El embarazo y las várices


Las várices suelen aparecer y desaparecer en el primer embarazo y podrían acentuarse en los siguientes.

Las hormonas femeninas son las facilitadoras del desarrollo de las venas varicosas en aquellas mujeres que presentan predisposición. Esto ocurre en distintos momentos de los ciclos menstruales, con el uso de pastillas anticonceptivas y, sobretodo, durante los embarazos.

Las varices que aparecen durante el embarazo tienden a desaparecer con el nacimiento del bebé. Sin embargo, en posteriores embarazos, podrían reaparecer várices para quedarse.

El aumento de las hormonas femeninas durante el embarazo afecta de la siguiente manera:
- Se dilatan las venas
- Tendencia a fallas en el cierre de las válvulas venosas
- Disminuye la velocidad de la circulación sanguínea
- Aumento de la presión sanguínea
- Aumento del volumen de sangre corporal
- Aumento de la coagulación de la sangre

En la segunda mitad del embarazo, el crecimiento del útero hace que éste presione la vena que pasa por dentro del abdomen, aumentando aún más la presión de la sangre en las piernas.

Los cambios circulatorios producidos, podrían causar mayores problemas. Sin embargo, así como se generar todas estas alteraciones, el cuerpo también se encarga de enfrentar la situación. Las consecuencias podrían ser mínimas, si se siguieran las siguientes medidas preventivas:
- Reducir los tiempos sin movimientos de piernas, ya sea al estar sentada o de pie
- Sentarse en sillas o sillones de altura cómoda; no utilizar aquéllos que sean muy bajos y produzcan la flexión excesiva de las rodillas y el consiguiente ahorcamiento de las venas
- Introducir uno o más períodos de descanso durante el día, llevando el cuerpo a una posición horizontal
- Caminar mucho durante el día. De ser posible, una hora diaria
- Utilizar calzado muy cómodo
- No cargar peso excesivo
- En los días calurosos, sumergir los pies – hasta las rodillas – en agua fresca o tibia
- En los días de playa, ir en horas de la mañana o final de la tarde. Quedarse la mayor parte del tiempo a la sombra, con las piernas protegidas con una toalla húmeda
- Utilizar medias elásticas desde el principio del embarazo
- Dormir con las piernas elevadas, colocando un almohadón debajo del colchón

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)