Un cuento para que te leamos los dos....


Luchando con las preguntas

Pirincho Livingstone parecía un cantante de rock. Se acomodó el copete usando el espejo del arroyo de la arena blanca. Aunque había decidido no andar por un solo camino, su corazón de pájaro le decía que debía trazarse un rumbo. Buscó una hoja de palmera y un palito que afiló en una piedra, y dibujó algo parecido a un mapa. Con una flecha marcó el norte, por donde vio que se había ido la Viudita Blanca. Una línea que subía… ¡para arriba quería ir el Pirincho!

¡Ay, ay, ay! En plena decisión lo asaltó una pregunta. Sí, lo tuvo a los saltos durante un buen rato… ¿el norte era siempre para arriba? pirincho2-41

La verdad es que muy entendido en mapas no era. Hacia arriba estaba el cielo y allí seguro que, por el momento, no quería ir. Iba a volar bajo, mirando las huellas de otros pájaros.

- Mejor me dejo de hacer planes y que mis alas nomás me lleven, se dijo, y levantó vuelo.

Anduvo y anduvo un largo trecho y cuando sintió sed, bajó. Aún no estaba tan lejos, el río Uruguay le resultó familiar. Un río largo, el Uruguay. Se hizo lugar entre las gaviotas y se tiró al sol. ¡Qué fiaca tenía!

- ¡Pirincho Livingstone!, se dijo, ¿qué es eso de quedarse quieto y cómodo?

Otra vez lo asaltaron preguntas tan pesadas como los tábanos: ¿por qué? ¿para qué? ¿a dónde?. Se llenó de preguntas, y tanto le pesaron que casi se hundió en la arena. El sentido del viaje, después del primer impulso, iba perdiendo fuerza. No iba a volver para atrás pero ¿a dónde iba? ¿a la región del silencio de la que había oído hablar? ¿y para qué?

Se puso un ala en la cabeza como cada vez que no entendía y se quedó quieto, quietito, pensando…

-¡Ah, no!, dijo de repente.

Se paró en la playa, sacudió una y otra vez todas las plumas y batalló con las preguntas, sacó pecho y les dijo:

- ¡Ja! Para conocer algo nuevo, ¡qué tanto!

Y les sacó la lengua de pájaro para ahuyentarlas del todo.

- Las preguntas son tramposas, murmuró, más vale tenerlas cortitas.

Y siguió viaje… Pirincho se sentía un verdadero héroe de película.

Mientras él se iba se podía ver un remolino en la playa. Un enredo de signos de interrogación que el Pirincho había lanzado al aire con sus alas.


Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)