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Qué tarde que has venido
Tango
Música: Héctor Varela
Letra: Carlos Waiss
Qué tarde que has venido,
no ves que ya es invierno,
que toda mi ternura la vida la quemó.
Qué tarde que has venido,
si en las llamas de mi infierno
dejastes sólo llagas en
vez de un corazón.

Qué horrible pesadilla
saber que te perdía.
La noche que tu orgullo
fue un dique entre los dos.
La noche te envolvié,
grité: "¿Por qué... Por qué?..
Y alcé mis puños rotos,
crispados en tu amor.

Corazón no llorés,
que no vale la penar
ecordar su querer,
si ella nunca fue buena.
Mis manos vacías, vacías,
como el hueco de un adiós.
No pueden perdonar,
no llores corazón,
que llevo en tu latir
su maldición.

Qué tarde que has venido,
no ves que ya es invierno.
Mis labios están secos,
amargos como hiel.
En mí se desataron
la cien furias del averno
y soy huraño y triste,
lo mismo que un ciprés.

Desde hoy en adelante,
por esta calle mía,
me cantará la lluvia
tus lágrimas de hoy.
Y en cada atardecer,
las muecas de un perdón,
traerán desde el olvido
tu vieja maldición.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)