Quiero y no puedo

Estreñimiento en el embarazo

Seguir una dieta adecuada y practicar ejercicio físico de manera regular te ayudarán a mantener el ritmo intestinal durante estos nueve meses.




La regularidad en el tránsito intestinal durante los meses de gestación depende de cada mujer y también de cómo era ese tránsito antes del embarazo”, explica el doctor Carlos Salvador Taboada, ginecólogo de la clínica Gynaikos, en Barcelona.
Así, el punto de referencia para determinar si ahora tienes estreñimiento o no será tu normalidad: si adviertes que tu ritmo habitual se modifica, es conveniente que lo consultes con tu médico.
El estreñimiento, si aparece, lo hace muy pronto, entre el tercer y el cuarto mes de gestación, y es importante tomar medidas en cuanto notes los primeros síntomas.
En cualquier caso, estar atenta a los cambios que experimenta tu cuerpo y mantener unos buenos hábitos de vida serán tus mejores aliados para evitarlo.
CUESTIÓN DE HORMONAS
La alteración del ritmo intestinal en el embarazo se debe a los cambios hormonales. Tu cuerpo segrega progesterona, una hormona cuya principal función es posibilitar la distensión de la matriz para que pueda albergar al feto y permitir su crecimiento.
Pero esta distensión también se da en los intestinos. La pared del intestino tiene músculo, porque si no, no podría realizar el movimiento que permite la evacuación. Y la progesterona frena este movimiento muscular, disminuyendo la frecuencia de las deposiciones.
No es el único cambio que experimenta tu cuerpo en la gestación y que favorece el estreñimiento: durante el segundo y el tercer trimestres, el útero, al aumentar su tamaño, ejerce presión sobre los intestinos y llega a desplazarlos de su lugar habitual.
En cuanto a las causas externas que lo propician, la primera es la dieta. De hecho, se sabe que muchas personas con estreñimiento crónico mejoran en verano, y probablemente es porque en esos meses toman más fibra y hacen más ejercicio.
Respecto a los suplementos de hierro que se recetan durante el embarazo, no tienen que ser, en opinión de los expertos, los responsables del estreñimiento, aunque a veces sí pueden incrementarlo en mujeres propensas.
HAY QUE PONER REMEDIO
Junto a una dieta adecuada, la práctica de ejercicio físico de manera regular será tu mejor arma para combatir cualquier alteración de tu ritmo intestinal: caminar a buen paso, hacer gimnasia, nadar…
Si a pesar de todos tus esfuerzos el ritmo de tus evacuaciones disminuye, no te preocupes: haz dieta laxante durante unos días, bebe mucha agua, toma la medicación que tu médico te prescriba y notarás los resultados rápidamente.
En el mercado existen numerosos productos para combatir el estreñimiento. “Los laxantes de arrastre, que aumentan el bolo alimenticio, son de los más efectivos y las infusiones de manzanilla, cilantro o poleo son otros remedios naturales eficaces” destaca el doctor Salvador.
“Y si lo natural no resulta –continúa–, pueden emplearse sin problemas supositorios de glicerina o incluso una lavativa o un microenema”. Ninguno de estos productos reviste peligro alguno para tu bebé, pero siempre es importante hacerlo bajo prescripción médica.
Por otro lado, el estreñimiento a veces conlleva molestias asociadas como gases, flatulencia, sensación de estar hinchada, malestar en la parte baja de la barriga y, en algunos casos, dolor de cabeza: la manzanilla te ayudará a aliviarlas.
También pueden aparecer hemorroides, como consecuencia de un estreñimiento pertinaz.
Por último, recuerda que tras el parto lo habitual es que recuperes tu ritmo intestinal en unas semanas, pero si das el pecho puedes tardar algo más, ya que hasta que no termina la lactancia, el cuerpo de la mujer no recupera la normalidad.
Ya ves que prevenir y combatir el estreñimiento es sencillo: tomar mucha fruta y verdura, dos litros de agua al día y 20 minutos diarios de ejercicio. ¿Lo llevas a la práctica?

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)