MITOS



 Es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales como dioses, semidioses y héroes.
Características:
El mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo en el que el mundo no tenía aun su forma actual.
Tipos de Mitos:
1)      Cosmogónicos:  Relatan el origen del mundo
2)      Teogónicos:  Relata acerca del origen de los dioses
3)      Antropogonico:  Hace énfasis en el origen del ser humano
4)      Escatológicas:  Narran el fin del mundo
5)      Morales:  Se centran en el bien y mal
6)      Etiológicos: Relatan aspectos religiosos.





Mitos de Venezuela

 LaSayona

Es un fantasma con la figura de una mujer hermosa de larga cabellera. Le dicen La Sayona porque se cubre con una túnica o saya larga. Esta aparición viene asustando a los trasnochados desde el siglo XIX y dicen que se aparece a los bebedores, trasnochadores y adúlteros. Deja que la admiren pero cuando tratan de enamorarla, ella entonces sonríe, mostrando unos colmillos largos y puntiagudos y luego desaparece, dejando aterrorizados a los pobres pecadores.


                                                  
 Mitos de Argentina

Domingo siete

Eranse una vez dos compadres, uno rico llamado Cosme y otro pobre llamado Beto; el pobre era tan pobre que a veces tenía que recurrir a la ayuda de su compadre; pero éste era bastante avaro y siempre le ponía miles de "peros" para no aflojarle ni un centavo.

Un día el pobre salió en busca de trabajo pues las necesidades eran muchas y los dinerillos pocos... pero esta vez salió con un rumbo distinto al de siempre.

- "Puede que me cambie la suerte" - pensó y se puso en marcha.

Anduvo hasta casi la oración (crepúsculo) y ya perdía las esperanzas cuando a lo lejos divisó un rancho....

Al llegar comprobó que estaba abandonado y decidió volverse antes de que anocheciera. De pronto sintió que venía gente. El susto lo hizo dar un salto y se escondió en un tirante del techo.

Eran unos paisanos que el nunca vio. Entraron en la casa, prendieron un fueguito y entre vino y vino comenzaron a cantar:

- Lunes y martes,
y miércoles tres,
jueves y viernes,
y sábado seis...

La reunión se iba animando cada vez más y se largaron a bailar, siempre con los mismos versos.

El pobre Beto se divertía de lo lindo pero con el pasar de las horas y siempre la misma canción se comenzó a aburrir entonces cuando los cantores llegaron a "sábado seis", el gritó:

- A las cuatro semanas
se ajusta el mes....!

Los hombres pararon de cantar; miraron al lugar desde donde salió la voz y dijeron: - Baje, amigo, ¿que hace allí?...

- Los oí llegar y me asusté.

- No se preocupe compadre, le estamos muy agradecido porque nos ayudó a alargar un poco nuestra canción - y en recompensa le dieron una gran cantidad de dinero en oro.

Al llegar a su casa pasao de contento, Beto le dijo a su mujer que fuera a los de Cosme a pedirle prestado una balanza para medir las onzas regaladas.

Cosme, intrigado por el pedido, untó un plato de la balanza con grasa con la intención de que un poco de lo que fuera pesado quedara en el plato. Al regresar el aparato, notó que en la grasa había polvo de oro y fue inmediatamente a lo de Beto y le preguntó:

- ¿De donde has sacado oro?

Mientras Beto le contaba, Cosme planeaba hacer lo mismo para ampliar sus arcas; y así lo hizo... fue al mismo rancho, se trepó en la misma viga y llegaron los gauchos cantores que prendieron fuego y descorcharon los vinitos y entonaron:

- Lunes y martes,
y miércoles tres,
jueves y viernes,
y sábado seis,
a las cuatro semanas
se ajusta el mes...

La repetición del canto empezó a impacientarlo y cuando llegaron a "sábado seis" pegó el grito:

-¡Falta domingo siete!

Los paisanos enardecidos bajaron a Cosme de la viga y en cuanto empezaron a propinarle una paliza, éste logro zafar y salió como alma que lleva el diablo.
La historia se propagó como un secreto a gritos y así cuando alguien dice algo inoportuno se exclama: "¡ya salió con un Domingo Siete!".


                              
 Mitos de Colombia

El Mohán

Es el más legendario, conocido y respetado en el Tolima. Se puede decir que es el personaje más importante en la mitología tolimense. Se le llama, también, el Poira, pero en aquella su especial caracterización de gran perseguidor de muchachas casaderas que apenas han traspasado los umbrales de la pubertad.
El Poira es el Mohán travieso, enamorado, libertino y raptor. Les roba la tranquilidad a las jóvenes, las idiotiza, las emboba y las atrae hacia él con artificios. Sus hazañas son muy conocidas, tanto en su caracterización del Poira, como en su auténtica personalidad del Mohán, y, hasta hace poco tiempo, no se podía poner en duda su existencia ante las verídicas de los campesinos. Son muchas las leyendas y versiones que existen sobre el personaje mítico, oriundo del Tolima, riqueza de nuestro folclor y figura simbólica de un pasado maravilloso y fantástico.



                                    
                                    
 Mitos de Honduras

EL SISIMITE.

Al igual que sus parientes de las nieves, el yeti del Tíbet y el bigfoot de EEUU y Canadá, el sisimite es otra de esas criaturas que aparecen de la nada y desaparecen del mismo modo. Según el investigador hondureño Jesús Aguilar Paz, el sisimite o itacayo deambula por las altas montañas y habita en inaccesibles cavernas, alimentándose de frutas silvestres, de la misma manera que sus parientes cercanos de México y Argentina, el peludo y el ucumar respectivamente.
"Estos monstruos secuestraban a mujeres, y se las llevaban a sus cuevas. Se dice que de esta unión nacieron hombres-simio". Aún se comenta en los pueblos de las montañas la historia de una mujer que logró huir del escondite donde vivía con un sisimite.
Según cuentan, la criatura la persiguió cargando con los tres hijos que habían tenido en común y enseñándoselos a la madre. Ésta logró cruzar un río mientras la bestia, desde la otra orilla, le mostraba a los pequeños para lograr atraerla. Al parecer, los intentos del sisimite no surtieron efecto, de tal modo que, enfurecido, arrojó a los niños al agua y perecieron ahogados.
El fraile italiano Federico Lunardi, uno de los más importantes estudiosos de la cultura hondureña, asociaba esta criatura al dios Chac de los mayas, "el que sostiene el cielo, el dios del agua". Según Lunardi, la creencia popular sostiene que en el interior de una de estas cuevas, en una pared, están grabadas "la mano con sus dedos" y varias huellas que habían dejado los sisimites que acudían a media noche a la caverna para afilar sus uñas en la roca.





Mitos de Panamá


El chivato
El Chivato es el mismo demonio, es un ser que tiene cuerpo de hombre pero tiene patas de chivo, en su cabeza unos enormes cuernos de chivo macho, quizás de ahí su nombre. También dicen que se aparece como quiere en cualquier camino, como cualquier animal o persona, despide un fuerte olor a azufre, por donde camina no vuelve a crecer planta alguna y el sonido de sus patas al caminar es como de fuerte golpes contra la tierra. Nunca ataca al hombre de frente, cuando lo ataca lo muerde por la nuca y lo llena de una especie de baba. Se dice que el que va por el campo y escucha el bramar del Chivato, solo un milagro puede salvar su vida.... (Muchas veces se aparece en forma de perro negro en cualquier parte del mundo porque es el dominio)




                                       
 Mitos de Ecuador

El sapo Kuartam se transforma en tigre

Un shuar iba de cacería e incrédulo imitó el canto del sapo Kuartam, que vive en los árboles. "Kuartam-tan, Kuartam-tan", lo retó en medio de la noche, pero nada pasó. "Kuartam-tan, Kuartam-tan, a ver si me comes", dijo y rió. No lo hagas, le había dicho su mujer, porque puede transformarse en un tigre. No le creyó. Kuartam, el sapo, se convirtió en felino y lo comió. Nada se escuchó de su ataque, pero la mitad del cuerpo del shuar había desaparecido. Al alba, la muchacha decidió matar a Kuartam. Llegó hasta el árbol donde el batració cantó la noche anterior. Tumbó el árbol que al caer mató a Kuartam, que se había convertido en un sapo con un estómago inmenso. La mujer cortó rápidamente la panza de Kuartam y los pedazos del shuar rodaron por los suelos. La venganza no le devolvió la vida al shuar pero su mujer pudo contar que nunca es bueno imitar a Kuartam. A lo lejos de la tupida floresta se escuchó un nuevo: "kuartam-tan, kuartam-tan", sin saber si era un sapo o un shuar a la espera de un tigre.



