ENTREVISTA A MICHEL ODENT

"Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo"

 
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Entrevista a Michel Odent:  “Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo”

P: Cuando habla de la importancia del amor en el parto, ¿a qué se refiere?

R: El amor ya no es tema exclusivo de poetas, filósofos o novelistas. Hoy lo estudian científicos de muy diversas disciplinas y han llegado a una conclusión: la importancia que tiene todo lo que sucede en el inicio de la vida para desarrollar la capacidad de amar. Es fundamental no perturbar demasiado el parto para quemadre e hijo puedan desarrollar ese amor.

P: ¿No perturbar el parto significa no medicalizarlo y humanizarlo más?

R: Más que humanizar, yo hablaría de "mamiferizar". Para que un parto sea fácil, hay que redescubrir las necesidades básicas que compartimos con todos los mamíferos. Y todas las hembras, para segregaroxitocina, esa hormona del amor que hasta hace poco se necesitaba liberar para poder dar a luz, necesitan sentirse seguras y que su nivel de adrenalina sea muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz.

P: ¿Un parto con médicos, oxitocina sintética, epidural, cesárea… no es más fácil?

R: No, la epidural es un medicamento que sustituye a las endorfinas, lo mismo que la oxitocina sintéticasustituye a la natural. Todos estos medicamentos hacen el papel de las hormonas que las mujeres no pueden segregar porque no se encuentran en un entorno adecuado. Hoy en día no solo no las pueden liberar las parturientas que dan a luz por cesárea, también muchas de las que tienen un parto vaginal, al usar sustitutos farmacológicos de estas hormonas del amor. El problema es que estos sustitutos no producen efectos sobre el comportamiento y alteran el curso natural del nacimiento, un momento crítico en el proceso del desarrollo de la capacidad de amar.

P: Entonces, ¿cuál es el mejor entorno?

R: Después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, puedo resumir mi aprendizaje en pocas palabras: un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita unacomadrona que tenga experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores.

Autora: L. Artiz.


OCIEDAD

"Lo mejor para un parto es que no haya nadie junto a la mujer"

Michel Odent, el ya mítico promotor del parto acuático y el "parto humanizado", explica a Página/12 la evolución de sus teorías: la industrialización del nacimiento, la presencia del padre en el alumbramiento y la necesidad de volver a lo simple.

 Por Sonia Santoro

Hace más de 40 años, un cirujano de emergencias empezó a pensar la posibilidad de que las mujeres pudieran superar esos momentos difíciles del parto sin recurrir a los calmantes. Compró una pileta de lona y la instaló en la maternidad de Pithiviers, la ciudad de Francia en la que ejercía. Así creó el parto acuático, una manera de nacer que fue propagándose en el mundo, junto con otras opciones del "parto humanizado", que tratan de escapar a las rutinas médicas innecesarias para recuperar modos de nacer menos invasivos tanto para la madre como para el bebé. Aquel cirujano, Michel Odent, fue invitado por la Fundación Creavida al seminario "Hacia una nueva conciencia del parto y del nacimiento humano" que se desarrolló en Buenos Aires. "La imagen ideal para un parto fácil es que la madre esté sola, con la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple", plantea.

–Hace 40 años empezó con los partos en el agua, ¿cómo llegó a ese descubrimiento?

–El origen fue el objetivo de evitar la utilización de medicamentos cuando la primera parte del parto se hace difícil, cuando se llega a un estadio en el que la mujer pide "por favor denme un medicamento". Cuando una mujer segrega adrenalina, no puede segregar oxitocina, que es la hormona fundamental para las contracciones. Entonces, para ayudar a reducir la adrenalina se pueden hacer muchas cosas: primero, asegurarse de que nadie en el entorno esté segregando adrenalina porque es contagioso.

–La adrenalina está relacionada con el miedo.

–Sí, por supuesto. Entonces, hay que asegurarse de que el cuerpo esté cálido porque cuando tenemos frío segregamos adrenalina. Y a partir de esta pregunta pensamos que la inmersión en el agua podría ser una manera de reducir la tasa de adrenalina. Cuando uno entra en agua a temperatura corporal, uno está en estado de completa relajación, es decir que la segregación de oxitocina está facilitada. A partir de esta consideración, un día me fui a la calle comercial de la ciudad y compré una pileta de jardín, encontramos un espacio en la maternidad para ponerla y así empezó la historia.

–¿Por qué cree que es tan lento el avance hacia partos más artesanales?

