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«Son 3 los principales valores
que debemos enseñar a nuestros
hijos»
01/04/2014
Fuente: La Granja
Entrevista a Francesc Torralba, filósofo,
teólogo, escritor y profesor de universidad.
En esta entrevista nos explica qué valores
principales debemos promocionar en
nuestors hijos y cómo descubrir sus
habilidades y talentos.
Francesc Torralba tiene 46 años, es de
Barcelona, está casado y tiene 5 hijos de entre
10 y 17 años. Le gusta correr cada día, le
inetressen mucho las personas porque son una
fuente inacabable de preguntas e
interrogantes. Francesc Torralba ha colaborado
con FAROS en la autoría del capítulo «La
transmisión de valores a través del deporte»
en el 7 º Cuaderno FAROS La actividad física
mejora el aprendizaje y el rendimiento escolar.
«¡Hay alumnos que terminan bachillerato y
no saben qué talentos tienen!»
¿Cuáles son los valores que debemos
enseñar a nuestros hijos?
Yo creo que son tres: el valor del esfuerzo (con
tenacidad y constancia), el de la humildad y el
de la prudencia.
« Si los hijos no han aprendido a ser
prudentes, difícilmente los padres podrán
dormir»
¿La prudencia?
La prudencia es la capacidad para tomar
decisiones de una manera sensata, valorando
cada oferta y viendo las consecuencias nocivas
que puede tener. Si les enseñamos a ser
prudentes no estaremos preocupados a las tres
de la madrugada en la salida de una discoteca
porque el joven ya sabrá si debe subir al coche
de un conductor bebido o no, si ha de tener
una relación sexual en según qué condiciones
o no, o si debe comprar o no a un vendedor
de éxtasis. Si los hijos no han aprendido a ser
prudentes, difícilmente los padres podrán
dormir.
« No puedes exigir a un hijo lo que no te
exiges a ti mismo»
¿Esto cómo debemos hacerlo, los padres?
Los conocimientos se transmiten repitiendo,
pero los valores no se transmiten hablando ni
repitiendo. Los valores se transmiten con el
entorno, en un contexto y en las diferentes
situaciones del día a día, yendo de excursión y
agradeciendo el buen tiempo, por ejemplo,
haciendo deporte y esforzándose juntos o
cenando juntos mientras pedimos por favor
que nos pasen el agua o dando las gracias
porque la sopa estaba fantástica.
« Los hijos deben ver que hay un esfuerzo
por ser coherente»
¿Y con el ejemplo?
Efectivamente, a través del ejemplo se pueden
transmitir todos los valores. La coherencia y la
ejemplaridad en las situaciones de vida que nos
encontramos son la base de la transmisión de
valores. Los hijos deben ver que hay un
esfuerzo por ser coherente. Si tú le dices que
"tienes que perdonar" pero mamá y papá hace
días que no se hablan por una discusión, no
tienes autoridad moral para exigir lo que no te
exiges a ti mismo.
¿Puede poner otro ejemplo?
El consumo. Si tú le dices a un niño "debes ser
ahorrador, más austero" y tú te cambias de
móvil cada seis meses, la incoherencia es total.
« Una persona humilde reconoce cuáles son
los propios límites y sus dificultades, y
tiene la capacidad de pedir ayuda »
¿Hemos perdido la humildad?
La humildad es conocer los propios límites y
las propias posibilidades, lo cual no tiene nada
que ver con la baja autoestima o con
despreciarse. Una persona humilde reconoce
cuáles son los propios límites, sus dificultades
y tiene suficiente capacidad para pedir ayuda,
para aceptar que los demás son superiores en
algunos campos aunque no en todos. La
humildad es aquella capacidad de reconocer
que no lo sé todo, que no lo hago todo bien y
que necesito de los demás y de su correctivo.
En cambio, el que tiene una crisis de
autoestima es aquel que no reconoce ninguna
posibilidad en sí mismo, ningún talento, que
no saldrá adelante. En definitiva, que está
siempre autodestruyéndose. La humildad es
una virtud. La crisis de autoestima es un
defecto. La humildad es la autovaloración justa
de uno mismo.
« El fracaso escolar es la patata caliente que
nadie quiere »
¡Me parece que en nuestro país no abundan
los humildes!
Yo detecto que los estudiantes de otros países
son más receptivos. Por ejemplo, aquel que
cree que lo sabe todo y por tanto no escucha y
te dice: "que me vas a decir tú, no sabes
nada".
Los padres también debemos practicar los
tres valores, ¿no?
¡Claro! Los padres deben ejercer estos tres
valores básicos: el esfuerzo, la prudencia y la
humildad, en la esfera de la protección que es
la familiar. Si los ejercitamos en la familia, los
hijos lo aprenderán de una manera más fácil.