                                     
 Mitos de Perú

El mito del Señor de los Milagros, trata de la historia de la pintura del señor morado, cuando un negrito de angola lo pintó en una pared de Pachamilla, resultó tan milagroso, que las autoridades mandaron a que sea sacado de ahí, debido a que todo el pueblo comenzó a adorarle ya que en el terremoto que sucedió, las personas que se apoyaron a la imagen fueron salvadas, todas salieron ilesas, esto dejó a las autoridades molestas, pero a pesar de todo no lo pudieron sacar, cuando intentaban pintar otro encima, los soldados se paralizaban. Desde ese tiempo comenzó a rendírsele homenaje hasta hoy.

 


Mitos de Costa Rica

El diablo de Puente de Piedra

Cuenta la leyenda que una madrugada un hombre y su carreta, tratando de cruzar un río, invocó al diablo y ofreció su alma a cambio de que le construyera un puente.
Apareció el diablo y le dijo: acepto... A lo que el hombre contestó: pero debera estar terminado antes de que cante el gallo.
Y con velocidad escalofriante el diablo comenzó a construir el puente... Y viendo el hombre que el diablo se apretaba para poner despaciosamente la última piedra con cara burlona, se fue a su carreta, rebuscó en ella y sacando unos gallos los tomó a puntapiés y justo en el límite del tiempo, uno de ellos cantó.
Con prisa cargó de nuevo la carreta y ya sobre el puente dijo adiós al diablo.
* El cantón de Grecia tiene un distrito llamado Puente de Piedra, su nombre se refiere a un puente de piedra que, visto por debajo, se ve que falta una piedra justo donde cierra el arco. De ahí nació esta leyenda.



                                      
Mitos de Bolivia

EL CHULLACHAQUI (Espíritu de los Pies Desiguales)

EL TUNCHE Y EL CHULLACHAQUI, llamado también espíritu de los pies desiguales. Según los habitantes de la selva, el chullachaqui, siempre adopta la figura o la forma de una persona amiga conocida del pueblo, para engañar a la que va a ser su víctima y hacerle perder en la espesura de la enmarañada selva. Muchos pobladores aseguran que en muchas oportunidades han visto las huellas o pisadas desiguales del que dicen Chullachaqui, impresos en el barro, otros dicen que es un demonio que cuida la selva para que no penetren en ella. Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí, un bello pueblo enclavado en la selva del Departamento de San Martín a un Km. aproximadamente de la población, se encuentra la guarida o casa de los Chullachaquis. Relatan que un día a horas de la tarde un vecino del lugar llamado Juan Nicolás, después de haber bebido una gran cantidad de masato (licor a base del fermento de la yuca), decidió ir a al chacra para ayudar a su padre quien se encontraba realizando las labores agrícolas. Al pasar por el referido lugar, improvisadamente se le presentó una persona igualita a su padre y sin dejarlo avanzar le dijo; "He venido a esperarle, sígueme vamos a la chacra". Juan Nicolás un poco sorprendido obedeció sin decir una sola palabra siguió caminando junto con su inesperado acompañante por un camino bastante ancho pero a medida que iban avanzando el camino se hacia cada vez más angosto. En ese trayecto sorpresivamente se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he acompañado, tu te quedas y yo me voy, y desapareció del lugar, riendo burlonamente. Recién Juan Nicolás se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y por más que busco el camino para regresar a su casa no lo encontró. Desesperado ando por el monte llamando con voz en cuello a alguien que pudiera encontrarse cerca para que lo saque del lugar pero nadie respondió. Al darse cuenta los familiares que Juan Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la chacra, de inmediato salieron a buscarlo, logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero Juan Nicolás había perdido la razón. Ya en su casa comenzaron a curarlo pero no conseguían volverlo a su estado normal. En vista de que no recobraba el conocimiento decidieron llevarlo a un curandero para que lo tratara. El curandero les pidió que llamaran al sacristán y al cantor de la iglesia y conjuntamente con los familiares del enfermo caminaron hasta el sitio en donde habían encontrado a Juan Nicolás. Al llegar al lugar prendieron las velas que habían llevado y comenzaron en voz alta a llamar al alma de Juan Nicolás. A continuación emprendieron el camino de regreso haciendo sonar la campanilla, cantando y sin mirar hacia atrás, cuando llegaron encontraron que Juan Nicolás se encontraba profundamente dormido y entonces comenzaron a llamarlo diciéndole: "Juan Nicolás, Juan Nicolás..." y después de un largo suspiro Juan Nicolás despertó ya completamente sano y salvo del hechizo del CHULLACHAQUI.


 Mito de Puerto Rico

Viniendo de Luquillo por la carretera hacia el Dorado, de una playa a la otra, atravesando a los hombres de entre medio. Caras, ventanas, plantas no deseadas, perros nunca parecidos a los nuestros.
Don Pablo empieza a hablar porque mi pregunta es pura curiosidad, pero eso es lo que él necesita para que una vez más su cuerpo se herice en temor. Necesitamos un miedo terriblemente grande, un miedo impreciso para quienes no hemos tenido grandes o valerosos miedos.
Pregunté por la criatura que venía haciendo algunas muertes sospechosas en el lugar.
Manejando, girando rapidamente hacia atrás, me abrió los ojos tan grandes como viendo ahi mismo la peor aparición.
_"El gobierno norteamericano esconde sus pruebas de guerra en Vieques. En realidad no esconde, sino que a nadie le importa. Eso es lo que sé. Han muerto varios compadres, pero nadie dice. Ni la Greenpeace.
Si usté supiera señora, las cosas que yo sé…
Yo no le iba a creer, hasta que mi buen amigo, también chofer de las huahuas le vió una noche. Y yo le creo lo que me dice, sabe? Porque mi compadre no miente…
Yendo por la ruta hacia el Dorado, con su huahua, venía bien despierto el hombre. Le juro por mi santa madre, historia que le he de contar ahorita no más…
Yendo por la ruta en la noche vio cruzarse a este animal, un bicho grande sabe? Mitad mono y mitad como murciélago, porque tenía alas.
Con la velocidad que traía, le topó con el bus, y vió cómo el animal rodaba en frente.
Tuvo tanto miedo mire, que se me pone la piel de pollo. Tuvo tantísimo miedo que ni quiso saber más y ahicito aceleró el camión con dirección al hotel.
Al dia siguiente por la mañana, mi compadre no salía de su duda y se fue nomás pal camino… y sabe que encontró? que la huahua tenía un golpe grande y haciendo el camino de vuelta, encontró los matorrales aplastados.
Como que ese animal quedó por allí…
Después de persignarse, mi amigo cambió su turno y nunca más anduvo por esos caminos, nunca más…_
Seguíamos en la camioneta hacia el Dorado, en medio de la ruta costera y más preguntas.
Don Pablo acortó el camino diciendo:
_"Ve esa casa all en el campo? Pues es un gallinero. La semana pasada el Chupacabras ha roto sus jaulas _le puedo jurar que son de acero_ y me ha dejado veintidós gallinas sin una gota de sangre. Todo salió en el periódico y yo lo sé que es verdad… se lo juro por mi madrecita…. pero esa es otra historia que paso a contarle…_
                                  


 Mitos de Paraguay

Tau y kerana:

Keraná, que significa dormilona, era una bella mujer que se pasaba el día durmiendo, vivía en una tribu y era la hija de Marangatu. Tau, era un espíritu malo que se enamoró perdidamente de Keraná. Para poder estar junto a ella, se transformó en un joven e intentó raptarla. Katupyry, que era el espíritu del bien, se interpuso para defenderla. Tau y Katupyry se dieron a una pelea que duró 7 días y 7 noches en la que finalmente venció Katupyry.
Tau fue exiliado por Pytajova'i (diós del valor y de la guerra).
En su desesperación, Tau raptó a Keraná y por esto Arasy lo maldice. Tau y Keraná tuvieron 7 hijos con apariencia de mounstruos o fenómenos: los 7 mitos.