–La razón principal es que durante millares de años el parto fue controlado por el medio cultural. Todas las sociedades humanas que conocemos han perturbado el parto de diferentes maneras. A veces con medios muy sutiles, con creencias, con rituales. Por ejemplo, hay una fase del parto que ha sido perturbada por todas las sociedades humanas, es la tercera fase: la que se sitúa entre el nacimiento del bebé y el alumbramiento de la placenta. Según nuestra comprensión actual de los procesos fisiológicos, es una fase muy importante para el desarrollo de la capacidad de amar. Le voy a dar un ejemplo de creencia que fue observada en los cinco continentes, la creencia por la cual el calostro es malo: el calostro es lo que el bebé puede encontrar en el seno inmediatamente después de nacer y, según la ciencia moderna, es una sustancia de mucho valor. Casi todas las sociedades humanas pensaron que era malo. Esto implica que apenas el bebé nace no tiene que estar en los brazos de su mamá, para eso se usa otro ritual muy arraigado: apurarse para cortar el cordón. Podríamos mencionar centenas de creencias y rituales que lo único que hacen es perturbar el proceso fisiológico. Por eso es tan difícil actualmente redescubrir las necesidades básicas de la mujer que está por parir.

–¿O sea que no sólo la intervención médica nos ha llevado a partos "industrializados"?

–No, esto es muy anterior a la medicina. Simplemente la medicina ofrece medios más poderosos de intervención.

–Los partos humanizados parecen circunscribirse a una elite. ¿Cómo cambiar el sistema para todas?

–Esa es la pregunta de todas las tomas de conciencia, porque originariamente la incomprensión de los procesos fisiológicos y la falta de toma de conciencia implican a todo el mundo. Esto no sólo implica a la mujer que tiene el bebé, no solamente a los profesionales.

–Usted plantea que si hubiera más partos artesanales la sociedad sería menos violenta, ¿qué le dicen los colegas que no practican este tipo de partos?

–No se trata de hablar de tipo de parto, se trata de redescubrir las necesidades básicas de la mujer que va a parir, por eso nunca hablo de parto natural. Tampoco se trata de hacer un postulado diciendo que un parto perturbado puede convertir a la sociedad en algo diferente. Todas las sociedades humanas han perturbado el proceso fisiológico. Cuanto más necesidad tiene una sociedad de desarrollar su potencial de agresividad, más invasivos son los rituales y las creencias que perturban el proceso fisiológico. Podemos tomar ejemplos extremos, el caso de Esparta, en Grecia, eran guerreros y cuando un varón llegaba al mundo lo primero que se hacía era tirarlo al piso, si sobrevivía quería decir que se iba a convertir en un buen guerrero. Y conocemos algunos grupos de pigmeos que aparentemente no perturbaban el proceso fisiológico, pero no había necesidad de desarrollar el potencial de agresividad. Vivía en armonía con el entorno, lejos de todo grupo humano.

–No le parece fundamental que los hombres participen de los partos, ¿cómo es eso?

–Para esto hay que recordar las necesidades de la mujer que va a parir. Tiene necesidad de sentirse segura, sin sentirse observada, necesita mantener un nivel muy bajo de adrenalina y es fácil comprender que cuando un hombre ama a una mujer es normal que esté intranquilo y segregue adrenalina. Esto quiere decir que hay una gran diferencia entre la compañía de un hombre que no puede tener la experiencia personal de lo que está pasando, comparado con la presencia de una madre, que tuvo varios hijos y sabe lo que está pasando.

–¿Cómo fue cambiando esta tendencia?

–Conocí cuatro fases en relación con la presencia del padre en el parto. La primera va de 1953 al '60, en ese momento yo sólo conocía el parto en el hospital, nadie había ni siquiera imaginado que el padre pudiera asistir. Segunda fase, del '60 al '85, conocí también el parto en el hospital pero la doctrina de la participación del padre estaba bien establecida. Tercera fase, parto en casa, con casi siempre la participación del padre, de 1985 a 1995. En ese momento, cuando me llamaban por un nacimiento en una casa, iba solo y si bien intentaba ser discreto, la doctrina estaba bien establecida, el padre participaba activamente. Y luego conocí una cuarta fase, desde 1995, cuando voy a un nacimiento en una casa voy con una doula (cuidadora de madres con bebés recién nacidos), siempre la misma, que tiene cuatro hijos, es abuela y que tiene una enorme experiencia como doula. O sea que en esta nueva situación lo único que hago es estar en la cocina con el padre, lo trato de distraer, de charlar con él y dejo a las dos mujeres solas. Cuando hago la síntesis de lo que he aprendido en estas fases, casi me animo a emitir una conclusión que no es políticamente correcta, que la participación del papá del bebé es sin duda la causa más frecuente de partos largos y difíciles. Y si quisiera resumirlo de otro modo, diría que la mejor situación que conozco para un parto rápido y fácil es nadie alrededor de la mujer que está pariendo, a menos que sea una partera o una doula muy experimentada, silenciosa, y con perfil muy bajo. La imagen ideal es la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple.