« En las sociedades cultas se esconde todo
lo que representa el fracaso »
¿La sociedad nos lo está poniendo difícil
para la práctica de la humildad?
Sí, porque en las sociedades cultas se esconde
todo lo que representa el fracaso. Como la
humildad es reconocer un error, un fracaso
tiende a ocultarse o bien imputarlo a otro.
Fijémonos en el fracaso escolar: es la patata
caliente que nadie quiere. Los maestros dicen
que son los padres. Los padres dicen que es la
televisión y la escuela. Tenemos uno de los
niveles más altos de fracaso escolar de Europa.
Los alumnos... ¿cómo van a clase?
Hay profesores universitarios que se
encuentran que en la cuarta clase ya no hay ni
la mitad de los alumnos. Siempre pasan la
responsabilidad a los jóvenes: "no vienen
preparados, no tienen sentido de la autoridad,
son dispersos, no se esfuerzan..." Pero ¿y tú?
¿Cómo te sientes como profesor? ¿Llegas a la
clase y pones un USB y vas dejando que pasen
las diapositivas? ¿O bien haces de la clase un
acto creativo y envías el documento por
correo electrónico? La humildad ayuda mucho
a resolver problemas, ayuda mucho a las
empresas y a la familia.
Si un niño no ha trabajado el valor del
esfuerzo, ¿qué le pasará cuando sea mayor?
Pues le ocurrirá que difícilmente acabará
realizando algún proyecto.
« El error es pensar que uno puede
desarrollar un proyecto sin esfuerzo »
¿Cómo se sentirá?
Frustrado. Cualquier proyecto necesita
esfuerzo: un proyecto de trabajo, de pareja,
económico o de amistad. Si este valor no
queda bien incorporado en la personalidad, ese
niño pronto se desinflará. El primer día irá a
entrenar pero al tercero ya no le apetecerá
porque llueve o hace frío. O empezará a
estudiar inglés pero el segundo día dirá que
prefiere estar en el sofá de casa. Cuando
cambie de instituto se cansará de llamar a los
amigos de siempre, lo dejará e irá perdiendo
amigos y perdiendo capacidades. El error es
pensar que uno puede desarrollar un proyecto
sin esfuerzo.
« El esfuerzo sólo se enseña poniendo
pequeñas contrariedades diarias a los
hijos »
¿Cómo se enseña el esfuerzo?
Debe entrenarse. Empezamos muy pequeños:
"tú puedes abrocharte el botón, tú puedes
ponerte el zapato solo"... y esto se debe hacer
aunque tengamos prisa. Debemos dejar que
empiecen a hacer cosas. "¿Tú crees que ya
puedes poner la mesa? Pues comienzas hoy". El
esfuerzo sólo se enseña poniendo pequeñas
contrariedades diarias a los hijos. Si uno está
entrenado a saltar obstáculos ya no le resulta
difícil saltar uno más. Pero si al hijo le
hacemos vivir en una burbuja de
sobreprotección, una burbuja de Itaca ideal
donde tiene todo a su alcance, esta burbuja
algún día se pinchará. Todas las personas
debemos buscarnos la vida, mejor estar
preparado para no hundirnos.
¿La sobreprotección puede llegar a corroer
el carácter de nuestro hijo?
Sí, esto es lo que se llama la corrosión del
carácter porque acaba no teniendo carácter y
eso es dramático. Tampoco hay que poner
obstáculos inalcanzables porque entonces los
frustras. Es como ir en bicicleta, hay un
momento en que el padre quita las ruedas y el
niño cae y la tentación que tenemos es volver
a poner, pues no, que vuelva a subir y coja
impulso.
Nadie aprende a hablar una lengua el primer
día, nadie aprende a ser médico en un día. Se
aprende a base de repetir y repetir muchas
veces el mismo. La repetición es básica. Pero
en nuestra sociedad le repugna la repetición, le
cansa. Entonces qué pasa? No escriben bien,
no leen bien...
¿No expresan bien los pensamientos y las
emociones en voz alta?
¿Cuántas veces expresan pensamientos y
emociones en voz alta desde el día que
entraron en la escuela? Si sólo tienen 500
palabras en la cabeza, ¿cómo pueden expresar
que están enamorados, que están tristes, que
están alegres o deprimidos? ¡Les faltan
palabras y agilidad para usarlas! El esfuerzo es
repetición sobre el mismo punto, la repetición
es fatiga pero no hay otro remedio.
« La excelencia es esfuerzo y humildad
sobre un talento que te es dado »
Pero también hay alumnos excelentes…
La excelencia es esfuerzo y humildad sobre un
talento que te es dado. Con talento solo no
basta y con esfuerzo solo tampoco es
suficiente para llegar a la excelencia.
Debemos enseñar a nuestros hijos y alumnos a
descubrir los talentos, porque no todos
valemos para lo mismo. El talento es lo único
que no decidimos, y por mucho que te
esfuerces nunca serás un gran dibujante si no
tienes talento.