 
                                          
 Mito de Chile

Caballo Marino

Este prodigioso caballo de la brujería de Chiloé, es grande, bastante feo y muy fuerte. En su lomo pueden cabalgar, en forma holgada y seguro los trece brujos integrante de la mayoría. Tiene más de doce varas de largo y su altura puede superar las cuatro varas.

Es el medio de transporte hacia el buque fantasma, cuando los brujos necesitan de su presencia acuden a la playa, le silban de cierta forma especial y de inmediato se presenta allí. Después de terminado el viaje, con una palmadita en el anca, el caballo marino vuelve a sumergirse en el mar.Se le ve aparecer al bordear una puntilla costera, chorreándole el agua, saliendo del fondo del mar después de haber realizado su tarea junto a los "pelapechos" del Caleuche.

La presencia del Caballo Marino cerca de los corrales de pesca, augura pronta escasez de peces en el "corral".





                           
 Mito de República Dominicana

Las ciguapas

son extrañas mujeres salvajes que habitan en las montanas y poseen poder mágico. Son de tez morena, de ojos negros y rasgados, de pelo suave y lustroso, tan largo que es la única vestimenta de su cuerpo a la intemperie. En algunas regiones los campesinos dicen que son diminutas y de cuerpo desproporcionado; otros que tienen las piernas largas y delgadas; algunos afirman que son velludas y unos pocos que están bellamente emplumadas. 

Todos sostienen sin embargo que tienen el rostro hermoso y que son muy ariscas. Quizás las ciguapas mas que bellas y ariscas, sean tristes, pues tienen los pies al revés y dejan huellas contrarias al rumbo de su destino... Estas criaturas son esencialmente nocturnas o prefieren las zonas oscuras de los bosques; cuando salen lo hacen en busca de frutas, peces o aves con los cuales se alimentan. 

Nunca se ha oído hablar a las ciguapas; afirman que emite aullidos e hipidos cuando corren por los campos, y cuando saltan o duermen entre las ramas de los árboles. Cuentan que las ciguapas tienen un corazón cazador, y que salen por las noches de las serranías en busca de algún caminante nocturno al que embruja , ama y luego mata. Al decir de las leyendas las ciguapas tienen malas costumbres; estas salen de sus moradas a robar manteca y carne cruda de las cocinas, aunque afirman que les gusta el maíz y otros granos que se siembran en los conucos. 

En algunas regiones han visto a las ciguapas cabalgar por las madrugadas en los llanos de las montanas, y las han descubierto haciendo trenzas en las crines y las colas de los caballos. Se dice que una ciguapa se atrapa un día de luna creciente con un perro jíbaro y cinqueño. No obstante, se añade que es preferible dejarlas en paz, pues es tan grande el dolor que sienten en cautiverio, que al final mueren de pena. Alguna vez se escucho la leyenda de un ser de los bosques llamado ciguapo. Era este un gallo vuelto de espaldas, con el lomo emplumado y el pecho con senos de mujer. Cuentan que su grito se asemeja al llanto de un niño, y que esperan terribles infortunios a la persona que se atreve a matar a una de estas aves. Si usted ve a una ciguapa, nunca la mire a los ojos para que no le embruje con su poder...



                         
 Mito de Guatemala

El sombrerero

El sombreron es otra de las leyendas que están muy arraigadas en las costumbres y tradiciones de Guatemala,…. Un día, como a las seis de la tarde, aparecieron en la esquina de la casa de Celina cuatro mulas amarradas. Pasaron por allí dos vecinas y una de ellas dijo: "¡Qué raro! ¿No serán las mulas del sombrerón?". "¡Dios nos libre!" dijo la otra, y salieron corriendo.
A esa hora, Celina comenzaba a dormirse porque ya se sentía muy cansada. Entonces comenzó a oir una música muy bonita y una voz muy dulce que decía: "eres palomita blanca como la flor de limón, sino me das tu palabra me moriré de pasión"
Desde ese día, todas las noches, Celina esperaba con alegría esa música que sólo ella escuchaba. Un día no aguantó la curiosidad y se asomó a la ventana y cual siendo la sorpresa, ver a un hombrecillo que calzaba botitas de piel muy brillante con espuelas de oro, que cantaba y bailaba con su guitarra de plata, frente a su ventana.
Desde entonces, Celina no dejó de pensar en aquel hombrecito. Ya no comía, sólo vivía esperando en momento de volverlo a escuchar. Ese hombresito la había embrujado.
Al darse cuenta los vecinos, aconsejaron a los padres de Celina que la llevaran a un convento para poderla salvar, porque ese hombrecito era el "puritito duende". Entonces Celina, fue llevada al convento donde cada día seguía más triste, extrañando las canciones y esa bonita música. Mientras tanto el hombrecito se volvía loco, buscándola por todas partes. Por fín la bella Celina no soportó la tristeza y murió el día de Santa Cecilisa. Su cuerpo fue llevado a la casa para velarlo. De repente se escuchó un llanto muy triste. Era el sombrerón, que con gran dolor llagaba a cantarle a su amada: "ay...ay... mañana cuando te vayas voy a salir al camino para llevarte el pañuelo de lágrimas y suspiros".
Los que vieron al sombrerón cuentan que gruesas lágrimas rodaban mientras cantaba: "estoy al mal tan hecho que desde aquí mi amor perdí, que el mal me parece bien y el bien es mal para mi". Toda la gente lloraba al ver sus sufrimiento. Y cuentan que para el día de Santa Cecilia, siempre se ven las cuatro mulas cerca de la tumba de Celina y se escucha un dulce canto: "corazón de palo santo ramo de limón florido ¿por qué dejas en el olvido a quien te quiera tanto?"
Y es que se cuenta que el sombrerón nunca olvida a las mujeres que ha querido.


                    
 Mito de El Salvador

El basilisco
 
Huevo pequeño que ocasionalmente ponen las gallinas. Estos huevos deben ser destruidos y quemados para evitar que nazca el basilisco, un engendro con forma de serpiente. 

Este animal trae desgracias. Al nacer busca un rincón de la casa, y mata con la mirada a las personas que lo ven. Para conjurar el mal es necesario tener espejos en todas las habitaciones, pues cuendo el monstruo ve su propia imagen muere de inmediato. 



Leyendas




LEYENDA
Es una narración tradicional que incluye elementos de ficción a menudo sobrenaturales.

Características:
-Combinan elementos fantásticos y reales
-Han sido narradas en forma oral
-Nacen de un hecho que ocurrió en la realidad en un tiempo pasado.


Clases de leyendas
a)      Etiológicas: Aclaran el origen de los elementos inertes de la naturaleza
b)      Leyendas históricas – leyenda histórico cultural
c)       Seres y fuerzas sobrenaturales – leyenda mítica
d)      Leyenda religiosas
e)      Leyenda urbana






LEYENDA DE VENEZUELA
 

El Silbón

El Silbón es un personaje legendario de Venezuela y Colombia, especialmente de Los Llanos; descrito como un alma en pena. La leyenda del Silbón habría surgido a mediados del siglo XIX.