Cómo iniciar a los niños en el maravilloso mundo de la lectura

Las vacaciones permiten pasar mayor tiempo con nuestros hijos. Para buscarles otras alternativas de entretenimiento, es un buen momento para hablar sobre el maravilloso hábito de la lectura.

07 de Enero de 201321:17

Cómo iniciar a los niños en el maravilloso mundo de la lecturaAmpliar foto

Por: Sophia

Nunca es demasiado temprano para iniciarlos en este camino. Lógicamente habrá que adoptar distintas estrategias según la edad.

A los niños les encantan los cuentos, tanto los que narran historias posibles, con temas cotidianos, como aquellas fantásticas, con personajes inexistentes. Para los niños todo cobra realidad; la diferencia entre la fantasía y la realidad no pueden percibirla totalmente y ambas pueden coexistir. Esto los fascina.

Es raro que puedan permanecer atentos y callados frente a la lectura de un cuento. Necesitan hablar, preguntar, acotar, modificar. Siempre tienen algo para decir, y es bueno que los escuchemos e interactuemos con ellos, aunque nos alejemos del cuento por un rato. Que aprendamos como padres a disfrutar de estos momentos con los niños, momento de juego, intercambio y creatividad.

También es sumamente frecuente que pidan que les leamos un cuento en forma reiterada. Pueden aceptar cuentos nuevos, pero en algún momento piden la relectura del cuento preferido. Y lo conocen tan en profundidad que si cambiamos alguna frase nos corrigen. Necesitan repetirlo tal cual es o como ellos eligieron que sea. Generalmente detrás de esta repetición está la necesidad de solucionar algún pequeño conflicto inconsciente que la temática del cuento evoca.

Los niños expresan sus conflictos a través del juego. Y la lectura, que para ellos es un juego, de alguna manera les permite elaborar diferentes situaciones que se van dando a lo largo del crecimiento.

En la lectura de un libro se abre un espacio imaginario donde aparecen personajes que de alguna manera nos representan, y también cuentan una historia que puede representar un conflicto y una solución. Además, el contacto con la literatura desarrolla la imaginación y acrecienta el lenguaje.

Cómo captar su interés

Como en todos los órdenes de la vida, lo mejor es el ejemplo. De padres lectores será más fácil que crezcan hijos lectores. Si nuestros hijos ven en nosotros el hábito de la lectura, seguramente sentirán curiosidad de ese objeto que tanto llama nuestra atención. También sirve ir con ellos a la librería y participar de la elección y compra de los ejemplares, que además puede ser en cualquier momento, no sólo para una situación de festejo especial que amerite un regalo.

Para ir creando el buen hábito de la lectura en niños pequeños es conveniente hacer una escenificación del cuento. Cambiar los tonos de voz, movernos alrededor de ellos haciendo los ademanes representando a los personajes, implicarlos en el cuento, haciendo que participen, pregunten, acoten y actúen. Elegir libros que tengan imágenes grandes, llamativas, importantes.

Permitir que cambien la historia, o que hablen sobre lo que ven en el dibujo, aunque se alejen del cuento en sí. Este derroche de imaginación es algo para disfrutar y estimular.

Aún si parecen no prestar atención, es conveniente no enojarse sino continuar con el cuento y la dramatización. En algún momento, alguna frase les llamará la atención y el adulto verá qué escuchaban más de lo que suponía.

Qué libro conviene para cada edad

Si le presentamos al niño un libro que no está acorde a su nivel de desarrollo probablemente se aburrirá enseguida, ya sea porque no lo entienda o, al contrario, porque ser demasiado pobre en contenido y no le llame la atención.

Sabemos que si bien un bebé no tiene el desarrollo suficiente como para disfrutar de un libro, sí puede llamar su atención las formas y los colores.

A partir de los 2 años el niño puede disfrutar de un libro duro, resistente, que pueda llevarse a la boca. Debe ser fácil de limpiar, con gran variedad de tamaños, texturas, materiales (ojo, verificar que sean no tóxicos!) y colores. Es bueno que las imágenes sean grandes y atractivas. Pueden no tener texto o contar una muy breve y sencilla historia, ya que el niño se interesará por lo que ve y por lo que el adulto pueda contar y teatralizar, configurando en ese accionar e intercambio un juego muy atractivo.

