambiente». Estas respuestas descolocan".

EL PAPEL DE LOS PADRES

El doctor Elmo también destaca que este tipo de conductas muchas veces son inspiradas por los padres. "Existe un doble discurso. Se alerta, pero en forma sistemática lo promueve. La familia permite y muchas veces estimula. Pero la familia por sí misma no es responsable porque forma parte de un fenómeno social que la supera". Mauer coincide en la necesidad de no responsabilizar a los padres de esta situación: "Estos cambios no son sólo efecto de progenitores negligentes. Esta es una lectura bastante naturalizada en la actualidad que no alcanza a dar cuenta de la complejidad del fenómeno cultural que atraviesa Occidente".
La directora de la Escuela para Padres, Eva Rotemberg, destaca que parte de esta adultización de la niñez tiene que ver con los tiempos de unos y otros. "Los adultos viven a un ritmo acelerado. La temporalidad es una marca muy importante porque el niño necesita de una temporalidad más lenta para el armado de su mente y sus emociones. La temporalidad del adulto no sólo respeta a la del niño, sino que contagia esa aceleración".
Para dimensionar este fenómeno basta comprobar los regalos que los chicos piden para cada Navidad o Día del Niño. Hasta hace dos décadas, todavía un chico de 8 años deseaba un juguete, y si era una niña, se inclinaba por alguna muñeca. Hoy no. Diversos estudios señalan que con el avance de la tecnología, la edad para abandonar los juguetes se acortó tres años. A los siete, los chicos piden una computadora, un iPod o una PlayStation. Incluso sus juegos favoritos, en Facebook o en consolas de juego, son similares a los muchos adolescentes o adultos, como el PES 2012, de fútbol. De hecho, varios padres regalan a sus hijos tecnología -móviles, tabletas- de segundas marcas para que los niños no "arruinen" los suyos.
Pero este salto de etapas no es gratuito y puede tener costos futuros. "Es importante que los padres estimulen la autosuficiencia, pero en una ámbito donde no se dañe el proceso normal ni se quemen etapas. Porque hay vacíos y ausencias que pueden generar conflictos", concluye Elmo.

ETAPAS QUE YA NO DEFINEN MUCHO

INFANCIA
Pequeños gigantes
  • Lo niños de hasta 11 años no son iguales a los de décadas pasadas. La evolución en el lenguaje y las actividades confunde muchas veces a niños de 9 años con adolescentes por su forma de desenvolverse. Un dato es que muchos comienzan el primer grado con la capacidad de lectoescritura desarrollada a niveles de un niño de 2° grado de hace dos décadas, según estudios.
ADOLESCENCIA
Más temprano
  • La adolescencia parecería haber comenzado a manifestarse al menos en los aspectos del carácter y la personalidad antes que tiempo atrás. A los 11 años, un niño de clase media que habita una zona urbana, según los especialistas, tiene actitudes de un adolescente de entre 13 y 14 años de la década del setenta. La madurez física también se ha adelantado.
JUVENTUD
Un ciclo alargado
  • La adolescencia que técnicamente abarcaba entre los 13 y los 20 años hoy parecería haberse extendido. La juventud, un período que hoy se estipula hasta los 40 años, tiene rasgos adolescentes como el personaje del actor Daniel Hendler, en Graduados, con una personalidad fatigada y sin metas definidas. Hoy este tipo de comportamiento llega hasta los 30 años o aún más.
ADULTEZ
Reloj que atrasa
  • Hace algunas décadas una persona de 50 años empezaba a presentir la inexorable llegada de la tercera edad. Sin embargo, actualmente quienes tienen 50 años podrían compararse con los de cuarenta de antes como las transmutaciones de Marcelo Tinelli. Incluso quienes ya cruzaron la barrera de los 60 realizan actividades reservadas décadas atrás a los jóvenes o incluso adolescentes.

Leer y escribir antes de llegar al colegio

Aunque ahora será un objetivo a alcanzar recién en segundo grado, cada vez más chicos dominan la lectoescritura en jardín y preescolar Francisco Iglesias tiene 5 años. Empezó este año preescolar leyendo y escribiendo. Además de su nombre, le gusta escribir "San Lorenzo" -el equipo de sus amores- y les manda mensajes de texto a su papá y a su abuelo para intercambiar opiniones de algún partido. Francisco no es un superdotado, pero sí un chico estimulado que adquirió tempranamente la lectoescritura para leer los nombres de los jugadores de fútbol.