En las tierras de Guanarito se oyen los aterradores silbidos que espantan hasta al más recio. Cuando se escucha cerca, está lejos, y viceversa. El silbón es la aparición más temida del llano venezolano, un hombre alto y flaco de unos seis metros que fue condenado por su propia madre, luego de haber asesinado a su padre y comido sus vísceras.

Este hombre sobrenatural carga en su espalda un saco de huesos, y advierte su llegada con el sonido del choque de la osamenta en el costal. Si nadie puede escucharlo, cobrará una víctima al día siguiente.






LEYENDA DE ARGENTINA

Ceibo

Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad. Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva. El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera. La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro. Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.
  

 






LEYENDA DE COLOMBIA

LA MADRE MONTE

Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero cubierto de hojas y plumas verdes. No se le puede apreciar el rostro porque el sombrero la opaca. Hay mucha gente que conoce sus gritos o bramidos en noches oscuras y de tempestad peligrosa. Vive en sitios enmarañados, con árboles frondosos, alejada del ruido de la civilización y en los bosques cálidos, con animales dañinos.









LEYENDA DE HONDURAS

EL COME LENGUA

Muchos de nosotros hemos escuchado en países como Chile, La Argentina, Puerto Rico e inclusive en los Estados Unidos sobre la muerte de animales en raras circunstancias. Y digo raras porque se ha encontrado en las haciendas o lugares rurales animales grandes como vacas, cabras y otros más pequeños como gallinas muertas sin una tan sola gota de sangre en su cuerpo. Es más, no hay evidencia de que luchasen para salvar su vida ante el predador que pudo haberles causado la muerte. La gente ha asociado este fenómeno a un ser que para muchos es el diablo, para otros un experimento genético que se le salió de las manos al gobierno de los Estados Unidos o experimentos hechos por los seres del espacio en estos animales. Cualquiera que sea la razón no se puede negar que este suceso también y aunque muchos no lo conozcan sucedió en Honduras. 

En este pequeño país centroamericano allá por el año de 1947 se dio un fenómeno de este tipo y lo desvelado bien puede ser la explicación al misterio del también llamado en la actualidad "Chupacabras". Las apariciones del 'come lenguas' se daban para esas fechas en los departamentos (provincias o estados) de Santa Bárbara y Comayagua. Eran docenas de hombres las que se apostaban en las noches en los campos, bajo la oscuridad que deja caer el manto de la noche, cuidando de su ganado para sólo darse cuenta al día siguiente de que a pesar de sus esfuerzos siempre aparecía parte del ganado muerto, hecho del cual ellos no se dieron cuenta pues no habían escuchado el más leve ruido durante la noche. Algo que se me había escapado mencionar es que a los animales a los cuales no se les encontraba la sangre igualmente quedaban sin lengua, de allí el nombre 'come lenguas'. 

Sin embargo, conozco la historia de uno de ellos. A él lo llamaré para este relato Ludovico. Ludovico era un hombre como decimos de pelo en pecho (es decir muy valiente); ya estaba cansado de que su ganado muriese desangrado por este predador o lo que fuese, así que, un buen día Ludovico habló con su esposa y le dijo que le preparara un porrón (pequeño recipiente) para café y le alistara una cobija gruesa para protegerse del frío nocturno pues daría muerte al 'come lenguas', que ya no soportaba más. 

Y así fue, Doña Leonora alistó todas las cosas para Don Ludovico. Ludovico alistó su rifle y se llevó unas municiones por si acaso no bastaba con lo que llevaba cargado. Como a las 6 de la tarde Ludovico se fue para el lugar donde tenía su ganado y pudo ver desde allí la puesto del sol (en los pueblos se acostumbra a acostarse como a las 5 o 6 de la tarde dependiendo que tan lejos estén de la civilización). Ya por la noche, Ludovico se sentó sobre el suelo en medio del ganado y tomaba sorbos pequeños y sin hacer ruido del café para no caer en sueño, al mismo tiempo que se mantenía envuelto por la cobija que le cubría. La noche era un poco más clara de lo normal. Como a las 10 de la noche, mientras Ludovico admiraba las estrellas, pudo ver como una silueta pasaba volando sobre el ganado, la silueta dio dos vueltas como viendo que nadie le estuviese vigilando y al mismo tiempo decidiendo quién sería su próxima víctima. Ludovico se quedó quieto y asustado pues el ser era en realidad algo muy grande, pero le llamó poderosamente la atención que se apostó sobre una de las vacas de su ganado la cual no presentó molestia, salvo una leve sacudida. Ya para este momento Ludovico alistó su rifle y se movió sigilosamente hacia un sitio donde tuviera una mejor visión para disparar. Fue así que Ludovico logró ver a aquel ser que tomaba una posición como para hacer una de sus necesidades sobre la cabeza de la vaca para luego darse la vuelta y dirigir su cabeza sobre la de la vaca. En ese momento un sonido ensordecedor rompió el silencio del campo. Era el rifle de Ludovico, el extraño ser yacía muerto al lado de la res. 

Lo que se supo a partir de la casa de este animal, es que no era nada fuera de este mundo sino, un murciélago que pudo haber venido el continente africano o la selva amazónica, no se sabe cómo logró dar por estos rumbos pero el caso es que así fue. Su tamaño es grande, el tamaño es como el de un Jolote (pavo). El animal lo que hacía era posarse bien sobre el ganado y luego de ello echaba una especie como de orina que al momento de salir producía un vapor que dejaba al animal como jadeante, es decir como atontado y con falta de oxígeno, por lo que él mismo abría su boca y sacaba la lengua, momento que aprovechaba este murciélago para clavar un diente muy filudo que tiene, en la arteria de la parte de la lengua del ganado para succionar la sangre. El animal aumenta considerablemente de tamaño una vez que se ha alimentado, posteriormente corta y traga lentamente la lengua de la víctima. 

Esta es a grosso modo la explicación de cómo atacaba el El Come Lenguas en Honduras. Estos casos hasta la fecha no se han vuelto a dar, sin embargo bien pudieran ser una buena explicación al fenómeno del "chupacabras". También pudiera ser que a cualquiera de nosotros durante una caminata nocturna nos suceda. Pero hasta en tanto no aparezca otro hombre como Ludovico el misterio seguirá esperando a ser desvelado. 
  
Quizás vos seas quien lo haga.



  

  



LEYENDA DE PANAMA

LA ISLA DEL ENCANTO

En la antigua Panamá colonial, en que los piratas, la escoria de los malhechores, establecieron su refugio en una pequeña isla cercana a la ciudad de Las Palmas. Allí se ocultaban, vigilantes de todo cuanto tuviera valor y pudiera ser saqueado.
La isla era un territorio prohibido para la gente del lugar, pues temían acercarse a donde se albergaba tanta maldad. Tal era el pánico de los lugareños, que el ejército español decidió enfrentar a los piratas, expulsándolos.
Para celebrar la victoria, los españoles hicieron construir un enorme castillo de cal y canto rodado, resguardándolo con una gran armada; y ya que la isla se ubicaba frente a la, ciudad, durante un buen tiempo, el ingreso de los piratas fue imposible. La ciudad de Las Palmas vivió tiempos de paz y tranquilidad por muchos años.
Pero un temible pirata inglés, arribó junto a su feroz tripulación, dispuesto a cargar con cuanto encontrara a su paso.
Con él, iba también su hermosa hija, que atestiguó cómo la armada del castillo combatió a los piratas, tomando como prisionero a su padre, fusilándolo.
Cautivado por la belleza de la joven, el capitán de la guardia le perdonó la vida; pero ordenó recluirla en el castillo para siempre.
La muchacha, resignada a su suerte, se entretenía revisando los objetos que en la habitación se guardaban. Así, halló una flauta.
Alegre por haber encontrado algo que aliviara su dolor, entonaba una melodía distinta cada día. Esto llamó la atención de los soldados del castillo, quienes empezaron a llevarle más instrumentos para que pudiera seguir haciendo música.
El capitán de la guardia marina, prendado de la talentosa joven, le propuso matrimonio; ella decididamente, le contestó que jamás aceptaría.
Herido en su orgullo, el capitán la tomó fuertemente del brazo para obligarla; pero la joven queriendo huir se lanzó desde la torre, cayendo al río y perdiéndose en él para siempre.
Cuando los barqueros van acercándose a esta isla, oyen una suave melodía que parece provenir de las aguas, entonces golpean suavemente con los remos los bordes de sus embarcaciones y la música adquiere nuevas tonalidades. Por esto, la isla de la historia se conoce como la "Isla del Encanto".