En la etapa preescolar, entre los 3 y los 5 años, el niño ya puede utilizar el lenguaje. Pueden disfrutar de libros con alguna historia que sea sencilla, con muchos colores, objetos, números. Los dibujos pueden ser un poco más pequeños y con más detalles. Otra posibilidad es narrarles cuentos sin imágenes para que ellos los completen con su imaginación. En todos los casos, sigue siendo importante nuestra teatralización de lo narrado. Les gustan mucho los cuentos que tienen animales como personajes, o también otros niños, con quienes sentirse identificados. La historia debe ser clara, los personajes bien definidos y mensaje, directo y evidente.

Al inicio de la etapa escolar, entre los 6 y los 8 años, los niños están preparados para disfrutar de una historia más estructurada, con un argumento definido, y especialmente de aquellos cuentos que le ayudan a desarrollar su imaginación. Les encantan los personajes fantásticos, con los que suelen identificarse.

Entre los 9 y los 11 años ya no son tan necesarias las ilustraciones. Pueden leer cuentos o novelas con capítulos cortos, con temáticas interesantes para su edad, especialmente cuando aparecen héroes a quienes seguir. También disfrutan de los libros o revistas de historietas.

A partir de los 11 años, se sienten muy atraídos por los cuentos o historias de aventuras, suspenso, terror, ciencia ficción. Pueden sostener la lectura de historias cortas, con capítulos breves y de temas que llamen su atención. No es necesario que tengan grandes ilustraciones.

A partir de los 12 años, cada niño ya está en condiciones de hacer sus propias elecciones sobre las temáticas que les resultan interesantes. Por lo tanto lo ideal es consultarlos sobre qué autores o qué tipo de historias son de su agrado, o directamente acompañarlos a la librería para que elijan ellos mismos. 


Cómo disciplinar positivamente a los niños sin recurrir al castigo

Todos desearíamos poder criar a nuestros hijos sin tener que recurrir a gritos ni amenazas. Pero también sabemos que los límites contienen y ayudan a crecer. ¿Existe una forma de educar que no apele a la violencia ni la genere en los niños?

16 de Febrero de 201313:47

Cómo disciplinar positivamente a los niños sin recurrir al castigoAmpliar foto

Por: Sophia

La palabra disciplina ha adquirido en nuestros días una connotación negativa. Criados a veces por padres rápidos para castigar o levantar la mano, influidos por teorías psicológicas que enarbolan la autoestima de los chicos como bandera, muchos padres hoy comparten un secreto desafío: tienen pánico de educar a sus hijos con normas y reglas restrictivas, y cuando lo hacen se mueren de culpa. Quieren que sus niños crezcan respetuosos y educados, pero carecen de modelos válidos para lograrlo. ¿Es ésta una situación imposible?

En absoluto. Estudios recientes demuestran que los chicos vienen al mundo con una tendencia innata (escrita en sus patrones cerebrales) a conectar afectiva y cognitivamente con otros, y que los niños que desarrollan una conexión fuerte y sana con su familia y su comunidad son menos proclives a tener problemas de conducta. A su vez, para poder contribuir a la comunidad es necesario que los chicos aprendan ciertas habilidades sociales importantes. Las nuevas corrientes pedagógicas, entonces, se construyen sobre dos preceptos: la disciplina se aprende, y la disciplina enseña.

No se trata de un concepto nuevo. El psicólogo vienés Alfred Adler (1870-1937), un contemporáneo de Freud con ideas bien distintas acerca de la naturaleza humana, estaba convencido de que lo que movía la conducta de las personas no eran los hechos del pasado sino el deseo y la necesidad de pertenecer a una comunidad. Sus ideas echaron raíz en Estados Unidos -y en otras partes del mundo- luego de que se exiliara allí huyendo de los nazis.

"Disciplinar es diferente a castigar -explica Valeria Fontanals, psicopedagoga, Magister en Educación por el Harvard Graduate School of Education y fundadora del Proyecto VF, espacio psicológico, educativo y cultural)-. Disciplinar significa establecer normas claras que deben ser seguidas, con referencias que regulan el comportamiento infantil. Poner límites quiere decir, también, contener de forma física y emocional." La especialista argentina subraya que "la falta de límites trae aparejados problemas de conducta y sobre todo frustraciones. Los chicos que se gobiernan a sí mismos son chicos a los que en el futuro les va a costar mucho aceptar las frustraciones. Están en la fase de distinguir lo correcto de lo errado, lo que está bien de lo que está mal. Necesitan adoptar normas que en el futuro les permitan relacionarse con el mundo."

¿Pero por qué los padres no pueden decirles que no a sus hijos? ¿Es posible revertir esta situación? Para Fontanals lo primero es tomar conciencia de qué tipo de disciplina aplicaron nuestros padres con nosotros, ya que ésa es la conducta que tenemos a repetir espontáneamente. Muchas veces, la relación con los hijos pemite a los padres subsanar carencias sufridas en su propia crianza.