Los niños de 4 y 5 años que leen y escriben desde antes de entrar en primer grado son cada vez más y eso se palpa en la mayoría de los jardines de infantes y preescolares privados, así como en algunos públicos de los barrios de clase media de la ciudad de Buenos Aires. Aunque la lectoescritura es un objetivo formal de primer grado -que de no alcanzarse, a partir de ahora y por una resolución del Consejo Federal de Educación, no será motivo de repitencia-, cada vez más chicos ingresan en la primaria siendo "alfabéticos".
Luciana García es docente de preescolar. Afirma que en los últimos tiempos aumentó la cantidad de niños que leen y escriben mientras están incluso en el jardín. "De 21 alumnos que hay en la sala, cinco son alfabéticos. Y la misma cantidad van camino de serlo. Esto tiene que ver con la tecnología y con los padres, ya que es una preocupación más de ellos. Además, las escuelas fueron cambiando. Si bien no es objetivo de sala de 5, hoy se usan cuadernillos de actividades y se los incentiva mucho", dice.
Felipe Lorenzo Armano ya es un alumno de 1er. grado del Instituto St. Columba's. Aprendió las primeras letras y números en sala de 4, así que a mitad de año, en preescolar, ya escribía su nombre y varias palabras más. "Ahora los chicos están muy avanzados. A los 3 años ya están con la computadora. No es un aprendizaje forzado, sino todo lo contrario. Felipe a los 4 años me preguntaba qué letras llevaba cada palabra para poderlas escribir", contó Mariana, su mamá.
Francisca Lucini tiene 4 años, va a una escuela en el barrio de Núñez. Escribe no sólo su nombre y los de su familia, sino también el de varios objetos. Pero lo que más la apasiona es deletrear. "El dectodeletreo la vuelve loca. Y ella sola va descubriendo cómo se escriben las palabras. Para el Día del Padre escribió sola la tarjeta y estaba feliz", contó Florencia Bauzá, la orgullosa mamá.
A pesar de que en casa de los Lucini la lectura es una actividad habitual, Bauzá aclara: "A Fran no la estamos motivando nosotros permanentemente. Pero cuando un niño vive en un contexto armónico, de tranquilidad y juego, la motivación llega sola. Cuando hay otras preocupaciones a su alrededor, los estímulos no se encienden".
 
Francisca Lucini tiene 4 años y ya escribe los nombres de sus amigos. Foto: Gentileza familia Lucini
En este sentido, la psicopedagoga y psicoanalista infantil Alejandra Marroquín, miembro de la Biblioneta, una biblioteca rodante que busca estimular la lectura en niños, explicó a LA NACION que "la adquisición de lectoescritura está asociada a una capacidad individual y otra social. El camino puede facilitarse por los estímulos y recursos que tiene el niño. Si uno le ofrece el libro como un objeto deseable, es posible que lo tome. Si es una imposición, probablemente no".
Pero lo que comienza a ser habitual en la educación privada no se generaliza en la pública, especialmente en el interior del país, lo que aumenta la brecha entre los alumnos que asisten a uno u otro sistema. Según el Barómetro de Deuda Social de la Infancia, elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), hay varios indicadores de déficit de estimulación en muchos hogares argentinos. El 28,8% no les suele contar cuentos a los niños menores de 5 años y el 35% no tiene libros infantiles en el hogar.
Además, el 31,1% de los niños menores de cinco años asiste a centros educativos donde no tiene estímulo de educación musical. El 28,2% no recibe el estímulo de la educación física y el 52% no suele realizar salidas pedagógicas a espacios de arte, museos, teatros, zoológicos, etcétera.
En la escuela, donde hay que conjugar realidades diversas, la adquisición de las habilidades de lectoescritura no es homogénea y los docentes deben tener en cuenta los tiempos de cada niño. Marroquín opinó: "La escuela debe acompañar el proceso teniendo en cuenta las distintas realidades. Ningún grupo va a ir al mismo tiempo, más cuando se trata de la adquisición del lenguaje. El docente deberá ver cómo superar estas diferencias. La inclusión de las diferencias no significa nivelar para abajo".
Otro aspecto que dificulta a veces la adquisición de la habilidad de leer y escribir es el quiebre que existe entre el nivel inicial, donde en general el aprendizaje se realiza a través del juego, y la primaria, donde lo lúdico casi desaparece.
"El quiebre entre jardín y primaria existe y esto no se modificó -opinó García-. El juego desaparece y queda reducido a los 10 minutos del recreo. También hay un quiebre desde el afecto. En el jardín la maestra es como una mamá sustituta, en la primaria les falta contención y eso influye en el aprendizaje.".


 1. No supongas.

No des nada por supuesto.

Si tienes duda, aclárala.

Si sospechas, pregunta.

Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento.

2. Honra tus palabras.

Lo que sale de tu boca es lo que eres tú.

Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; y si no te honras a ti mismo, no te amas.

Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces.

Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.

3. Has siempre lo mejor.

Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada.

4. No te tomes nada personal.

Ni la peor ofensa.

Ni el peor desaire.

Ni la más grave herida.

En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a sí mismo. Pero el problema es de él y no tuyo.


El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.

Aquellos sistemas que por "amor" o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.

Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen obligación de ponerle todo en las manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa "ayuda" no llega, culpa a los demás de su "desgracia" (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Solo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)