Canción de cuna Intérprete: Los Piojos Quiero que te duermas como un sol Que se acuesta en un campo de trigo Tengo aquí en mi pecho un corazón Igualito al hueco de tu ombligo Sabes quien temblaba, cuando ibas a nacer Sabes que pensé, que por ahí no ibas a poder Sabes quien te puso en el pecho de mama, oh Debe ser que me pediste un día una canción Que fuera del corazón, ahí te va Vamos a correr un rato que hay tiempo nomás Hay tiempo nomás, todo el tiempo Nunca nadie me dio tanta luz Para nadie fui tan importante Nunca quise ver tan lejos al dolor Con verte crecer tengo bastante Dientes asomando y dibujos en la piel Todas las mañanas mi motor vos encendes Mil relojes no marcan las horas como vos, oh Vamos a besar la nieve y vamos a volar Vamos a besar, este cielo Nada, nada nunca nada nos va a separar Somos una llama en el invierno Le pedí al señor que me diera un amor Nunca pensé seria tan profundo |
Qué tarde que has venido |
Tango |
Música: Héctor Varela |
Letra: Carlos Waiss |
Qué tarde que has venido, no ves que ya es invierno, que toda mi ternura la vida la quemó. Qué tarde que has venido, si en las llamas de mi infierno dejastes sólo llagas en vez de un corazón. Qué horrible pesadilla saber que te perdía. La noche que tu orgullo fue un dique entre los dos. La noche te envolvié, grité: "¿Por qué... Por qué?.. Y alcé mis puños rotos, crispados en tu amor. Corazón no llorés, que no vale la penar ecordar su querer, si ella nunca fue buena. Mis manos vacías, vacías, como el hueco de un adiós. No pueden perdonar, no llores corazón, que llevo en tu latir su maldición. Qué tarde que has venido, no ves que ya es invierno. Mis labios están secos, amargos como hiel. En mí se desataron la cien furias del averno y soy huraño y triste, lo mismo que un ciprés. Desde hoy en adelante, por esta calle mía, me cantará la lluvia tus lágrimas de hoy. Y en cada atardecer, las muecas de un perdón, traerán desde el olvido tu vieja maldición. |
Te abrazo en mi alma, como si fuéramos niños y te deseo un momento de calma....
Te miro y doy gracias de tenerte cerca, es un instante donde apague rencores
Y en esta eternidad de un día, vienen a mi mente sólo sentimientos,
Sólo sentimientos.....y mis buenos sentimientos.
Feliz Año nuevo ...para cada uno que me lee.
Hay una mujer en mi alma
Con el rostro curtido que marcha
En medio el polvaderal
Lleva en su vientre la espera
De una noche azul que no llega
En tiempos de soledad
Y mientras camina
Va sacandose las espinas
Del alma al llorar
Y mientras respira
Va muriendo y nace la vida
En antiguo ritual
Con esas manos sencillas
Aprieta callos y heridas
Que nunca dira su voz
Sola se va por los montes
Tejiendo lunas y estrellas
Mientras va naciendo el sol
SAN VALENTIN
Poema de la Prosperidad
Ni la tristeza, ni la desilusión
Ni la incertidumbre, ni la soledad
NADA ME IMPEDIRÁ SONREÍR.
Ni el miedo, ni la depresión,
Por más que sufra mi corazón,
NADA ME IMPEDIRÁ SOÑAR.
Ni la desesperación, ni la ignorancia,
Mucho menos el odio o alguna ofensa,
NADA ME IMPEDIRÁ VIVIR.
En medio de las tinieblas, entre los espinos,
En las tempestades y en extraviados caminos,
NADA ME IMPEDIRÁ CREER EN DIOS.
Así errando y aprendiendo,
Todo me será favorable,
Para que yo pueda siempre evolucionar
Perseverar, servir, cantar,
Agradecer, perdonar, recomenzar...
QUIERO VIVIR EL DIA DE HOY
COMO SI FUESE EL PRIMERO,
COMO SI FUESE EL ÚLTIMO,
COMO SI FUESE EL ÚNICO.
Quiero vivir el momento de ahora
Como si aun fuese temprano,
Como si nunca fuese tarde.
Quiero mantener el optimismo,
Conservar el equilibrio,
Fortalecer mi esperanza,
Recomponer mis energías,
Para prosperar en mi misión
Y vivir alegre todos los días.
Quiero caminar con la certeza de llegar,
Quiero luchar con la certeza de vencer,
Quiero buscar con la certeza de encontrar,
Quiero saber esperar
Para poder realizar los ideales de mi ser.
EN FIN ...
Quiero dar lo máximo de mi,
para vivir intensamente y maravillosamente
TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA.
No llores si me amas.
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudieras oir el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo, la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
¡Cómo!¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Creedme: cuando la muerte venga a romper las ligaduras, como ha roto las que a mí me encadenaban, y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce, tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverása ver a aquella que te amaba y que siempre te ama, y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme,pero transfigurado, extático y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando contigo, que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas.