Ese fue el caso de Alejandra Ferrero (43), mamá de Paloma, de 6 y Micaela, de 14. Criada por una madre que no desestimaba la violencia física ni verbal a la hora de imponer su autoridad, Alejandra hizo de la maternidad una apuesta al cambio y a la reparación. "Cuando tuve a mi hija me puse como objetivo jamás repetir ese patrón que tenía incorporado. Empecé a buscar otras alternativas en todos los sentidos. Para poder poner límites a mis hijas tuve que aprender a conocerme."

Hizo cursos, buscó referencias en la familia de su marido y tendió redes entre sus conocidos. Así pudo encontrar una forma armoniosa de relacionarse con sus hijas. "Ellas me obligaron a confrontarme con mis propios fantasmas. Ahora reflexiono cuando me saco y les reconozco mis defectos. Es difícil no repetir lo que tuviste, es mi gran desafío. Yo decía 'jamás le voy a gritar ni pegar a mis hijos'. Pude sostener lo de pegar, pero reconozco que a veces grito. Una vez le grité a Micaela y ella me dijo '¿Me lo podés decir sin gritar? 'Y reaccioné."

Una de las enseñanzas más importantes que acuñó Alejandra en su búsqueda como madre fue que "para criar hijos con armonía hay que tener tiempo. La falta de tiempo quita armonía. La maternidad es un camino de autoconocimiento muy profundo, porque nuestros hijos nos invitan a vernos." Por esta misma cualidad, cree que no es bueno transitar ese camino sola."Una mamá con un niño pequeño nunca debiera estar sola", destaca.

Para Gabriela Kogan, de 46 y madre de Clara de 7 años, las cosas se dieron de una forma más natural."En mi casa los límites siempre fueron conversados. Vengo de una familia de psicólogos y por suerte pude repetir ese modelo con mi hija Clara."

Gabriela cree que la mejor forma de poner límites es a través de la comunicación. "Para mí el 'porque sí' no es una respuesta. Yo le trato de explicar las cosas y cuando no las entiende le digo: 'Soy tu mamá y sé que es lo que más te conviene. Te digo esto porque quiero cuidarte y sé cómo hacerlo. Confiá en mí.' Eso lo puedo hacer cuando estoy segura de la decisión que tomé. Mi marido siempre me dice: 'No la amenaces con nada que no vayas a cumplir'. Es el desafío más grande que tenemos como padres". Y agrega: "Para mí la disciplina tiene que ver más con el tono que con lo que se dice. Cuando les das todo lo que piden, los chicos se vuelven unos eternos insatisfechos. A veces le negocio la ropa que se pone o los horarios de la tele porque entiendo que es una niña de su tiempo y tengo que respetarla. Cuando va a la casa de las amigas quiere usar lo que usan y aunque yo no esté tan de acuerdo, me parece algo normal. Lo importante es decirle que la vida no son las pulseritas ni el programa de turno."

Está claro que las características de cada niño requieren de estrategias disciplinarias diversas. Alejandra ejemplifica con sus hijas: "A diferencia de Micaela, Paloma se rebela contra las normas de la casa. Y yo trato de acompañarla con su propia energía. Paloma es activa, entonces le ofrezco actividades, y cuando está enojada sé que la saco de ese estado con el humor." El humor sería, en este caso, una estrategia de disciplina positiva.

Viejos dilemas, nuevas herramientas

Según Jane Nelson, educadora estadounidense y autora de varios libros de pedagogía, la disciplina positiva tiene las siguientes virtudes: otorga una sensación de conexión, pertenencia y significado; es respetuosa del niño y de los padres; es efectiva porque toma en cuenta lo que el chico piensa y siente; enseña habilidades sociales como el respeto, la cooperación y la consideración por el otro, y genera autonomía al educar a los chicos en la resolución de problemas.

¿De qué herramientas se vale?

La auto-observación: Recientes investigaciones en neurociencia dan cuenta del poder de la imitación en los seres humanos. En un contexto pacífico, sin gritos ni agresiones, el chico aprende a expresarse y actuar sin violencia. Así, es notable cómo los padres que se entrenan en auto-observarse en la vida cotidiana pueden regular mejor la expresión de sus emociones, darse cuenta de cuándo están descargando ellos frustraciones del día, o cuándo están siendo poco firmes en servir de parámetro externo de disciplina. La mayor bendición que un niño pueda recibir es la de ser criado por padres que trabajan sobre sí mismos cotidianamente, ya que recibirán los frutos de esa capacidad de discernimiento que la auto-observación provee.

