Tu dieta durante el embarazo

Durante estos nueve meses tienes que cuidar al máximo tu dieta porque la salud de tu bebé y la tuya dependen de ella.
Paula Morera



En los primeros meses no notarás un aumento del apetito pero llegado el tercer mes tendrás más hambre. Elige bien los alimentos para que tanto tú como tu hijo recibáis lo mejor. Elimina de tus menús el exceso de grasas y aumenta el consumo de frutas y verduras.
PREPARA LA DESPENSA
Leche, yogur y quesos. Son la fuente más importante del calcio, un mineral imprescindible durante todo el embarazo y sobre todo en el último trimestre.
Para conseguir el aporte necesario de calcio debes tomar cuatro raciones diarias de lácteos. Por ejemplo: 1 vaso de leche, dos yogures y 70 g de queso fresco.
Frutas y verduras. Son una excelente fuente de fibra que te ayudará a prevenir el estreñimiento, algo muy común durante el embarazo. Es necesario que incluyas cinco raciones diarias en tu menú. Aportan a tu organismo vitaminas y minerales imprescindibles.
En el menú de tu comida y de la cena debes incluir siempre algo de verdura. Evita las más flatulentas como la coliflor y aumenta las de hoja verde, ricas en ácido fólico. Incluye una pieza de fruta o zumo natural en el desayuno y la merienda.
Cereales. Son esenciales ya que te aportan el extra de energía que ahora necesitas. Olvídate de no comer pan y consume diariamente dos raciones de patatas, pastas o arroz.
Carne, pescado y huevo. El pescado es esencial en tu dieta, aporta los ácidos grasos esenciales de tipo omega y yodo.
Intenta tomarlo tres veces por semana, alternando el resto de días con carnes y huevos. Evita las hamburguesas, salchichas, los patés y las carnes grasas.
Legumbres. Aportan hidratos de carbono y proteínas vegetales esenciales en esta etapa. Inclúyelas más en tu menú.
El aceite de oliva se convertirá en la grasa más sana de tu dieta. Aliña con él ensaladas y todo tipo de verduras al vapor.
¿QUÉ PASA CON LA BEBIDA?
Durante estos nueve meses notarás que tienes más sed. Esto es debido a que tu respiración es más acelerada que antes, sudas más y tus riñones realizan un trabajo extra para eliminar el aumento de residuos. Da de beber a tu cuerpo pero escoge bien la bebida.
El agua es la mejor opción. Calma tu sed sin aportarte ninguna caloría. Te permite digerir mejor los alimentos y, sobretodo, evitar el estreñimiento.
Toma con moderación:
  • Zumos de frutas naturales, una o dos veces al día para no aportar un exceso de azúcares.
  • Infusiones: apuesta por la manzanilla y el té sin teína.
  • Batidos de leche o yogur desnatados, que te ayudan a incrementar tu ración diaria de lácteos o leches vegetales.
  • Refrescos sin gas.
Ni se te ocurra:
Cualquier refresco con gas. Principalmente porque no te calman la sed, resultan indigestos y contienen demasiados azúcares

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)