La rebelión de las madres
El enfoque edulcorado de la maternidad está cada vez más en desuso, y hoy las mujeres encuentran eco para quejarse sin culpa o ser mal vistas por eso
''Está bueno saber que hay una parte de la maternidad muy difícil'', dice Belén Casserly, mamá de Matilde. Foto: Ignacio Coló
El modelo de madre abnegada como causa de un hijo perfecto es un mito casi desterrado. La dulce espera también tiene su lado más amargo, y animarse a ser políticamente incorrectas con respecto a la maternidad dejó de ser un tabú para las mujeres.
Belén Casserly (28), mamá de Matilde, de apenas dos meses, siempre les pedía a sus hermanas que ya habían tenido hijos que le contaran "la peor parte" de la historia, el costado más difícil de la maternidad. Su hermana, Victoria, madre de Olivia, de 3 años, y ahora embarazada de casi nueve meses, fue contundente: "Te dicen que vas a ser la mujer más feliz del mundo, todo es un cuento color de rosas, meloso y edulcorado. Pero es mentira. Nadie te dice de la depresión posparto [¡Lloré durante un mes y medio!], que el tercer día parecés Luciana Salazar y no podés más del dolor, que hay una personita que depende absolutamente de vos y ni siquiera tenés tiempo de ir al baño, que no estás más embarazada, pero frente al espejo estás igual, y encima todo el mundo opina. Porque mientras el bebe está en la panza es muy fácil, pero cuando nace, sonaste...", dice Victoria, con descaro y humor irónico. Y enseguida, agrega: "Todo esto lo puedo decir ahora, pero cuando Olivia recién había nacido, me daba culpa de sólo pensarlo. Me sentía la peor, mala, sufría mucho. Amo profundamente a mis hijos y me reconozco una mujer madraza, pero las fantasías sobre el embarazo y el nacimiento no son como la mayoría se las imagina. La realidad es otra, y los cambios son muy fuertes. A mí la terapia me salvó, y haber encontrado un lugar para expresarme sin sentirme mal por eso fue fundamental. Con el segundo cierro la fábrica, y mucha gente me dice: «Ay, ¿no querés tener uno más?». No, porque tengo un sistema nervioso que también tiene que sobrevivir", responde Victoria, entre risas.
Mujeres y expertos en crianza lo confirman, y reconocen que los sentimientos ambivalentes -como el de ser plenamente feliz por ese nuevo hijo traído al mundo y, al mismo tiempo, querer armar las valijas en la medianoche y desaparecer del planeta para no escuchar más ese llanto que no se detiene- no hacen a una mujer peor ni mejor madre, "sino más bien la muestran un poco más humana".
Con Olivia en brazos, de 3 años, y esperando a Salvador, Victoria Casserly está agotada, y lo confiesa. Foto: Gustavo Bosco
La noche después de la cesárea, Belén Casserly le dijo a su marido. "Te pido que me hagas acordar que no quiero tener más hijos." Hoy, apenas dos meses después, ella se ríe al acordarse de aquella frase. Incluso, confiesa que piensa en agrandar la familia.
Pero Belén no tiene reparos en ventilar sus quejas, su malestar, su cansancio y sus ganas de recuperar su figura, su trabajo y su tiempo libre.
"La noche después de la cesárea fue la peor de mi vida, tenía tanto dolor que quería que me dieran morfina. Vino la enfermera y me preguntó si queríamos que se llevaran a Matilde un ratito a la nursery. No lo dudé, sí obvio, no puedo más -cuenta Belén a la nacion-. Era lo mejor para el bienestar de todos, aunque pedí que cuando tuviera hambre, me la trajeran; yo quería amamantarla siempre."
El fenómeno de revelar el lado B de la maternidad, de admitir que las responsabilidades de la crianza hoy colisionan más que hace algunas décadas con el mundo profesional de las mujeres, sus proyectos laborales y otros aspectos personales que también necesitan ser atendidos, se expone con mayor frecuencia en películas, libros y hasta algunas obras de teatro. Guía (inútil) para madres primerizas , de las periodistas Ingrid Beck y Paula Rodríguez; Y un día me convertí en esa madre que aborrecía , de Sonia Santoro, son algunos de los títulos que abordan el tema.
"También hay un libro que escribió un obstetra del hospital Italiano que está genial, pero me enteré recién cuando ya estaba de cuatro meses, sino te juro hubiera esperado un poco más para quedar embarazada", remata Victoria, con una carcajada. El título al que hace referencia esta mujer son, en realidad, varios libros que ha publicado el doctor Mario Sebastiani, después de 38 años de carrera y de haber atendido una cantidad aproximada de... ¡9000 partos! En Lo que nadie te contó del embarazo y del posparto; Embarazo, ¿dulce espera? y ¿Por qué tenemos hijos? , el experto cuestiona varios de los lugares comunes acerca de la maternidad y, como diría Belén Casserly, cuenta "la peor parte" de la historia. "El que diga que la maternidad es sencilla es deshonesto o distraído. Además, el hecho de pensar que es algo natural hace que las mujeres crean que todo se desarrollará sin dificultades, y que las respuestas de su organismo y de su psiquismo se adaptarán fácilmente a los cambios. Y esto no sucede así. Pero el problema es que, como la sociedad festeja el embarazo y el parto, las mujeres no encuentran eco para manifestarse, y sufren en silencio para no ser tildadas de "malas" o "desagradecidas", desliza Sebastiani.
María Lang y su pequeño Dimas; ''Es difícil manejar la culpa''. Foto: Ignacio Coló
La reflexión de la psicóloga Marisa Russomando, especialista en maternidad y crianza, se centra en una figura más contemporánea de la mujer. "Si estamos de acuerdo en que la mujer actual tiene diferentes centros de interés, que la maternidad no es su único e inefable destino, por qué esperamos que no haya días buenos y otros no tanto, noches de ensueños y otras de pesadillas. Por qué suponemos que una mujer, por el hecho de ser madre, deja de tener sus crisis, sus gustos, sus contradicciones, sus angustias, sus miedos y sus elecciones. Si no tuviera la imagen de una madre como aquella mujer que soporta todo, con una paciencia inagotable, con ganas de estar con sus hijos todo el día y su imborrable sonrisa, tal vez, las madres podríamos pasarlo mejor desde el primer día. El vínculo con el bebe, como todo vínculo, se construye paso a paso, con días buenos y otros difíciles."
Sin embargo, la psicóloga Ileana Berman considera que, actualmente, el lugar de la maternidad está muy desvalorizado. "Tener un hijo significa bajar las revoluciones, quedarse en casa, estar todo el día con ese bebe. Las mujeres hoy quieren despegar cuanto antes, salir a trabajar y a revivir la adrenalina perdida. Los sentimientos ambivalentes siempre existieron, el amor y sus sombras, pero hace varias décadas era un lugar de reconocimiento que ahora se ha perdido".
Para María A. Lang (38) y madre de dos hijos, el más pequeño, Dimas, de nueve meses, los primeros tiempos siempre son los más difíciles. "Hasta el año es la etapa más dura, pero las mujeres tenemos que aprender a decir que no. Queremos hacer todo y volver rápido a nuestra rutina, y es imposible. Además, a diferencia de antes, hoy las madres estamos más conectadas con las necesidades emocionales del bebe, y eso complejiza aún más la situación. Lo cual es un arma de doble filo, porque el agobio llega más rápido."
EL HOMBRE Y LOS PAÑALES
Si quejarse de sus propios bebes dejó de ser tabú para las madres 3.0, también hay que reconocer que los hombres, cada vez más, participan de la crianza de los hijos. Son más afectivos y, por qué no, "maternales". Mamaderas y pañales forman parte de sus rutinas diarias mientras las madres no están en casa. "La flexibilización de los roles de madre y padre diluyó, en parte, las marcas propias de la crianza. Hoy necesitamos hablar de familias en plural como de modos posibles de encarar la maternidad, y cuanto más aceitado esté el equipo, cuanto más apuntalada y comprendida se sienta la mamá en su desborde, menores serán los efectos en los vínculos", opina Susana Mauer, especialista en niñez y adolescencia.
La pediatra Luciana Meni Battaglia, que trabaja en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde, asegura que "tener sentimientos encontrados es totalmente normal, forma parte del crecimiento como madre y les pasa a todas las mujeres, aunque muchas aún no lo digan. Pero eso no significa que quieran menos a sus hijos, son cosas que deberían charlarse con la pareja para repartir los roles".
Advertidas, con ayuda de sus maridos y conscientes del acto altruista de traer un hijo al mundo. Da igual, siempre aparece el reverso de la historia. Pero ser políticamente incorrectas con respecto a la maternidad está bien visto. "Ya no soporto más la panza, quiero que me lo saquen ya, por favor", ruega Victoria, a pocos días de parir. Feliz y contrariada. Como la maternidad misma.
LOS PADRES, UN NUEVO PAPEL
Son más afectivos, colaboran y piden participar
- Colaboración
El nuevo padre es muy diferente a los de décadas pasadas. Ahora asume tareas que antes eran casi exclusivas de las madres, como cambiar pañales, levantarse a la noche, cocinar y bañar a sus hijos
- Acompañamiento
Durante la crianza los padres hoy están pendientes de las responsabilidades que implica participar de la consulta al médico, las reuniones en las instituciones educativas y realizar actividades antes asumidas como de madres. Los padres piden -aunque a veces se malinterpreta- estar cerca
- Más afectivos
La nueva paternidad, sin generalizar claro, basa muchas de sus acciones en el acercamiento afectivo con los hijos. Los padres hoy le dan más importancia al hecho de que sus hijos los quieran más que los respeten como antes
Notas Importantes
¿Qué es un parto respetado?
Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)