Practicar el "time out" (tomar distancia): En medio de un berrinche o una confrontación aguda, puede ser útil parar la situación y alejarse un rato para poder calmarse y pensar. Cuando un chico está desbordado por el enojo o la emoción, su cerebro no puede procesar lo que el adulto le está transmitiendo, y menos aún si el adulto también está tomado por sus propias emociones. A diferencia de la vieja consigna de "al rincón a pensar en lo que hiciste", la idea del 'time out' es dar a ambos –el niño y la madre o el padre- un tiempo y un espacio para calmarse y procesar mejor lo que están sintiendo. Conviene explicitarlo: "Ahora cada uno va a estar solo un rato, hasta que podamos hablar más tranquilos".

Ser coherentes: Cuando la misma conducta a veces está bien y a veces está mal, el chico no recibe una consigna clara. La ausencia de consignas claras es un semillero de conductas disruptivas en el futuro. Si uno cree que se equivocó y quiere cambiar las pautas, es mejor reconocer el error y pedir disculpas que cambiar de actitud sin más. Desde la vieja concepción de crianza, pareciera que pedirle disculpas a un hijo por haberse equivocado o excedido en una actitud hacia ellos implicaría asumir una posición de debilidad. Muy por el contrario, si esto se da en un contexto de roles claramente definidos, para un chico puede ser invalorable el aprendizaje de que el adulto se haga cargo de ese error, y lo considere como persona. Le dará pautas para hacer lo mismo cuando suceda lo inverso y sea el hijo quien tenga que hacerse cargo de sus errores.

Dar opciones: Todos los chicos –aun los más pequeños- necesitan ejercitar la facultad de tomar algunas decisiones propias, de manera de ir cobrando confianza en ellos mismos. El secreto es hacerlo de dentro de límites razonables: si no se le puede dejar que vaya al jardín con el disfraz de lentejuelas, por ejemplo, al menos se le puede ofrecer que elija entre todas sus otras prendas, y luego respetar su decisión. Siempre hay una elección posible.

Pedirles ayuda: Sobre todo con los adolescentes, una forma sorprendentemente eficaz de resolver conflictos es pedirles ayuda: consensuar con ellos reglas necesarias, e incluso las consecuencias que tendrá el hecho de incumplirlas. Cuando una situación se desborda y el padre no sabe cómo manejarlo, a veces puede ser válido pedirle al hijo que piensen juntos cómo superar el trance.

Ver más allá: En los nenes chiquitos es muy frecuente que el capricho o el berrinche esconda tristeza, cansancio o enojo por alguna cuestión ajena a la situación concreta que lo desató. A veces son celos por un hermanito, necesidad de mayor atención del padre o la madre, o una reacción inconsciente a algún conflicto que está ocurriendo en la casa. En todos estos casos, un abrazo amoroso puede ser la mejor respuesta. Cuando el berrinche cede, suelen aparecer las emociones reales que lo motivaron.

Confiar y dar confianza: La confianza de los padres en sus hijos, y viceversa, es clave para tener un vínculo sano que ayude a crecer. Los padres tienen que lograr que los hijos se animen a expresarles lo que sienten y a contarles las cosas que les pasan. Muchas veces, empezar por expresar confianza -sin dejar de lado una razonable cautela- es la mejor forma de ayudarlos a ganársela. 


http://www.asnatureintended.info/2/category/all/1.html

Amamantar a un bebé adoptivo


Para aquellas mamás que quieran amamantar a su bebé adoptivo, deberán prever algunas consideraciones elementales. En primer lugar, deberán estimular (succión) la glándula para producir leche aproximadamente diez veces al día. Además de las mamaderas que se dan en el relactador, hay que estimularse con un sacaleches.

Para ayudar a dicho proceso, será importante ingerir dos litros de líquido por día (entre agua, jugos y leche); levadura de cerveza en comprimidos (6 por día); evitar el café, té maté y bebidas de cola.

La mayoría de las mamás adoptivas empiezan a producir a la semana de comenzar la estimulación y otras a las dos o tres semanas. Pueden llegar a alimentar a su bebé cubriendo entre el 80% y el 85% de sus necesidades.

Se recomienda colocar el bebé al pecho y agregar la sonda del relactador al final, así reconocerá la necesidad del complemento requerido. Observar si se puede prescindir del relactador por la mañana ya que es en ese horario que se produce más cantidad de leche.


Para armar el relactor se necesitará comprar una mamadera de plástico y una sonda nasogástrica K33, y proceder de la siguiente manera:

- Si la leche sale muy fuerte, anudar la sonda.

- La higienización es muy importante, ayudada por una jeringa deshechable. Pasar por la sonda una mezcla por mitades de agua y vinagre y luego enjuagar con agua solamente. Es conveniente tener una sonda de recambio ya que se deteriora con las continuas hervidas. Hervirlo todo, desarmado, durante diez minutos y guardar en heladera. Si se usa leche en polvo, colar para evitar que los grumos tapen la sonda.