LEYENDA DE ECUADOR
LA   DAMA  TAPADA
Hace más de doscientos años en las calles apartadas de Guayaquil,los trasnochadores veían la
Dama Tapada.
Anoche vi a la
Dama Tapada,
contaba en una reunión de amigos, elFulanito.Son puros cuentos, respondía el amigo con aires de valentón. Yo nunca he tropezado con ella.Nunca se la ve antes de las 12 de la noche, ni después de las campanadas del alba, opinaba otro asistente a la reunión. Según la leyenda, la
Tapada
era una dama de cuerpo esbelto y andar garboso, que asombraba en los vericuetos de la ciudad y se hacía seguir por los hombres. Nunca se supo de dónde salía. Cubierta la cabeza con un velo,sorpresivamente la veían caminando a dos pasos de algún transeúnte que regresaba a la casa después de divertirse.











LEYENDA DE PERU

Taita ve mi diente

Una de estas experiencias la vivió el antiguo mayordomo de la hacienda Vilcahuaura Don Juan Pimentel Baldeón, quién buscando una noche a una res de lidia (ganado bravo), escucho el llanto lastimero de un niño recién nacido proveniente del sembrío de algodón, suponiendo que era un crio abandonado por alguna indígena desnaturalizada, desmontó y al acercase hacia donde provenía el llanto, más grande fue su sorpresa al encontrar un hermoso bebe cuyos cabellos rubios resplandecían con la luz de la luna llena y envuelto en fajines indígenas







LEYENDA DE COSTA RICA

El Mico Malo

Mono pequeño, blanco, ojos rojos, gran rabo terminado en flecha, uñas grandes y filosas, verdadero pariente del mal, decía doña Filomena Burgos vecina del alto de Santa Cruz de Turrialba.
Doña Filomena no muy afortunada en su matrimonio por sus discusiones, chismes y demás artificios de su parte llego a tener la peor vida conyugal imaginada.
"Lo manda el diablo", recalcaba para darle un escarmiento a los matrimonios que pelean mucho, llega por las noches y se le ve en el árbol alto cerca de la casa y al encontrase con los no muy afortunados cónyuges se lanza a ellos para terminar con sus vidas.
Eso nos pasó a nosotros, solo Dios con su gran amor pudo salvarnos.
"Una niña muy joven metió su "pata de banco" (parió un hijo adulterino). El padre la echó de la casa y ella dormía a escondidas, entre el bagazo del trapiche. Una noche el abuelo la encontró asfixiándose con una estola negra al cuello. En el volante del trapiche estaba arrodajado el Mico Malo, que es un león de "falda". (Hay tres clases de leones infernales: el de falda, que es desnudo de pelo, el pintado a rayas, y el coludo que tiene rabo inmenso de mico). El abuelo se quitó su escapulario y se lo puso a la chiquilla mientras rezaba "La Magnífica". La estola negra desapareció y el Mico Malo dando saltos gigantes se alejó silbando como un hombre una canción descarada. El abuelo llevó a la chica a casa de padre que la perdonó, pues parece que el Mico Malo era cómplice del seductor".








LEYENDA DE BOLIVIA

La Leyenda de la coca

Era por el tiempo en que habían llegado a estas tierras los conquistadores blancos. Las jornadas siguientes a la hecatombe de Cajamarca fueron crueles y sangrientas. Las ciudades fueron destruidas, los cultivos abandonados, los templos profanados e incendiados, los tesoros sagrados y reales arrebatados. Y, por todas partes en los llanos y en las montañas los desdichados indios fugitivos, sin hogar, llorando la muerte de sus padres, de sus hijos o de sus hermanos. La raza, señora y dueña de tan feraces tierras yacía en la miseria, en el dolor. El inhumano conquistador, cubierto de hierro y lanzando rayos mortales de sus armas de fuego y cabalgando sobre briosos corceles, perseguía por las sendas y apachetas a sus espantadas victimas.

Los indios indefensos, sin amparo alguno, en vano invocaban a sus dioses. Nadie, ni en el cielo ni en la tierra, tenía compasión de ellos.

Un viejo adivino llamado kjana-chuyma que estaba, por orden del inca, al servicio del templo de la isla del Sol, había logrado huir antes de la llegada de los blancos a las inmediaciones del lago, llevándose los tesoros sagrados del gran templo. Resuelto a impedir a todo trance que tales riquezas llegaran al poder de los ambiciosos conquistadores, había conseguido después de vencer muchas dificultades y peligros, en varios viajes, poner a salvo por lo menos momentáneamente; el tesoro en un lugar oculto de la orilla oriental del lago Titicaca.

Desde aquel sitio no cesaba de escudriñar diariamente todos los caminos y la superficie del lago para ver si se aproximaban las gentes de Pizarro.

Un día los vio llegar. Traían precisamente la dirección hacia donde él estaba. Rápidamente resolvió lo que debía hacer. Sin perder un instante, arrojo todas las riquezas en el sitio mas profundo de las aguas. Pero cuando llegaron junto a él los españoles, que ya tenían conocimiento de que kjana-chuyma se había traído consigo los tesoros del templo de la isla, con intención de sustraerlo al alcance de ellos, lo capturaron para arrancarle si fuera preciso por la fuerza el ansiado secreto.

Kjana-chuyma se negó desde el principio a decir una palabra de lo que los blancos le preguntaban. Sufrió con entereza heroica los terribles tormentos a que lo sometieron. Azotes, heridas, quemaduras, todo, todo soporto el viejo adivino sin revelar nada de cuanto había hecho con el tesoro.

Al fin los verdugos, cansados de atormentarle inútilmente, le abandonaron en estado agónico para in por su cuenta a escudriñar por todas partes.

Esa noche, el desdichado kjana-Chuyma, entre la fiebre de su dolorosa agonía, soñó que el Sol, Dios resplandeciente, aparecía por detrás de la montaña próxima y le decía:

-Hijo mió, tu abnegación en el sagrado deber que te has impuesto voluntariamente, de resguardar mis objetos sagrados, merece una recompensa. Pide lo que desees, que estoy dispuesto a concedértelo.

-¡Oh!, Dios amado – respondió el viejo- ¿Qué otra cosa puedo yo pedirte en esta hora de duelo y de derrota, sino la redención de mi raza y el aniquilamiento de nuestros infames invasores?

-Hijo desdichado-le contesto el Sol- Lo que me pides, es ya imposible. Mi poder ya nada puede contra esos intrusos; su dios es más poderoso que yo. Me ha quitado mi dominio y por eso, también yo como nosotros debo huir a refugiarme ene. Misterio del tiempo. Pues bien, antes de irme para siempre, quiero concederte algo que esté aún dentro de mis facultades.

-Dios mió,- repuso el viejo con pena- si tan poco poder ya tienes, debo pensar con sumo cuidado en lo que voy a pedirte.

Un grupo de habitantes del imperio del Sol, escapando de los intrusos, embarcándose en pequeñas balsas de totora, atravesó el lago y fue a refugiarse en la orilla donde kjana-chuyma estaba luchando con la muerte.

Los indios acudieron a cuidarlo. Kjana-chuyma era uno de los yatiris mas queridos en todo el imperio, por eso los indios, rodearon su lecho de agonía, llenos de tristeza, lamentando su próxima muerte. El anciano, al ver en torno de si ese grupo de compatriotas desdichados, sentia mas honda pesadumbre e imaginaba los tiempos de dolor y amargura que el futuro guardaba a esos desventurados. Fue entonces que se acordó de la promesa del gran astro. REsolvio pedirle una gracia, un bien durable, para dejarlo de herencia a los suyos; algo que no fuera ni oro ni riqueza; para que el blanco ambicioso no pudiera arrebatarles; en fin un consuelo secreto y eficaz para los incontables días de miseria y padecimientos.

Al llegar la noche, lleno de ansiedad en medio de la fiebre que le consumía, imploro al sol para que acudiera a oírle su ultima petición. Alos pocos momentos un impulso misterioso lo levantó de su lecho y lo hizo salir de la choza.

Kjana-chuyma, dejándose llevar por la secreta fuerza que lo dirigía, subió por la pendiente arriba hasta la cumbre del cerro. En la cima notó que le rodeaba una gran claridad que hacia contraste con la noche fría y silenciosa. De pronto una voz le dijo:

-Hijo mío. He oído tu plegaria. ¿Quieres dejar a tus tristes hermanos un lenitivo para sus dolores y un reconfortantes para las terribles fatigas que les guarda en su desampara?

-Si, si. Quiero que tengan algo con que resistir la esclavitud angustiosa que les aguarda. ¿Me la concederás?

-Bien,- respondió la voz- mira en torno tuyo ¿ves esas pequeñas plantas de hojas verdes y ovaladas? La he hecho brotar por ti y para tus hermanos. Ellas realizaran el milagro de adormecer penas y sostener fatigas. Serán el talismán inapreciable par los días amargos. Di a tus hermanos que, sin herir los tallos, arranquen las hojas y después de secarlas, las mastiquen. El jugo de esas plantas será el mejor narcótico para la inmensa pena de sus almas.

Kjana- chuyma, sintiendo que le quedaban pocos instantes de vida, reunió a sus compatriotas y les dijo:

-hijos míos. Voy a morir, pero antes quiero anunciaros lo que el INTI, nuestro Dios, ha querido en su bondad concederos por intermedio mío: Subid al cerro próximo. Encontrareis unas plantitas de hojas ovaladas. Cuidadlas, cultivadlas con esmero. Con ellas tendréis alimento y consuelo. En las duras fatigas que os impongan el despotismo de vuestros amos, mascad esas hojas y tendréis nuevas fuerzas para el trabajo.

En esos desamparados e interminables viajes que les obligue el blanco, mascad esas hojas y el camino os hará breve y pasajero.

En los momentos en que vuestro espíritu melancólico quiera fingir un poco de alegría, esas hojas adormecerán vuestra pena y os dará la ilusión de creerlos felices.

Cuando queráis escudriñar algo de vuestro destino, un puñado de esas hojas lanzado al viento os dirá el secreto que anheláis conocer.

Y cuando el blanco quiera hacer lo mismo y se atreva a utilizar como vosotros esas hojas, le sucederá todo lo contrario. Su jugo, que para vosotros será la fuerza de la vida, para vuestros amos será vicio repugnante y degenerado: mientras que para vosotros los indios será un alimento casi espiritual, a ellos les causará la idiotez y la locura.

Cuidad que no se extinga y conservarla y propagadla entre los vuestros con veneración y amor. El viejo kjana-chuyma doblo su cabeza sobre el pecho y quedo sin vida.

Los desdichados indios gimieron por la muerte del venerable yatiri. Eligieron la cima del próximo cerro para darle sepultura. Fue enterrado dentro de un cerco de las plantas verdes y misteriosas. Recién en ese momento se acordaron de cuanto les había dicho al morir kjana-chuyma y recogiendo cada cual un puñado de las hojitas ovaladas se pusieron a masticarlas.

Entonces se realizo la maravilla. A medida que tragaban el amargo jugo, notaron que su pena inmensa se adormecía lentamente…










LEYENDA DE PUERTO RICO 

GARITA DEL DIABLO


Con un grito de" Alerta" el centinela comenzaba la jornada militar, Esto se efectuaba frecuentemente para no dormirse y atestiguar su vigilancia. Misteriosamente, durante una noche oscura, desapareció un centinela de esta garita, surgiendo así la leyenda de la "Garita del Diablo".
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando. La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas . Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
- ¡Centinela alerta! - le gritaba uno
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez, nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche. Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?. Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo, que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor, porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente, Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la Garita del Diablo.









LEYENDA DE PARAGUAY

LA LEYENDA DE KARÃU

La tarde iba preparándose para el sueño, dejaba tras de sí los multicolores vestidos de fiesta que había llevado durante el día. Como siempre, rumores de aves en retirada completaban la cercanía de la noche. La gran dama de negro preparaba las lentejuelas del universo para pasearse a sus anchas. La luna era en ese momento apenas un hilo de plata, una pulsera finísima tejida con la luz del sol, elevándose desde la otra orilla del río.
Frío.
Agosto reina.
Hoy las rosadas mieses florales de los tajy han estallado, pero bajo el hermoso manto de flores aletean las oscuras sombras del más allá. Aletean en torno del joven indio que se prepara para la gran ceremonia. Aletean en torno de la anciana que se prepara para la otra vida. Aletean en torno de la choza y de los árboles y de las flores y de las estrellas, que rodean la fuerza del joven y la agonía de la anciana.
La anciana clama por el hijo que en ese momento no tiene oídos para su madre.
El joven guerrero escucha ahora tan sólo los latidos de su deseo. Presiente el encuentro amoroso. Lo avizora en los tambores que resuenan en la noche recién nacida, en los ruidos de los animales que se deslizan en busca de sus presas, en el zumbido apenas audible de las flores que se fecundan unas a otras. El joven guerrero no tiene oídos para el clamor de su madre. Y su madre está muriendo.
El médico de la aldea sujeta las manos de la anciana entre las suyas y cierra los ojos para no ver a los enviados del más allá que vienen a llevársela.
El hijo se aferra a su bastón emplumado y parte, dejando atrás la choza donde vive. Aún existe un instante en el que duda y se detiene. Las estrellas lo miran esperanzadas, las flores de los lapachos gritan: ¡vuelve junto a tu madre! El joven guerrero gira su altiva cabeza y mira en dirección de la choza que acaba de abandonar. Su madre clama: vuelve, hijo mío, sólo quiero despedirme. Pero el hijo no la ha escuchado. Cegado por la pasión de su juventud, retoma el camino y las estrellas dejan caer lágrimas celestiales.
Ahora los pasos del joven son firmes.
A medida que avanza, la noche se cierra sobre él y los tambores acercan sonidos cada vez más potentes. En la planta de sus pies descalzos, Karãu siente el pulso de la tierra latir al unísono con su pecho. Los perfumes del fuego comienzan a llegar hasta su piel e inician el proceso de enardecer a cada uno de sus músculos. Su mirada se enciende cuando llega al círculo en el que la tribu danza sus sueños.
Orgulloso de sus prendas, orgulloso de su cuerpo, Karãu se hace un lugar en el círculo de fuego, se apoya en su bastón emplumado y con su mirada lanza-relámpagos comienza a buscar entre las jóvenes más bellas a aquella que lo ha estado llamando sin saberlo.
¡Ahí está!
La mirada de aquella mujer ha cruzado, por un instante brevísimo sus brillos de río con la mirada del vanidoso guerrero. Lo ha enceguecido, lo impulsa a la conquista. Esquiva, la joven desaparece de inmediato en el racimo de hembras teñidas de fuego.
Karãu duda. Ha sido como una aparición que ahora vuelve para hacerse ver tan sólo por un momento. El guerrero sale del círculo y camina con firmeza por el exterior de ese pequeño sol tribal que forman los indios en su fiesta de la Luna Nueva. Camina sigiloso como el jaguarete sobre las ramas de los árboles. Sus ojos, su piel, sus pasos, todo él ruge cada vez que la aparición juega a incitarlo. De pronto, lo que parecía una aparición está ante la vista de todos. ¿Ha dado un salto, o simplemente la magia de su belleza extrema la ha puesto allí, junto al fuego? Karãu se detiene y entra en el círculo. Sólo el fuego los separa. Sólo el fuego los une. Cualquier otro se quemaría. Ellos, en cambio, están allí como si estuvieran en su ámbito más natural.
Sus cuerpos hacen el fuego.
¿Quién cazará a quién?
Es la mujer vestida de llamas la que inicia el movimiento, y los tambores, que se habían callado para escuchar el crepitar de esas llamas, inician un tan-tan cada vez más intenso. Karãu se mueve en sentido contrario, no dejará que los papeles se inviertan. Él quiere ser el cazador y va al encuentro de la joven por el lado opuesto. Le da alcance y rodea la pequeña cintura de la joven con su brazo derecho. Ella echa sus brazos al cuello del joven y él la desprende del piso como arrancando una planta exótica de la orilla del río. Ahora danzan.
Todas las cosas giran a alta velocidad.
Las manos en los tambores. Los pies de Karãu y la joven. Sus cuerpos. El fuego. Las estrellas. La finísima curva de la luna. El círculo de la tribu. Todas las cosas giran a alta velocidad. Se desen frenan. El alma. Los corazones. La cárne. Los pensamientos. La pasión. Una sombra sola está quieta en medio de la alocada carrera.
Una sombra a espaldas de Karãu.
Tu madre ha muerto dice la sombra, y los tambores callan. Enmudece el aire de la noche y todo lo que giraba abandona su impulso y se deja ir en un último movimiento que ya no atiende al movimiento.. .
Tu madre ha muerto, repite ahora en medio del silencio la sombra quieta.
No molestes, viejo. Ahora no es momento. Ahora no es tiempo de llorar.
Karãu, teñidas sus palabras por el fragor sensual del momento, no comprende que su madre ha muerto. La tribu en pleno no comprende el desamor de Karãu y, sintiéndose culpables, cada uno de los presentes, esconde su mirada en el piso de tierra. Las llamas retroceden, ceden en la hoguera dejando paso al reinado de las cenizas. La joven, objeto del deseo desenfrenado de Karãu, escapa hacia el bosque. Karãu olvida la fiesta, a su madre muerta, al viejo médico que le ha dado aviso, y corre tras ella. La persecución ya no es simbólica sino real: el jaguarete persigue a la hermosa gacela.
Karãu huele en el aire el perfume de la joven y entra en el bosque. Como si fuera una premonición, la estela de flores de tajy que va dejando tras sus largas zancadas, se deshace y las flores, antes perfumadas, caen marchitas y con un hedor de muerto. Karãu se interna en el monte que cada vez se hace más y más espeso. Cae repetidas veces enredado entre las lianas que ahora proliferan por doquier. Ya no hay flores ni suaves fragancias, todo es oscuridad impenetrable. El suelo que pisa es un barro pegajoso.
Un crujido, el canto de un ave, un movimiento de hojas y Karãu cambia de rumbo.
Ya no sabrá regresar.
El cielo ahora ausente, lo sabe, pero Karãu ya no puede ver el cielo, sólo un cerrado techo de hojas que le impiden la orientación. Como si fuera un canto de sirenas, cualquier ruido lo atrae. Karãu piensa solamente en la bella joven que ha escapado de sus brazos.
Karãu es ahora otro hombre. El deseo se ha transformado en obsesión primero y en desesperación después. Ha perdido su preciado bastón emplumado. Su cuerpo arañado por la vegetación presenta rastros de sangre. Su rostro se ha hinchado producto de las picaduras de los insectos. Su temple es ahora obstinación.
Toda la noche tras un imposible.
Karãu sale ahora a un claro, ve un cielo bajo y cerrado por nubes oscuras. Nuevas esperanzas le trae el pantano neblinoso que tiene frente a sí. Avanza. Las pestilentes aguas hasta la cintura.
Apariciones entre la niebla.
Ve a la joven que se aleja caminando suavemente sobre el inmundo lodazal. Ve a la madre muerta que asoma entre las aguas y se hunde nuevamente. Escucha sus gritos: ¡Sálvame, hijo! ¡Sálvame, por favor! Una y otra vez la bella joven y la madre muerta aparecen y desaparecen ante los azorados ojos de Karãu. Una y otra vez Karãu intenta alcanzar a las mujeres con su voz, pero de su garganta no sale un solo sonido. El agua ahora le llega al cuello y sin embargo Karãu sigue avanzando.
Ya no hace pie.
Karãu se hunde y vuelve a salir a flote en el pantano.
Ya no es un hombre.   
Apenas una masa informe entre el barro.
De pronto un grito lastimero alza su cuerpo flaco y de entre los pajonales un ave negra extiende sus alas y se pierde entre la niebla. Un ave condenada a vagar en los pantanos. El cuerpo del color del barro. El grito del color del arrepentimiento tardío.
Un ave triste: el karãu.






LEYENDA DE CHILE


LOS DIOSES DE LA LUZ

Antes de que los Mapuches descubrieran cómo hacer el fuego, vivían en grutas de la montaña a las que llamaban "casas de piedra".
Temerosos de las erupciones volcánicas y de los cataclismos, sus dioses y sus demonios eran luminosos. Entre estos, el poderoso Cheruve. Cuando se enojaba, llovían piedras y ríos de lava. A veces el Cheruve caía del cielo en forma de aerolito.
Los Mapuches creían que sus antepasados revivían en la bóveda del cielo nocturno. Cada estrella era un antiguo abuelo iluminado que cazaba avestruces entre las galaxias.
El Sol y la Luna daban vida a la Tierra como dioses buenos. Los llamaban Padre y Madre. Cada vez que salía el Sol, los saludaban. La Luna, al parecer cada veintiocho días, dividía el tiempo en meses.
Al no tener fuego, porque no sabían encenderlo, devoraban crudos sus alimentos; para abrigarse en tiempo frío, se apiñaban en las noches con sus animales, perros salvajes y llamas que habían domesticado.
Tenían horror a la oscuridad, era sigo de enfermedad y muerte. Se imaginaban cosas terribles.
En una de esas grutas vivía una familia: Caleu, el padre, Mallén, la madre y Licán, la hijita.
Una noche, Caleu se atrevió a mirar el cielo de sus antepasados y vio un signo nuevo, extraño, en el poniente: una enorme estrella con una cabellera dorada.
Preocupado, no dijo nada a su mujer y tampoco a los indios que vivían en las grutas cercanas.
Aquella luz celestial se parecía a la de los volcanes, ¿traería desgracias?, ¿quemaría los bosques?. Aunque Caleu guardó silencio, no tardaron en verla los demás indios. Hicieron reuniones para discutir qué podría significar el hermosos signo del cielo. Decidieron vigilar por turno junto a sus grutas.
El verano estaba llegando a su fin y las mujeres subieron una mañana muy temprano a buscar frutos de los bosques para tener comida en el tiempo frío.
Mallén y su hijita Licán treparon también a la montaña.
-Traeremos piñones dorados y avellanas rojas -dijo Mallén.
-Traeremos raíces y pepinos del copihue -agregó Licán
La niña acompaño otras veces a su madre en estas excursiones y se sentía feliz.
-Vuelvan antes de que caiga la noche -les advirtió Caleu.
-Si nos sorprende la noche, nos refugiaremos en una gruta que hay allá arriba, en los bosques -lo tranquilizó Mallén.
Las mujeres llevaban canastos tejidos con enredaderas. Parecía una procesión de choroyes, conversando y riendo todo el camino.
Allá arriba había gigantescas araucarias que dejaban caer lluvias de piñones. Y los avellanos lucían sus frutas redondas, pequeñas, rojas unas, color violeta y negras otras, según iban madurando.
No supieron cómo pasaron las horas. El Sol empezó a bajar y cuando se dieron cuenta, estaba por ocultarse. Asustadas, las mujeres se echaron los canastos a la espalda y tomaron a sus niños de la mano.
-¡Bajemos, bajemos! -se gritaban unas a otras.
-No tendremos tiempo. Nos pillará la noche y en la oscuridad nos perderemos para siempre -advirtió Mallén.
-¿Qué haremos entonces? -dijo la abuela Collalla, que no por ser la más vieja, era la más valiente.
-Yo sé donde hay una gruta por aquí cerca, no tenga miedo, abuela -dijo Mallén.
Guió a las mujeres con sus niños por un sendero rocoso. Sin embargo, al llegar a la gruta, ya era de noche. Vieron en el cielo del poniente la gran estrella con su cola dorada.
La abuela Collalla se asustó mucho. -Esa estrella nos trae un mensaje de nuestros antepasados que viven en la bóveda del cielo -exclamó.
Licán se aferró a las faldas de su madre y lo mismo hicieron los demás niños.
-Vamos, entremos a la gruta y dormiremos bien juntas para que se nos pase el miedo -dijo Mallén.
-Eso sería lo mejor, murmuró Collalla, temblorosa.
Ella conocía viejas historias, había visto reventarse volcanes, derrumbarse montañas, inundaciones, incendios de bosques enteros.
No bien entraron a la gruta, un profundo ruido subterráneo las hizo abrazarse invocando al Sol y la Luna, sus espíritus protectores.
Al ruido siguió un espantoso temblor que hizo caer cascajos del techo de la gruta. El grupo se arrinconó, aterrorizado.
Cuando pasó el terremoto, la montaña siguió estremeciéndose como el cuerpo de un animal nervioso.
Las mujeres palparon a sus hijos. Nadie estaba herido. Respiraron un poco y miraron hacia las boca blanquecina de la gruta: por delante de ella cayó una lluvia de piedras que al chocar echaban chispas.
-¡Miren! -gritó Collalla. ¡Piedras de luz! Nuestros antepasados nos mandan este regalo.
Cómo luciérnagas de un instante, las piedras rodaron cerro abajo y con sus chispas encendieron un enorme coihue seco que se erguía al fondo de una quebrada.
El fuego iluminó la noche y las mujeres se tranquilizaron al ver la luz.
-La estrella con su espíritu protector mandó el fuego para que no tengamos miedo -dijo la abuela Collalla riendo.
Niños y mujeres también rieron, aplaudiendo el fuego.
El grupo silencioso contempló las llamas como si fuera el mismo Padre Sol que hubiera venido a acompañarlas.
Se sentaron junto a la gruta, oyendo crepitar las llamas como música desconocida.
Al rato, llegaron los hombres desafiando las tinieblas por buscar a sus niños y mujeres.
Caleu se acercó al incendio y cogió una llama ardiente; los otros lo imitaron y una procesión centelleante bajó de los cerros hasta sus casas.
Por el camino iban encendiendo otras ramas para guiarse.
Al otro día, oyendo el relato de las piedras que lanzaban chispas, los indios subieron a recogerlas y al frotarlas junto a ramas secas, lograron encender pequeñas fogatas. 

Habían descubierto el pedernal. Habían descubierto cómo hacer el fuego.
Desde entonces, los Mapuches tuvieron fuego para alumbrar sus noches, calentarse y cocer sus alimentos.
  









LEYENDA DE REPUBLICA DOMINICANA
 

EL BACÁ

En nuestra cultura un personaje muy conocido lo es el Bacá. Según las creencias de quienes admiten su existencia, es un ser exigente que requiere de quien lo posee enormes sacrificios, entre ellos la entrega hasta de personas de la familia, por eso, la enfermedad o muerte de un miembro de la familia a quien se le atribuye la posesión de tal ente, es siempre considerada como obra de éste y no por la disposición de quien lo regula en el mundo.
A este personaje, el Bacá, las personas le dan vida ya sea en un gato negro, un perro, un toro o cualquier otro animal, que cuida algún terreno, ganado, casa o negocio de una persona que busca prosperidad.
Las historias cuentan que el Bacá le da prosperidad a la persona, pero que si esta falla en el acuerdo con ese personaje termina suicidándose o muriendo misteriosamente.


  





LEYENDA DE GUATEMALA
 

La Segua

Hay varias leyendas de la Segua. Una de ellas cuenta que es una joven muy linda, que persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.

Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el jinete la lleve en su caballo, pues va para el pueblo más cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a su ruego. Hay quienes le ofrecen la delantera de la montura y otros la llevan a la polca. 

Para ella es lo mismo. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás hace que el jinete la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y el caballo, como si se diera cuenta de lo que lleva encima, arranca a correr como loco, sin que nada lo pueda detener.
Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que aseguren que cuando ellos eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una vez atrapada y echa prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente no encontraron el cadáver, sino solamente un montón de hojas de guarumo, mechas de cabuya y cáscaras de plátano

  








LEYENDA DE EL SALVADOR
LA CARRETA BRUJA
Cuentan que desde hace mucho tiempo y hasta la fecha todos los viernes por las noches, en algunos pueblos de El Salvador, al filo de la media noche se escuha el sonar de una carrta que comienza en lo profundo de los llanos y se acerca lentamente, se puede escuchar claramente el chirrido de las ruedas al rozar con los ejes con resequedad de grasa.
Hay muchas historias de la carreta bruja, he os contaré hoy la experiencia de Majin un señor que avansada edad que vivía cuando era joven en un pueblito del norte de El Salvador, sucede que una noche que el venía de visitar unos parientes en la noche, era casi media noche pero él ya estaba acostumbrado a caminar por aquellos caminos oscuros, solo con la luz de la luna.
A Majin ya nada le asustaba, se habia topado con el Cipitillo, la Siguanaba y en ocasiones le ecompañaba el Cadejo, pero esa noche ni Palomo su perro guardián iba con él. De repente faltando unos 2 kilómtros para llegar a su pueblo sintió el ruido de una carretaque se acercaba, de repente pensó, será don Concho que viene noche de traer zacate, o será que se les habia arruinado, en fin muchas ideas pasaron por su cabeza.
Cada vez aquel ruido se hacia mas cercano y estrepitoso, para eso Majin estaba por llegar al pueblo, solo le faltaba pasar junto al cementerio, siempre sentía escalosfríos al pasar por ese lugar, así que solo se persinó y siguió su camino, al lograr pasar la carreta estaba casi a sus espaldas, cuando sintió una corriente de frio helado que rrecorrió toda su espalda.
Lo que más le encrespó el cabello fué cuando las gallinas comenzaron con su caracteristico chillar de miedo, los perros salieron espantados asustados, eso infundió mas miedo, él sabia que la carreta no era nada bueno, asi que se pensino y medio se brincó un alambrado y se refugió detras de unos piñales cuando sintió que la carreta esta casi en frente, rezo oraciones.
En ese momento se iba apareciendo un bulto, que al ver más de cerca pudo ver la figura de una carreta desquebrajada que avansaba lentamente, además no tenía bueyes, y en la punta de sus trinquetes llebaba calaberas, en su interior yacian cuerpos de personas, a las cuales no reconoció, y tras ella avansaban seres con la cabeza de zacate, pasó frente a él y se alejó, Majin no se acuerda como llegó a su casa, solo que paso 3 dias con fiebre, desde ese día ya no se deja agarrar más de la noche y peor si es viernes.
* Esta es una de las muchas historias, muchos dicen que la carreta pasaba por los pueblos llevandose el alma de las personas malas y otros dicen que esta leyenda comienza cuando un hombre fué ganado por el diablo y obligaba a sus bueyes a entrar a una iglesia, pero los buelles se resisitían y no lo hicieron, sino que reventaron sus collundas y escaparon, la carreta rodo sin buelle cuesta bajo lo raro es que nunca la encontraron, pero la carreta siempre rrecorre las calles de pueblos y ciudades solitarias en buzca de almas malas.

 

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)