ENTREVISTA A MICHEL ODENT

"Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo"

 
  Follow Me on Pinterest
Carreras de Grado UCES
Práctica profesional intensa.
Las empresas buscan acá! Inscribite
www.UCES.edu.ar/Grado
Horóscopo 2013
¿Qué te depara el año 2013? Con tu
fecha de nacimiento puedo decírtelo
www.alba-vidente.com/Horoscopo
Ecografías 4D
Diagnóstico Imágenes Ramos Mejía
Ecografias,Radiografías,Mamografías
www.cdirm.com.ar
Entrevista a Michel Odent:  “Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo”

P: Cuando habla de la importancia del amor en el parto, ¿a qué se refiere?

R: El amor ya no es tema exclusivo de poetas, filósofos o novelistas. Hoy lo estudian científicos de muy diversas disciplinas y han llegado a una conclusión: la importancia que tiene todo lo que sucede en el inicio de la vida para desarrollar la capacidad de amar. Es fundamental no perturbar demasiado el parto para quemadre e hijo puedan desarrollar ese amor.

P: ¿No perturbar el parto significa no medicalizarlo y humanizarlo más?

R: Más que humanizar, yo hablaría de "mamiferizar". Para que un parto sea fácil, hay que redescubrir las necesidades básicas que compartimos con todos los mamíferos. Y todas las hembras, para segregaroxitocina, esa hormona del amor que hasta hace poco se necesitaba liberar para poder dar a luz, necesitan sentirse seguras y que su nivel de adrenalina sea muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz.

P: ¿Un parto con médicos, oxitocina sintética, epidural, cesárea… no es más fácil?

R: No, la epidural es un medicamento que sustituye a las endorfinas, lo mismo que la oxitocina sintéticasustituye a la natural. Todos estos medicamentos hacen el papel de las hormonas que las mujeres no pueden segregar porque no se encuentran en un entorno adecuado. Hoy en día no solo no las pueden liberar las parturientas que dan a luz por cesárea, también muchas de las que tienen un parto vaginal, al usar sustitutos farmacológicos de estas hormonas del amor. El problema es que estos sustitutos no producen efectos sobre el comportamiento y alteran el curso natural del nacimiento, un momento crítico en el proceso del desarrollo de la capacidad de amar.

P: Entonces, ¿cuál es el mejor entorno?

R: Después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, puedo resumir mi aprendizaje en pocas palabras: un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita unacomadrona que tenga experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores.

Autora: L. Artiz.


OCIEDAD

"Lo mejor para un parto es que no haya nadie junto a la mujer"

Michel Odent, el ya mítico promotor del parto acuático y el "parto humanizado", explica a Página/12 la evolución de sus teorías: la industrialización del nacimiento, la presencia del padre en el alumbramiento y la necesidad de volver a lo simple.

 Por Sonia Santoro

Hace más de 40 años, un cirujano de emergencias empezó a pensar la posibilidad de que las mujeres pudieran superar esos momentos difíciles del parto sin recurrir a los calmantes. Compró una pileta de lona y la instaló en la maternidad de Pithiviers, la ciudad de Francia en la que ejercía. Así creó el parto acuático, una manera de nacer que fue propagándose en el mundo, junto con otras opciones del "parto humanizado", que tratan de escapar a las rutinas médicas innecesarias para recuperar modos de nacer menos invasivos tanto para la madre como para el bebé. Aquel cirujano, Michel Odent, fue invitado por la Fundación Creavida al seminario "Hacia una nueva conciencia del parto y del nacimiento humano" que se desarrolló en Buenos Aires. "La imagen ideal para un parto fácil es que la madre esté sola, con la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple", plantea.

–Hace 40 años empezó con los partos en el agua, ¿cómo llegó a ese descubrimiento?

–El origen fue el objetivo de evitar la utilización de medicamentos cuando la primera parte del parto se hace difícil, cuando se llega a un estadio en el que la mujer pide "por favor denme un medicamento". Cuando una mujer segrega adrenalina, no puede segregar oxitocina, que es la hormona fundamental para las contracciones. Entonces, para ayudar a reducir la adrenalina se pueden hacer muchas cosas: primero, asegurarse de que nadie en el entorno esté segregando adrenalina porque es contagioso.

–La adrenalina está relacionada con el miedo.

–Sí, por supuesto. Entonces, hay que asegurarse de que el cuerpo esté cálido porque cuando tenemos frío segregamos adrenalina. Y a partir de esta pregunta pensamos que la inmersión en el agua podría ser una manera de reducir la tasa de adrenalina. Cuando uno entra en agua a temperatura corporal, uno está en estado de completa relajación, es decir que la segregación de oxitocina está facilitada. A partir de esta consideración, un día me fui a la calle comercial de la ciudad y compré una pileta de jardín, encontramos un espacio en la maternidad para ponerla y así empezó la historia.

–¿Por qué cree que es tan lento el avance hacia partos más artesanales?