– Durante el momento del amamantamiento, el biberón no debería estar más alto que la cabeza del bebé. La sonda puede estár adherida con tela adhesiva al seno de la madre, si lo desea. No necesita pasar el final del pezón, debe alcanzar las encías del pequeño en forma directa hacia el paladar. Ayudarse con el dedo, puede ser una opción para mejorar la posición.

Será una experiencia muy agradable y placentera, poder amamantar de esta manera a su pequeño, lo cual ayudará a establecer un lazo más estrecho y afectivo entre madre e hijo.

 ARTÍCULOS

Mayo 14, 2012

Lactancia Inducida: Que locura!…¿O no?

AUTOR

Franmidwife

Matrona de nacimiento, vocación y acción. Soy la única niña entre los autores de Matasanos y arriba de mi bici vivo continuamente en la búsqueda de aprender cosas nuevas. Actualmente trabajando en sector privado aunque enamorada del servicio público, soy una convencida de que sin importar si estamos en una clínica o un hospital rural siempre dejaremos una marca en nuestros pacientes y que la pega, con voluntad, SIEMPRE se puede hacer bien.

Una vez ocurrido el parto los altos niveles de Estrógenos que durante el embarazo han mantenido los niveles de Prolactina estancados, baja bruscamente haciendo que el aumento de esta última estimule los alveolos mamarios y cuatro días después produzcan la llamada "bajada de la leche". Pero ¿Qué pasa cuando quiero amamantar a un hijo adoptado?.

Muchas personas se muestran incredulas ante el hecho de que, efectivamente, las madres adoptivas pueden amamantar. Dentro de la historia hay relatos que describen a abuelas amamantando a sus nietos luego de que la madre de estos muriera o de paises en guerra donde la inducción de la lactancia facilitaba la alimentacion de los niños.  Esto, que para algunos pueda sonar a veces como "imposible" se basa en la fisiología misma de la lactancia.

El ciclo hormonal antes descrito necesita un estímulo para mantenerse en el tiempo: la succión del bebé. Si consideramos que la succión es capaz de estimular a la hipofisis para aumentar la secrecion de Prolactina, podremos entonces estimular producción láctea en personas que no han pasado por el proceso de embarazo y parto mediante un mecanismo que algunos llaman Ciclo de oferta y demanda.

 

 

 

La forma de lograr esto es bastante sencillo también. Mediante un aparato llamado suplementador (o relactador) la madre adoptiva puede "amamantar" a su hijo con fórmula y estimular ademas la producción de su propia leche. Consiste básicamente en una botella que va colgada al cuello de la madre y que conectada a dos sondas muy delgadas lleva hasta el pezón la leche alimentando asi al bebé y  este a su vez estimulando el pezón.

 

Influye mucho el grado de confianza que la madre tenga. Importante es siempre educar de forma clara y oportuna a las madres que deseen     inducir lactancia, puesto que es un proceso largo y que requiere de mucha constancia, donde el estímulo de succión debe hacerse cada 3 horas, ya sea directamente con el bebé al pecho o con extractores de leche. Enfatizar que no se verán resultados antes de por lo menos dos semanas, por lo que se sugiere comenzar la inducción antes de que el nuevo hijo llegue.

 

¿Por qué es tan importante la lactancia materna?

 

  •  La leche materna es el alimento ideal para un bebé, otorgando una alimentación limpia, libre de agentes alergenos y a la temperatura perfecta.
  •  Protege contra enfermedades traspasando la inmunidad de la madre.
  •  Ejercita la musculatura que involucra la succión, favoreciendo el correcto desarrollo del habla y la dentición (mucho mejor que una mamadera).
  • Ayuda a fortalecer el vinculo afectivo entre madre e hijo, de principal importancia en hijos adoptivos.
  • Es una fuente de consuelo para el bebé.
  • Fomenta un optimo desarrollo emocional.

 

 Material de apoyo para la Lactancia Materna. Relactancia 


Dra. María Elena Quiñones Hernández 
Dra. Laura Vázquez Pis 
Lic. Tania Rodríguez. 
Lic. Sady Martínez. 
Dra. Roxana Geroy 

HPU Paquito Glez Cueto. Servicio de enfermedades digestivas. 

relactancia_lactancia_materna/amamantar_lactar_natural

RELACTAR 

Es el proceso por el cual se estimula la producción de leche en una mujer que ha dado a luz pero no dio el pecho al principio y también se aplica a la situación en que la madre dio el pecho, destetó a su hijo y desea volver a amamantar 

¿Que motivó el fracaso en el primer intento? 

