Salvador Dalí, un artista que nunca dejó su imaginación de niño

Hace mas de 100 años, en 1904 nació en España Salvador Dalí, quien demostró una increíble creatividad desde niño y llegó a ser uno de los artistas más importantes de su época.

Dali_2

Cuando niño lo llamaban “Salvi” su mayor diversión era correr descalzo sobre la húmeda arena de la playa, mientras observaba los colores del cielo y el mar, y las siempre cambiantes formas de las nubes. Allí dejó volar su imaginación infantil y comenzó a dibujar.

A los seis años quería ser cocinero, a los siete, quizo ser Napoleón y le gustaba disfrazarse de emperador. Ya de adulto siempre usó ropa diferente a los demás y decía que a él no le gustaba vestirse de civil, pues siempre llevaba puesto su uniforme de Dalí.

Cuando entró a la escuela, le costaba concentrarse y sus compañeros se
burlaban de él arrojándole grillos, lo cual le producía muchísimo
miedo. Estos grillos aparecerían luego muchas veces dentro de su obra.

A los seis años pintó su primer cuadro, un pequeño paisaje y a los
doce, su padre organizó la primera exposición de dibujos en su casa
para los amigos y familiares.

A pesar de que Salvador finalmente dejó de ser niño, nunca perdió su
capacidad de asombro, y los personajes y objetos que soñó en sus
primeros años, llenaron luego sus pinturas.

Lee las biografias de Picasso, Frida Khalo y Fernando Botero

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)