Los niños criados con afecto tienen un hipocampo más grande

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Los niños criados con afecto tienen un hipocampo más grande
Los niños criados con afecto tienen un hipocampo más grande

02 de febrero de 2012. 00:00hEfe.  Washington.

La investigación, llevada a cabo por psiquiatras y neurocientíficos de la Universidad Washington de Saint Louis, "sugiere un vínculo claro entre la crianza y el tamaño del hipocampo", destacó uno de sus autores, la profesora de psiquiatría infantil Joan L. Luby.

El estudio, el primero que relaciona el tamaño del cerebro infantil con la forma en que un niño es criado, fue publicado hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para la investigación, los expertos analizaron imágenes cerebrales de niños de entre 7 y 10 años que, cuando tenían entre 3 y 6 años, fueron observados en interacción con alguno de sus padres, casi siempre con la madre.

Se analizaron escáneres cerebrales de 92 de esos niños, algunos mentalmente sanos y otros con síntomas de depresión. Los niños sanos y criados con afecto tenían el hipocampo casi un 10 por ciento más grande que el resto.

"Tener un hipocampo casi un 10 por ciento más grande es una evidencia concreta del poderoso efecto de la crianza", subrayó Luby.

Después abogó por fomentar, "como sociedad", la crianza con amor y cuidado de los niños, puesto que "claramente tiene un impacto muy grande en el desarrollo posterior" de la persona.
Durante años muchas investigaciones han puesto de relieve la importancia de la crianza, aunque casi siempre centradas en factores psicosociales y en el rendimiento escolar, pero este estudio "es el primero que realmente muestra un cambio anatómico en el cerebro", enfatizó Luby.

Aunque en el 95 % de los casos estudiados participaron las madres biológicas de los niños, los investigadores señalan que el efecto en el cerebro es el mismo si el cuidador principal es el padre, los padres adoptivos o los abuelos.



Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)