Merece la pena repasar con cuidado los motivos para comprobar que son superables: 

• Conflicto entre la imagen idealizada de lactancia que la madre tenía antes del parto, con la realidad que se encontró, 
• y también la falta de apoyo técnico y emocional. 

LA LACTANCIA MATERNA ES RECUPERABLE. 

Evaluar: 

• Motivación 
• Estado mamas y producción de leche. 
• Interés del niño por mamar. 
• Enseñar y practicar uso del suplementador 

INDICACIONES 

• Enfermedad del lactante. 
• Lactantes que no se amamantaron que hacen intolerancia a leches. 
• Madre que suspendió la lactancia y desea reiniciarla. 
• Hijos adoptivos 
• Enfermedad de la madre. 

¿QUÉ POSIBILIDADES HAY DE ÉXITO? 

El éxito no siempre se mide por la cantidad de leche fabricada. 
Las que intentan la relactación tras un fracaso inicial, demostrarse a sí mismas que pueden dar el pecho también supone un motivo suficiente de satisfacción aunque no consigan hacerlo de forma exclusiva. 

PLAN: 

• Suspender alimentación con chupetes. 
• Pecho frecuente ofreciendo leche por suplementador. 
• Control frecuente para reducir progresivamente los suplementos. 

TÉCNICA DE LA RELACTACIÓN 

Para que la mama fabrique leche se necesitan tres cosas: 

1. Cierto grado de maduración anatómica. 
2. Estímulo hormonal que permita la diferenciación y el inicio de la actividad secretora. 
3. Vaciado frecuente de la leche producida. 

La relactación se puede lograr amamantando frecuentemente, cada 1-2 horas inicialmente y reduciendo progresivamente la cantidad de suplemento. Este proceso es más fácil cuanto menos tiempo haya pasado de haber dejado de amamantar al niño 

Gotear leche sobre la región de la areola cuando el niño inicia el amamantamiento, o se le puede aportar leche por medio de una sonda que por un extremo está conectada a un recipiente con leche y por el otro es introducida en la boca del niño junto con el pezón. Al succionar el niño obtiene leche de la sonda y a su vez desencadena en la mama los reflejos de producción y eyección de la leche. 

SUPLEMENTADOR 

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Los suplementadores consiguen que los lactantes que rechazan inicialmente el pecho y los que se enfadan al succionar un pecho vacío encuentren un premio inmediato que les anima a continuar succionando. 
Además evitan la confusión con las tetinas de biberón. 

APOYO FARMACOLÓGICO 

La metoclopramida es el fármaco más citado en relactación, sin embargo existe una amplia experiencia con el uso de Sulpiride, que aporta dos ventajas sobre la primera: los efectos secundarios para la madre son menores (sólo somnolencia leve los primeros días), y por otro, su efecto antidepresivo ayuda a superar los posibles baches anímicos 

RECUERDE 

• Relactar no es la forma adecuada de superar un complejo de culpabilidad. 
• Antes de iniciar la relactación hay que analizar las causas del fracaso previo. 
• La base de la relactación es dedicar tiempo, tener paciencia y apoyo profesional. 

Notas Importantes

¿Qué es un parto respetado?


Todas las actividades que se realizan en el marco de la Semana del Parto Respetado están vinculadas a la concientización acerca de los derechos de las mujeres a la hora de dar a luz, y la importancia de garantizar nacimientos seguros, naturales y durante los cuales la madre goce de absoluta libertad. El parto respetado es un parto donde la prioridad es la libertad de movimiento y postura, respetando la fisiología femenina dando el tiempo que necesite para el nacimiento.
Cuando hablamos de humanizar estamos hablando de la necesidad de devolverle al nacimiento su verdadero sentido, protagonizado por la mujer que pare, el hijo/a que nace y el hombre que acompaña, respetando los tiempos de la naturaleza que son distintos en cada mujer, y cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que se requiere, la intervención de las/os profesionales, será solo de acompañar sin intervenir.
Dar a Luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que ella escoja y que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.
La institucionalización de los partos ha hecho que se sistematicen una serie de controles y procedimientos sobre la mujer y el bebé sin evaluar el estado de salud de cada individuo y sus necesidades particulares, transformándose en rutinas; que suelen ser molestas, dolorosas y potencialmente riesgosas aplicándose sin justificación científica por costumbre del equipo de salud o que sigue pautas que no han sido revisadas y actualizadas.
El proceso del trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y cada bebé, es diferente en los aspectos tanto físicos como emocionales, diferente en su desarrollo temporal. Es necesario respetar el tiempo que cada mujer y cada bebé necesita para parir y nacer.
Fuente: Relacahupan
(Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento)