Una de las cosas más importantes que podés hacer como padre, es ayudar a que tu bebé desarrolle buenos hábitos para dormir. Cuando tu bebé duerme bien, toda la familia se beneficia. Las rutinas para dormir que establezcas promoverán buenos hábitos durante los años venideros. Estas deberían evolucionar naturalmente como una relación entre vos y tu bebé".

Al comienzo, el ciclo de sueño de tu bebé estará desorganizado, y el mismo estará distribuido a lo largo del período de 24 horas. Cada uno probablemente durará entre 30 minutos y 3 horas, con poca diferencia entre el día y la noche.
- En esta etapa, vos podés enseñarle al bebé que la noche es para dormir y el día para jugar.
- De noche mantené la luz tenue y silencio. Reducí al máximo los juegos antes de dormirlo.
- Durante el día, despertá a tu bebé para alimentarlo y estimulá su interés hablándole cálida y expresivamente, moviendo sus brazos y piernas o mostrándole juguetes.


Al cabo de aproximadamente seis semanas comenzará a desarrollarse un
patrón más predecible:
- Entre los 2 y 4 meses, observarás un ritmo regular de sueño y de vigilia a lo largo del día.
- Entre los 3 y 6 meses, la mayoría de los bebés comienzan a dormir durante períodos más largos de tiempo.
- Al cumplir un año, tu bebé reducirá en forma natural sus siestas de 3 ó 4 al día a 1 ó 2 al día.


Conocé las "señales de sueño" del bebé.
A continuación presentamos algunas maneras de cómo tu bebé te hace saber que está listo para dormir: está inquieto o llora, se frota los ojos, se tira las orejas o se queda mirando fijamente
el espacio.

Seguí las indicaciones del bebé. Es probable que tu recién nacido prefiera ser arrullado o alimentado antes de ir a dormir, lo cual está bien durante las primeras semanas o meses. Al cabo de tres meses, sin embargo, deberás tratar de lograr que tu bebé se duerma por su cuenta sin necesidad de arrullarlo o alimentarlo.

Convertí el sueño en una prioridad. La falta de sueño puede ser normal cuando se está cuidando de un recién nacido, pero existen maneras de poder enfrentar esta situación. Pedile ayuda a tu pareja cuando necesites un descanso, tomá una siesta cuando tu bebé lo haga, sin importar cuán tentador sea realizar otras tareas.

 

Comenzá una rutina para dormir que puede incluir: un baño tibio, un masaje, ponerle pijama al bebé, arrullarlo y cargarlo antes de acostarlo, cantar canciones de cuna y leerle un cuento.

Mantené metas realistas. Tu bebé no podrá dormir durante largos períodos en los primeros meses, pero esto mejorará.


Para disminuir el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI).

Colocá a dormir a tu bebé de lado o sobre su espalda durante la noche y a la hora de la siesta.

Colocá al bebé sobre un colchón infantil firme que no tenga más de una sábana.

Mantené los artículos suaves y voluminosos fuera del área de dormir. Éstos incluyen almohadas, juguetes o ropa de cama.

Establecé un horario fijo para dormir, con rutinas regulares para la siesta y una hora consistente para dormir de noche.

Dejá que tu bebé se arrulle para dormir. Cuando tenga algunos meses de edad, acostalo somnoliento pero despierto para ayudarle a desarrollar comportamientos de auto relajación con el fin de que pueda quedarse dormido por su cuenta luego de despertarse a la noche.

Brindale a tu bebé un ambiente de calma. Mantené el cuarto oscuro, fresco y tranquilo.

Aproximadamente a los 3-6 meses de edad, comenzá a retardar tu tiempo de reacción frente al alboroto o llanto del bebé.

- Esperá algunos minutos antes de calmarlo; probablemente se tranquilizará por su cuenta.
- Si continúa llorando, tratá de calmarlo sin prender la luz o levantarlo.


Sé consistente. Por ejemplo, si decidís que no vas a arrullar al bebé para que se quede dormido, adherite a ese plan, aún si no se queda dormido tan pronto como vos quieras. Dale a tu plan al menos dos semanas para que funcione antes de pasar al el Plan B.


Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)