Antojos de la futura mamá

Ayer querías fresas, hoy lacón... Tienes antojos por tus nuevas necesidades nutricionales. Y, salvo que te lo desaconseje el médico, debes satisfacerlos.

Gemma Cardona. Asesor: J. I. Zúñiga, tocoginecólogo

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A lo largo del embarazo tu organismo sufre alteraciones hormonales a las que se habitúa poco a poco. Mientras dura el proceso de adaptación, experimentarás molestias como las náuseas y ciertos cambios en tus gustos alimenticios, como los antojos. Las náuseas matinales se deben a la revolución hormonal propia del embarazo, que irrita las mucosas del estómago. Y esta alteración hormonal es uno de los dos motivos que provocan los antojos.

El otro factor que causa los antojos son las nuevas necesidades alimenticias de la futura madre, que precisa más cantidad de algunos nutrientes y que, salvo contraorden del médico, debe procurar satisfacer, para que ni a ella ni al bebé les falte de nada.

Por supuesto, los antojos no se deben a un deseo inconsciente de la futura madre de llamar la atención, como se pensaba antes, y mucho menos a alteraciones psicológicas.

HABITUALES EN MUCHOS EMBARAZOS

Alrededor del 80% de las futuras mamás tienen antojos, independientemente de que se encuentren en su primer, segundo o tercer embarazo. Éstos pueden manifestarse a lo largo de toda la gestación, aunque son menos habituales en el primer trimestre, porque entonces predominan las náuseas.

Según nos explica el doctor Bernat Serra, jefe del Servicio de Obstetricia del USP Institut Universitari Dexeus, de Barcelona, “los antojos son algo normal, aunque las embarazadas no suelen comentarlos en las visitas médicas. En ocasiones el tema sale cuando la mujer ha engordado demasiado y tiene que seguir una dieta”.

CON MODERACIÓN, SON SALUDABLES

Hoy en día se sabe que cada órgano, para poder funcionar sin problemas, requiere un tipo de alimentos que están asociados a un gusto concreto: el hígado y la vesícula demandan el sabor ácido; el páncreas y el estómago, el dulce; el corazón y el intestino delgado, el amargo; la vejiga y el riñón, el sabor salado, y el intestino grueso y el sistema respiratorio, el picante.

Ya sabes: en estos meses, si te entran muchas ganas de comer algo, “no te prives”, aconseja el doctor Serra, “pero hazlo con moderación. Ten en cuenta que no es lo mismo tener antojo de pasteles que de lentejas. Así que come tranquila lo que te pida tu organismo, siempre y cuando no se trate de algo que tu médico te haya desaconsejado. Los antojos no son peligrosos, sino saludables”.

Fíjate si es así, que un estudio elaborado por la Universidad de Helsinki ha detectado que comer chocolate durante el embarazo aumenta las posibilidades de tener bebés más risueños y alegres. Los investigadores analizaron a un grupo de 300 mujeres.

NO SE MANIFIESTAN EN LA PIEL DEL BEBÉ

Por último, hay que insistir en que si en alguna ocasión te apetece tomar algún alimento que no te conviene, tendrás que pasar sin él, pero no pienses que eso va a afectar a tu bebé. Los mitos que aseguran que los antojos no satisfechos originan manchas en la piel del bebé con la forma del alimento que deseaba la madre no pasan de ser eso, mitos... Falsos, por supuesto.

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)