–La razón principal es que durante millares de años el parto fue controlado por el medio cultural. Todas las sociedades humanas que conocemos han perturbado el parto de diferentes maneras. A veces con medios muy sutiles, con creencias, con rituales. Por ejemplo, hay una fase del parto que ha sido perturbada por todas las sociedades humanas, es la tercera fase: la que se sitúa entre el nacimiento del bebé y el alumbramiento de la placenta. Según nuestra comprensión actual de los procesos fisiológicos, es una fase muy importante para el desarrollo de la capacidad de amar. Le voy a dar un ejemplo de creencia que fue observada en los cinco continentes, la creencia por la cual el calostro es malo: el calostro es lo que el bebé puede encontrar en el seno inmediatamente después de nacer y, según la ciencia moderna, es una sustancia de mucho valor. Casi todas las sociedades humanas pensaron que era malo. Esto implica que apenas el bebé nace no tiene que estar en los brazos de su mamá, para eso se usa otro ritual muy arraigado: apurarse para cortar el cordón. Podríamos mencionar centenas de creencias y rituales que lo único que hacen es perturbar el proceso fisiológico. Por eso es tan difícil actualmente redescubrir las necesidades básicas de la mujer que está por parir.

–¿O sea que no sólo la intervención médica nos ha llevado a partos "industrializados"?

–No, esto es muy anterior a la medicina. Simplemente la medicina ofrece medios más poderosos de intervención.

–Los partos humanizados parecen circunscribirse a una elite. ¿Cómo cambiar el sistema para todas?

–Esa es la pregunta de todas las tomas de conciencia, porque originariamente la incomprensión de los procesos fisiológicos y la falta de toma de conciencia implican a todo el mundo. Esto no sólo implica a la mujer que tiene el bebé, no solamente a los profesionales.

–Usted plantea que si hubiera más partos artesanales la sociedad sería menos violenta, ¿qué le dicen los colegas que no practican este tipo de partos?

–No se trata de hablar de tipo de parto, se trata de redescubrir las necesidades básicas de la mujer que va a parir, por eso nunca hablo de parto natural. Tampoco se trata de hacer un postulado diciendo que un parto perturbado puede convertir a la sociedad en algo diferente. Todas las sociedades humanas han perturbado el proceso fisiológico. Cuanto más necesidad tiene una sociedad de desarrollar su potencial de agresividad, más invasivos son los rituales y las creencias que perturban el proceso fisiológico. Podemos tomar ejemplos extremos, el caso de Esparta, en Grecia, eran guerreros y cuando un varón llegaba al mundo lo primero que se hacía era tirarlo al piso, si sobrevivía quería decir que se iba a convertir en un buen guerrero. Y conocemos algunos grupos de pigmeos que aparentemente no perturbaban el proceso fisiológico, pero no había necesidad de desarrollar el potencial de agresividad. Vivía en armonía con el entorno, lejos de todo grupo humano.

–No le parece fundamental que los hombres participen de los partos, ¿cómo es eso?

–Para esto hay que recordar las necesidades de la mujer que va a parir. Tiene necesidad de sentirse segura, sin sentirse observada, necesita mantener un nivel muy bajo de adrenalina y es fácil comprender que cuando un hombre ama a una mujer es normal que esté intranquilo y segregue adrenalina. Esto quiere decir que hay una gran diferencia entre la compañía de un hombre que no puede tener la experiencia personal de lo que está pasando, comparado con la presencia de una madre, que tuvo varios hijos y sabe lo que está pasando.

–¿Cómo fue cambiando esta tendencia?

–Conocí cuatro fases en relación con la presencia del padre en el parto. La primera va de 1953 al '60, en ese momento yo sólo conocía el parto en el hospital, nadie había ni siquiera imaginado que el padre pudiera asistir. Segunda fase, del '60 al '85, conocí también el parto en el hospital pero la doctrina de la participación del padre estaba bien establecida. Tercera fase, parto en casa, con casi siempre la participación del padre, de 1985 a 1995. En ese momento, cuando me llamaban por un nacimiento en una casa, iba solo y si bien intentaba ser discreto, la doctrina estaba bien establecida, el padre participaba activamente. Y luego conocí una cuarta fase, desde 1995, cuando voy a un nacimiento en una casa voy con una doula (cuidadora de madres con bebés recién nacidos), siempre la misma, que tiene cuatro hijos, es abuela y que tiene una enorme experiencia como doula. O sea que en esta nueva situación lo único que hago es estar en la cocina con el padre, lo trato de distraer, de charlar con él y dejo a las dos mujeres solas. Cuando hago la síntesis de lo que he aprendido en estas fases, casi me animo a emitir una conclusión que no es políticamente correcta, que la participación del papá del bebé es sin duda la causa más frecuente de partos largos y difíciles. Y si quisiera resumirlo de otro modo, diría que la mejor situación que conozco para un parto rápido y fácil es nadie alrededor de la mujer que está pariendo, a menos que sea una partera o una doula muy experimentada, silenciosa, y con perfil muy bajo. La imagen ideal es la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)