10 consejos

1. Servir la comida siempre a la misma hora, así el cuerpo se acostumbra que a esa hora les dará hambre.
2. No permito ni juguetes ni televisión cuando se está comiendo, nada que lo pueda distraer. Hay una hora para comer y otra para jugar.
3. No le doy ni agua, ni jugos, ni leche hasta que no ha terminado de comer más de la mitad de lo que tiene en el plato, para que así no se llene de liquido.
4. En el supermercado me ayuda a elegir lo que vamos a comprar y en casa me ayuda a guardar el mercado así tiene una idea de que vamos a comer durante la semana.
5. Una actividad que disfrutamos mucho es el cocinar juntos, parece increíble pero si el ayuda a preparar algo se lo come con gusto.
6. El tener un huerto ayuda mucho también. El sembrar, regar y recoger frutos u hortalizas hará que aprecie más la comida y lo que es mejor aún disfrutará una buena ensalada de lechuga y tomate.
7. Conocer la pirámide alimenticia  es importante para poder balancear los alimentos de los diferentes grupos como proteínas, carbohidratos, etc.
8. Dos veces a la semana hago una sopa donde meto todo tipo de verduras, también un batido de frutas donde pongo hasta espinaca.
9. Ponerle una mesita para comer, con platos y cubiertos de sus personajes favoritos, pero cuando se pueda que coman en familia también, así ven a mamá y papá comer… ese es el mejor ejemplo.
10. Servir en cada comida aunque sea una porción de frutas y/o vegetales, así se acostumbran.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)