« ¿Cuántas veces en instituciones
educativas nos ha pasado por delante un
talento oculto y nadie lo ha visto?»
¿Hay muchos talentos escondidos?
Efectivamente. ¿Cuántas veces en instituciones
educativas nos ha pasado por delante un
talento oculto y nadie lo ha visto? Aquel
individuo se ha abierto camino de forma
autodidacta y un buen día sale en la contra de
La Vanguardia, pero nadie se dio cuenta de que
era un escritor o un humorista en potencia.
Que la escuela no identifique el talento
emergente es dramático.
¿Cómo puede la escuela identificarlo?
Con ratios más pequeñas. En la Universidad
Ramon Llull estamos en contacto con las
universidades británicas de Oxford y
Cambridge. ¡Allí aplican el plan Bolonia desde
el siglo XII! con 15 alumnos máximo por curso
y con un seguimiento muy individualizado.
Somos nosotros los que ponemos 140 alumnos
en primero de Derecho. Claro, no es lo mismo
un abogado de Oxford que el de aquí, porque
aquel ha aprendido a defender una idea, a
discutir ya escuchar a los compañeros.
« Saber para qué vales es básico »
En la escuela, ¿cuál cree que sería el ratio
ideal?
Se reducirá al máximo que se pueda. Nosotros
hacemos una educación donde el estudiante es
un sujeto pasivo y como continente de
informaciones y contenidos. El estudiante debe
ir digiriéndolos y demostrar que los ha
asimilado. Creo que en la escuela debemos
potenciar el autoconocimiento porque ¡hay
alumnos que terminan bachillerato y no saben
qué talentos tienen! Quizá sí que sabrán quién
fue Napoleón o que la guerra civil fue en
1936, pero son incapaces de decir quiénes son
ellos. Comienzan una carrera para la que no
tienen capacidad y abandonan el primer año.
Saber para qué vales es básico.
Sí, porque trabajar en lo que no te gusta...
Qué diferente es un individuo que cuando llega
el lunes ya está pensando en que sea viernes
para evadirse, no le gusta el trabajo pero tiene
que pagar hipoteca y el día a día se convierte
en un sacrificio. El individuo que está haciendo
el trabajo para el que está capacitado, aquel
trabajo que lo mueve y toca una tecla
profunda en su interior, ¡está encantado de
que sea lunes!
Los maestros, ¿cómo lo pueden hacer?
En el marco que tenemos nosotros, con ratios
altas, debemos trabajar de forma evolutiva el
autoconocimiento (desde P3 hasta segundo de
bachillerato). El reto sería que el alumno,
cuando termine el bachillerato, sepa cuáles son
sus capacidades, sus talentos y también sus
límites. Es la inteligencia intrapersonal,
conocimiento de uno mismo. La tutoría es muy
importante ya que alguien tiene que ayudar a
hacerte ver y deshacer la imagen ficticia que
tienes de ti mismo, y también observar tu
potencial: don de gentes, capacidad de
liderazgo, de conducir un partido político o
una organización...
Aquesta és una entrevista realitzada per La
Granja, Granja Escola que es dedica
íntegrament a l'educació i l'ensenyament de
nens i joves en edat escolar a través de les
emocions.
La Granja contesta:
¿Cómo descubrir las habilidades y talentos
de los hijos?
Como dice Francesc, hay que empezar desde
pequeños, porque las habilidades y talentos
están dentro de cada uno de nosotros desde
que nacemos. Pero si no nos conocemos a
nosotros mismos, será difícil descubrirlo.
¿Cómo podemos conocernos?
Pues preguntando al hijo, desde que tiene 2 o
3 años: ¿cómo te sientes con esto que ha
pasado? (Poniendo nombres a las emociones).
¿Qué piensas de ese tema o de aquella
persona? (Para conocer su punto de vista y lo
que cree). ¿Con qué propósito haces este
deporte, estos extraescolares, esta actividad?
(Para saber el objetivo y la intención de todo
lo que hace). ¿Qué te gusta? (Para descubrir las
habilidades). ¿Qué te resulta fácil? ¿Qué te
apasiona? ¿Qué te tiene enganchado?
(Probablemente ahí hay un talento oculto). Si
practicas estas preguntas cada día o cada
semana, facilitarás que los hijos se conozcan a
sí mismo de una manera fácil y natural.
Cuando sabes quién eres, qué necesitas para
sentirte bien y qué quieres hacer con tu vida,
estás más cerca de la motivación, del motivo
que necesitamos todos para movernos y pasar
a la acción. ¡La acción de vivir con coherencia
con lo que piensas y lo que crees y que te
conduce directamente hacia la felicidad!
Tema: Desarrollo y
aprendizaje Educación Capacidades y
habilidades

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)